Lula se resigna y dar por hecho que no habrá acuerdo entre la UE y Mercosur: "Tampoco puedo hacer nada"

Al abordar el volumen de personas y el valor económico que impactaría el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur —722 millones de habitantes y 22 billones de dólares, de acuerdo con cifras citadas por Europa Press—, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió públicamente que no espera lograr la firma del tratado comercial durante la próxima cumbre del Mercosur, prevista para el sábado en Paraná, Brasil. Según informó Europa Press, Lula señaló que los avances se han visto obstaculizados principalmente por la intransigencia de Francia y la repentina resistencia de Italia, factores que han llevado al mandatario brasileño a manifestar su desilusión ante el estancamiento de las negociaciones.

Durante una conferencia de prensa recogida por Europa Press, Lula explicó que desde el inicio de las gestiones como presidente pro témpore del Mercosur, el bloque sudamericano articuló numerosas concesiones con el propósito de flexibilizar posturas y acercar posiciones con sus contrapartes europeas. Sin embargo, la rigidez de la postura gala, centrada en la protección de su sector agrícola frente a la competencia sudamericana, se mantuvo como uno de los principales impedimentos. El medio consignó que, en un esfuerzo adicional, Lula intentó influir en Emmanuel Macron a través de Brigitte Macron, la esposa del mandatario francés, mediante un contacto personal que refleja la magnitud de los obstáculos diplomáticos.

Lula expresó, de acuerdo con Europa Press, que “los franceses tienen derecho a elegir lo que consideren mejor para ellos”, añadiendo que el sector agrícola brasileño no experimentaría un impacto tan considerable como el previsto en Francia. Las reticencias francesas responden, según detalló el presidente, al temor por eventuales complicaciones económicas para los productores europeos ante la apertura del mercado a la competencia sudamericana. El medio también reportó que Italia, cuyo gobierno bajo la dirección de Giorgia Meloni había mostrado inicialmente disposición a facilitar un respaldo de los agricultores italianos al pacto, sorprendió al presidente brasileño con un giro en su actitud que finalmente reforzó la barrera al acuerdo.

Europa Press informó que la situación se agravó con la reciente intervención del Parlamento Europeo, el cual aprobó días antes de la cumbre una legislación orientada a blindar el sector agropecuario de la Unión Europea ante un escenario de mayor competencia proveniente de importaciones del Mercosur. El texto parlamentario aún requiere el refrendo del Consejo Europeo, cuyo voto estaba programado coincidir con la semana de la cumbre en Brasil, lo que otorga un carácter decisivo al desarrollo de ambos eventos.

Ante el escenario señalado, y tras múltiples intentos infructuosos de alcanzar compromisos, Lula admitió frente a los medios: “Si no es posible ahora porque no está listo, tampoco puedo hacer nada”. Según recogió Europa Press, el mandatario brasileño reconoció que las circunstancias actuales no permiten prever avances inmediatos y subrayó la sensación de estancamiento en las tratativas. Pese a este contexto, Lula insistió en que “la esperanza es lo último que se pierde”, aunque dejó claro que las expectativas de concreción del acuerdo antes de la cita en Paraná se han disipado.

El mandatario sostuvo durante su declaración, citada por Europa Press, que aunque la firma no resulte factible en el futuro próximo, el canal de diálogo entre el Mercosur y la Unión Europea permanecerá abierto. Desde el inicio de su mandato como presidente temporal del bloque sudamericano, Lula y su equipo habían apostado por concretar el acuerdo antes de concluir su gestión, adaptando su estrategia al contexto internacional y a la previa disposición de los socios en ambos bloques.

El reporte de Europa Press indicó que la resistencia francesa e italiana obedece tanto a motivos sectoriales como políticos, con el sector agrícola de la Unión Europea —en particular el de Francia— expresando fuerte rechazo ante la idea de un tratado que perciben como una amenaza a su competitividad y viabilidad. Paralelamente, explicó el presidente Lula, Brasil y los restantes socios del Mercosur mantuvieron una postura de flexibilidad, efectuando concesiones no previstas en la etapa inicial del diálogo.

El acuerdo birregional en discusión, según publicó Europa Press, mantendría relevancia estratégica para la integración internacional y fortalecería la cooperación en los ámbitos político y económico entre Europa y Sudamérica. Sin embargo, las trabas impuestas por Francia e Italia continúan bloqueando el camino hacia uno de los tratados comerciales de mayor magnitud de los últimos tiempos. El futuro del proceso, detalló el medio, dependerá en gran medida de las decisiones políticas inminentes de los gobiernos de París, Roma y el resto de los socios clave europeos.

En simultáneo con la cumbre de Mercosur en Paraná y las definiciones dentro del Consejo Europeo, la evolución de las negociaciones se encuentra sujeta a posibles cambios en la correlación de fuerzas al interior de la Unión Europea. Los países sudamericanos permanecen en estado de espera a la expectativa de señales que permitan reactivar el diálogo o modificar el enfoque en busca de un entendimiento que contemple los intereses de ambas regiones, conforme lo destacó Europa Press.