UNICEF alerta de que uno de cada diez niños necesitan ayuda en todo el mundo: "Viven en el infierno en la tierra"

El impacto de la financiación insuficiente en programas de nutrición de UNICEF se refleja en datos concretos: solo en 2025, esta organización ha debido reducir sus intervenciones a 27 millones de niños, niñas y mujeres, en lugar del objetivo inicial de 42 millones, lo que deja a 15 millones de personas más expuestas al hambre y al retraso en el crecimiento. Esta situación, que limita el alcance de la ayuda humanitaria, obedece a una grave crisis de recursos, un escenario que comenzó alertando el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia frente al avance de la violencia, las crisis climáticas y la falta de servicios básicos, según informó ONU News.

UNICEF comunicó que uno de cada diez menores a nivel global requerirá asistencia humanitaria en el próximo año, una cifra que equivale —según destacó el propio organismo— a la población combinada de España, Alemania y Reino Unido. Estas advertencias sitúan la atención en emergencias concentradas principalmente en Sudán, la Franja de Gaza y Afganistán, regiones en las que la situación para la infancia se ha deteriorado de manera significativa.

El director ejecutivo de UNICEF España, José María Vera, indicó que más de 200 millones de menores se ven alcanzados por distintos tipos de crisis. Entre las consecuencias señaladas por la organización se encuentran la falta de acceso a alimentos, interrupciones prolongadas en la educación y desplazamientos forzados, muchas veces apenas con lo puesto. Además de estas dificultades, se reportaron casos de asesinatos, mutilaciones, abusos sexuales y explotación infantil, agregó Vera en el comunicado recogido por ONU News.

Según el mismo documento hecho público por UNICEF, la reducción en los fondos disponibles ha obligado a establecer “decisiones imposibles”, como priorizar la ayuda en ciertos lugares en detrimento de otros o reducir tanto la periodicidad como la cobertura de los suministros y servicios. Los programas de nutrición, por ejemplo, apenas obtuvieron el 28 por ciento de la financiación esperada en 2025, lo que ha limitado el despliegue de la intervención en veinte países considerados prioritarios. El resultado inmediato de este déficit es el aumento de niños y mujeres sin acceso a los programas de respuesta ante el hambre y el retraso en el crecimiento, detalló el organismo.

La petición de UNICEF ante esta coyuntura se centra en lograr recursos “vitales” que permitan atender a aproximadamente 73 millones de menores en 133 países y territorios que presentan condiciones de gran vulnerabilidad. El medio ONU News subraya que las principales emergencias que demandan mayor financiación se localizan en regiones como Sudán, donde la crisis humanitaria ha alcanzado niveles sin precedentes. Según los datos proporcionados, más de la mitad de la población sudanesa, unos 30,4 millones de personas, incluidas 15 millones de niños y niñas, requieren asistencia urgente para sobrevivir. El reciente aumento de la violencia en zonas como Darfur y Kordofán ha provocado que alrededor de 10 millones de personas sufran desplazamiento interno, colocando a numerosas comunidades al borde del hambre extrema.

En Gaza, mientras tanto, la situación sigue sin una mejora relevante pese al cese de hostilidades tras dos años de conflicto, según continúa la información de ONU News. Inundaciones y lluvias intensas, además del descenso de las temperaturas, han causado hipotermias y víctimas mortales en niños, quienes además siguen sin acceso pleno a servicios esenciales como la vacunación y la educación escolar.

El testimonio de Vera, destacado en la nota difundida por la ONU, pone de manifiesto la sensación de impotencia que viven los trabajadores humanitarios, quienes muchas veces deben decidir a quién pueden asistir con los recursos disponibles, convirtiéndose, en sus palabras, en “jueces en la vida de muchos menores”. A esta situación se suma la tendencia de algunos países de redirigir presupuestos originalmente destinados a la cooperación internacional hacia áreas de seguridad y defensa, práctica que UNICEF considera injusta por el impacto negativo que implica para la infancia vulnerable.

En ese contexto, la organización hace un llamado a la comunidad internacional para preservar y aumentar la cooperación al desarrollo con el fin de impedir que millones de niños y niñas se vean privados de oportunidades mínimas de supervivencia, seguridad y educación. La cobertura de necesidades básicas como nutrición, salud y acceso al agua potable, junto al apoyo psicosocial tras experiencias traumáticas, figura entre las prioridades de la agenda humanitaria, que según el fondo de la ONU, se encuentra en un punto crítico.

El medio ONU News agrega que, en vista del aumento constante de emergencias humanitarias complejas, el déficit de financiación puede tener consecuencias directas y duraderas sobre la salud, el bienestar y el futuro de generaciones enteras. UNICEF sigue priorizando la atención a las regiones más afectadas, si bien la reducción de fondos complica la capacidad de respuesta para cubrir la demanda en todos los territorios señalados.

En conclusión, la situación descrita por UNICEF representa uno de los mayores desafíos actuales para la infancia en distintas partes del mundo, donde millones de menores enfrentan precariedad extrema mientras la asistencia internacional debe adaptarse a limitaciones crecientes de recursos.