Lula se resigna y da por hecho que no habrá acuerdo entre la UE y Mercosur: "Tampoco puedo hacer nada"

Fracasaron gestiones directas entre mandatarios y persiste tensión ante la negativa de Francia e Italia, mientras crecen las dudas sobre la concreción del tratado, considerado esencial por Lula para el equilibrio geopolítico y comercial de ambas regiones

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La posición adoptada por Italia se ha sumado a la lista de obstáculos que han debilitado las posibilidades de concretar el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Luiz Inácio Lula da Silva expresó su decepción ante la negativa de la primera ministra Giorgia Meloni, quien había prometido intentar persuadir a los productores italianos para que levantaran sus reticencias, sin éxito. En este contexto, el presidente de Brasil reconoció ante la prensa que el entendimiento entre ambos bloques resulta improbable para la cumbre prevista en Paraná, de acuerdo con lo informado por Europa Press.

Desde el Palacio del Planalto, Lula detalló cómo los esfuerzos diplomáticos, incluidas gestiones personales y contactos directos con actores clave de la escena europea, no lograron modificar la postura de los países más reacios. El mandatario reveló incluso haber contactado a la esposa del presidente francés, Emmanuel Macron, en un intento de reactivar el diálogo con el gobierno francés, uno de los principales opositores al avance del tratado. Según Europa Press, Lula recordó que la resistencia de Francia ya se hizo sentir desde las primeras fases de negociaciones.

El medio europeo subrayó que el acuerdo Mercosur-UE representa para Lula un instrumento estratégico tanto en el plano comercial como geopolítico. El presidente subrayó que el tratado abarcaría a una población conjunta de 722 millones de personas y permitiría administrar un flujo comercial de 22 billones de dólares, según el propio mandatario. Además, insistió en que el convenio va más allá de lo económico, posicionándose como una herramienta necesaria para defender el multilateralismo y la posición política y comercial de los países involucrados.

Europa Press reportó que uno de los principales factores que obstaculizan el proceso radica en las políticas de protección implementadas por algunos Estados europeos para su sector agropecuario. El Parlamento Europeo aprobó recientemente un marco legislativo destinado a reforzar las salvaguardas para los agricultores del continente, una medida aún pendiente del visto bueno definitivo del Consejo Europeo que se reunirá días antes de la cumbre. Esta situación reduce al mínimo las probabilidades de que el acuerdo se ratifique en la reunión del sábado, según consignó la agencia.

Lula describió que Mercosur asumió la mayor parte de las concesiones en el curso de las negociaciones y reiteró que los sectores agrícola y ganadero de Brasil no enfrentarían impactos relevantes, desde la perspectiva sudamericana. No obstante, reconoció que la decisión final recae en la sociedad francesa, incluso si esto implica frenar el avance del tratado. Respecto a Italia, el mandatario manifestó haberse sentido sorprendido, ya que previó una posición diferente tras el compromiso público asumido por Meloni, según relató Europa Press.

Durante su balance público, Lula afirmó: “Si no es posible ahora porque no está listo, tampoco puedo hacer nada”, consignó Europa Press. El presidente subrayó la importancia de mantener los canales de diálogo abiertos y sostuvo que, pese al escepticismo reinante, la búsqueda de consenso representa el interés de su administración en fortalecer vínculos estratégicos en el ámbito internacional. El medio indicó que Lula considera que el tratado, de cristalizar, reportaría mayores ventajas para Europa que para los países sudamericanos.

Europa Press destacó que la ronda final de definiciones se dará en el Consejo Europeo, cuya resolución sobre el marco legal del acuerdo podría marcar el desenlace inmediato. Lula aún mantiene una expectativa moderada ante la posibilidad de algún avance, aunque las perspectivas predominantes apuntan a la continuidad del estancamiento actual, según lo publicado. A lo largo de las negociaciones, el gobierno brasileño priorizó un enfoque dialoguista y flexible, lo que permitió aproximaciones sustantivas. Sin embargo, las reservas de los países europeos, centradas especialmente en prevenir una apertura excesiva del mercado agrícola, resultaron decisivas para frenar la firma del acuerdo.

La atención internacional se encuentra orientada hacia los resultados de la próxima cumbre en Paraná y la discusión del texto final que abordarán los líderes europeos. Estas etapas definirán si la integración económica entre ambos bloques avanza o permanece bloqueada, como han anticipado desde las distintas declaraciones recogidas por Europa Press. Lula reiteró que la importancia estratégica del acuerdo reside en su contribución a la estabilidad y el equilibrio geopolítico y comercial entre América del Sur y Europa. El presidente enfatizó también el valor político de alcanzar un acercamiento de estas dimensiones y señaló que no existen riesgos importantes para el sector agropecuario y ganadero brasileño.

El relato de las gestiones directas emprendidas por Lula, tanto con representantes formales de los gobiernos europeos como a través de canales informales, evidenció el compromiso del mandatario con el éxito del tratado. A pesar del escepticismo, mencionó su deseo de sostener los esfuerzos hasta el último momento. Europa Press detalló que Lula insistió en la voluntad de su gobierno para consolidar alianzas internacionales, subrayando que la integración regional y la apertura hacia Europa constituyen un eje esencial para la política exterior brasileña.

Mientras la postura de Francia e Italia se mantiene sin cambios, el resto de los países europeos aguarda la resolución del Consejo para definir una respuesta definitiva. La incertidumbre persiste en torno a los plazos y la viabilidad del convenio, mientras los gobiernos de ambos bloques analizan los pasos a seguir ante el escenario de bloqueo señalado por Lula y recogido en los reportes de Europa Press.