Rusia acusa a Occidente de interferir en las elecciones de 2024 y avisa de que puede repetirlo en las de 2026

El ministro Sergei Lavrov responsabiliza a potencias extranjeras de campañas para desacreditar los recientes comicios rusos, advierte sobre futuros intentos de manipulación en votaciones parlamentarias y denuncia una amenaza internacional que pone en alerta a Moscú

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El jefe de la diplomacia rusa señaló como preocupante la promesa hecha por la Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Kaja Kallas, de brindar asistencia a países como Armenia en materia de procesos electorales, tal como ocurrió anteriormente con Moldavia. Con este ejemplo, Sergei Lavrov planteó que tal implicación externa constituye lo que él definió como “neocolonialismo electoral” y alertó sobre una amenaza concreta para los países a los que denominó “mayoría mundial”. Este señalamiento fue realizado en un acto del partido oficialista Rusia Unida, según consignó la agencia estatal rusa TASS.

La declaración principal del ministro ruso de Asuntos Exteriores incluyó la acusación directa a potencias occidentales por supuesta interferencia en las elecciones presidenciales de 2024 en Rusia, en las que Vladímir Putin obtuvo aproximadamente el 90 por ciento de los votos, resultado que recibió cuestionamientos en diversos sectores internacionales. Según informó la agencia TASS, Lavrov advirtió que patrones similares de intromisión podrían repetirse en los próximos comicios legislativos previstos para 2026 en la Duma Estatal, la Cámara Baja del Parlamento ruso. El ministro subrayó que deben anticiparse a estas dinámicas y estar preparados para futuros intentos de manipulación en la voluntad popular.

En su discurso, Lavrov sostuvo que las iniciativas para desacreditar los procesos electorales rusos emplearon, según sus palabras, “métodos muy diversos”, entre los que identificó intentos para poner en duda tanto la legalidad como la legitimidad del proceso de votación. Detalló ante los asistentes del partido Rusia Unida, según TASS, que las acciones a las que hizo referencia se desplegaron desde la presentación inicial de candidaturas hasta el conteo final de los votos, cubriendo todas las etapas del proceso electoral.

El funcionario remarcó además una aparente contradicción en la postura de las autoridades europeas, al referirse a Bruselas. Destacó que mientras funcionarios de la Unión Europea piden explícitamente a la administración de Donald Trump no entrometerse en las elecciones europeas, las mismas instancias expresan abiertamente su intención de apoyar a otros países que, según afirman, serían víctimas de interferencias en sus propios sistemas electorales. Según publicó TASS, Lavrov puntualizó este argumento como muestra de dobles raseros en las relaciones internacionales y de la creciente tendencia al intervencionismo en el ámbito electoral.

A lo largo de su intervención, Lavrov vinculó la supuesta conducta de intromisión europea en procesos electorales extranjeros con una preocupación más amplia sobre la injerencia externa en el espacio postsoviético. El ministro citó la situación de Armenia y Moldavia como ejemplos de cómo la ayuda internacional para fortalecer los mecanismos electorales puede leerse, desde la óptica rusa, como una forma de control o presión sobre los gobiernos soberanos de esos países.

En este contexto, Lavrov también mencionó el caso ucraniano, sugiriendo, según recogió la agencia TASS, que Occidente podría intentar incidir en futuros comicios presidenciales en Ucrania, si finalmente se llevan a cabo. Afirmó que queda por verse cómo se organizarán tales elecciones y de qué modo se implicarán los actores occidentales, aunque advirtió que puede aguardarse una nueva ronda de intervenciones indirectas. El ministro se dirigió específicamente a la situación del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, al afirmar que corresponde a los ciudadanos decidir si el jefe de Estado debe continuar en el cargo o bien convocar otra votación.

De acuerdo con lo expuesto por Lavrov y reportado por la citada agencia de noticias, el gobierno ruso considera que se está construyendo un precedente internacional sobre el modo en que países o instituciones de Occidente se relacionan con elecciones ajenas, lo cual es visto por Moscú como una amenaza a la soberanía política de otras naciones. Además, alertó que ello supone un nuevo desafío en el panorama mundial, especialmente para Estados que no forman parte del conglomerado occidental.

El medio TASS detalló que las advertencias del canciller Lavrov se producen pocos meses después de la celebración de elecciones presidenciales en Rusia, en las que la victoria del actual mandatario, Vladímir Putin, ha suscitado distintos pronunciamientos internacionales sobre la transparencia del proceso. Al anticipar posibles escenarios de injerencia occidental en futuras votaciones, el ministro ruso resalta la necesidad de plantear mecanismos defensivos y de fortalecer el control interno sobre el desarrollo de las campañas y la transmisión de los resultados electorales en Rusia.

La intervención de Lavrov, según TASS, se enmarca en un contexto de creciente tensión política entre Rusia y los países occidentales, donde los intercambios diplomáticos suelen incluir denuncias mutuas de intervencionismo. El funcionario aprovechó su exposición ante militantes y simpatizantes del partido gobernante para subrayar la importancia de asentar una vigilancia permanente frente a nuevas modalidades de presión externa que, en sus palabras, buscan restar legitimidad y confianza a los procesos de decisión interna en Rusia y otros países no occidentales.

A lo largo de su participación, Lavrov reiteró que Moscú pondrá en marcha todas las medidas que considere necesarias para impedir el impacto de acciones extranjeras sobre el curso de las próximas elecciones legislativas, previstas para 2026. Ante el auditorio, insistió en la centralidad de resguardar la soberanía electoral y subrayó que las experiencias recientes justifican un estado de alerta especial ante la posibilidad de repetición de patrones de intromisión en los procesos políticos internos del país.