Un grupo de israelíes cruza la frontera con Gaza y coloca una bandera de Israel en la Franja

Imágenes de simpatizantes israelíes portando una bandera nacional en la zona central de Gaza, donde se ubicaba el antiguo asentamiento de Kfar Darum, han multiplicado el impacto político y social tras su difusión en redes, haciendo más visible la acción coordinada por el movimiento Nachala y el subsiguiente operativo de las fuerzas de seguridad. Este suceso, ocurrido en medio de fuertes presiones sobre las negociaciones entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), refuerza la tensión interna y expone diferencias en la sociedad israelí respecto al control del enclave palestino, según informó The Times of Israel.

El medio detalló que los participantes, incluidos niños que viajaban en varios vehículos, formaban parte de una intervención planificada por Nachala, agrupación nacionalista que impulsa la expansión de asentamientos en territorios palestinos. Tras ingresar en la Franja de Gaza y desplegar una bandera israelí, las fuerzas de seguridad los interceptaron y devolvieron a suelo israelí. La organización Nachala interpretó la colocación del símbolo nacional como un mensaje dos años después de la “masacre y de la guerra que estalló después”, en alusión directa a los acontecimientos del 7 de octubre de 2023.

Nachala expresó que su intención era reafirmar que “Gaza pertenece solo al pueblo israelí y no será entregada a los estadounidenses o ninguna otra entidad extranjera”. Estos pronunciamientos se insertan en el rechazo del grupo a cualquier administración que no sea israelí en Gaza y al esfuerzo internacional encabezado por Estados Unidos, que promueve la instauración de una autoridad temporal en el territorio.

De acuerdo con The Times of Israel, el Ejército israelí publicó un comunicado confirmando que “un número de ciudadanos israelíes han cruzado la frontera a Gaza desde territorio israelí”. El texto precisa que efectivos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) siguieron los desplazamientos del grupo y pudieron responder antes de que profundizaran su incursión en el interior gazatí.

Tras ese primer cruce, el Ejército informó sobre un segundo intento: “decenas de ciudadanos israelíes intentaron cruzar la valla perimetral en otro punto”, alcanzando la barrera que delimita Israel de Gaza. Las fuerzas militares y policiales israelíes impidieron nuevos ingresos y fortalecieron los controles en la frontera, con el objetivo de evitar acciones similares en el futuro.

La actividad implementada por Nachala tiene lugar en un momento donde las fracturas políticas israelíes se intensifican, hecho acentuado tras los acuerdos mantenidos con Hamás desde octubre de 2023. Según publicó The Times of Israel, la primera etapa del acuerdo incluyó un alto el fuego, aunque los bombardeos israelíes con objetivos antiterroristas persistieron en Gaza. En el marco del pacto, Hamás se comprometió a entregar rehenes, tanto vivos como fallecidos, salvo uno cuyos restos no han sido localizados.

La iniciativa estadounidense respecto al futuro de Gaza figura como trasfondo de estas tensiones. The Times of Israel explicó que ese proyecto contempla la creación de una administración provisional bajo liderazgo estadounidense —en particular, a través del expresidente Donald Trump como figura central de supervisión— y el despliegue de una fuerza multilateral de seguridad integrando representantes de distintos países. Voceros de Nachala y sus seguidores han reiterado su oposición a cualquier solución que no reserve a Israel el control completo del territorio.

El episodio ha producido una intensificación del despliegue militar y de la vigilancia a lo largo de la frontera, mientras la administración israelí y Hamás prosiguen las conversaciones en torno a la siguiente fase del acuerdo pactado. La presencia de estos grupos nacionalistas y la puesta en escena en el área central de Gaza avivan la presión sobre los negociadores y complican el avance hacia una estabilidad duradera, señaló The Times of Israel.

La división social refleja el contraste entre sectores que defienden propuestas expansionistas sobre los territorios palestinos y aquellos que se muestran abiertos a una normalización bajo supervisión internacional. Nachala, además de sostener la demanda de anexión formal de las áreas ocupadas, adopta una crítica explícita a cualquier posibilidad de cesión del control de Gaza a actores externos, aludiendo de manera directa al plan estadounidense aceptado inicialmente tanto por Tel Aviv como por Hamás.

La situación dentro de Gaza sigue caracterizada por la incertidumbre y la fuerte presencia militar, en un contexto donde los avances políticos dependen tanto de la evolución de las negociaciones como de la evolución de la opinión pública israelí. El acuerdo alcanzado después de octubre de 2023 instauraba una hoja de ruta para la normalización progresiva bajo mandato internacional, aunque los obstáculos derivados de la presión de movimientos como Nachala y de la respuesta de Hamás afectan el desarrollo de las siguientes etapas.

The Times of Israel puntualizó que episodios como el cruce registrado en Kfar Darum constituyen no solo una muestra de las divisiones internas en Israel sino también un factor que agrega incertidumbre a la implementación de los acuerdos, complicando aún más el despliegue de cualquier arreglo multilateral sobre el territorio de Gaza.