
La exigencia de Bélgica de una cobertura sin límites frente a potenciales reclamaciones de Rusia y la mutualización del riesgo entre los Estados miembro figura entre los principales temas que mantienen trabado el acuerdo sobre el uso de fondos rusos congelados en Europa. En este contexto, líderes de la Unión Europea prevén analizar en una cumbre en Bruselas la urgencia de mantener la financiación a Ucrania, sin que hasta el momento se hayan despejado las discrepancias sustanciales acerca del destino de estos activos. Según detalló Europa Press, la reunión, considerada central al ser la última del año, tendrá como eje la amenaza constante que representa el conflicto armado en Ucrania y los desafíos económicos y políticos que afrontan los países miembros del bloque ante la situación.
Europa Press reportó que Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, tiene programadas reuniones bilaterales con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE durante la cumbre. La opción de un “préstamo de reparación” a Ucrania, por 90.000 millones de euros, depende todavía del consenso europeo en torno a la utilización de activos rusos bloqueados como fuente de financiación. Este asunto ha suscitado posturas divergentes, en particular la de Bélgica, sede de la entidad Euroclear—depositaria de la mayor parte de estos fondos—que ha dejado clara su oposición a la propuesta actual ante los riesgos legales y financieros que podría enfrentar en caso de demandas rusas en el futuro.
En una reciente cena de trabajo, el primer ministro belga Bart de Wever expuso directamente estos temores al canciller alemán Friedrich Merz y a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El medio consignó que la Comisión Europea propuso incluir ciertos mecanismos de salvaguarda para reducir el impacto de posibles litigios, además de habilitar un sistema de liquidez dirigido a los países e instituciones financieras que se vieran afectados por reclamaciones de Rusia. A pesar de esta medida, autoridades belgas argumentaron que existen opciones más seguras, como la emisión de deuda conjunta por parte de los veintisiete países de la UE, respaldo que sumó recientemente el apoyo de Italia, Malta, Bulgaria y República Checa en las rondas de negociación.
De acuerdo con fuentes diplomáticas citadas por Europa Press, la propuesta de la Comisión se centra exclusivamente en los 210.000 millones de euros de activos congelados en Europa y no contempla garantías ilimitadas, lo que entra en conflicto con las expectativas belgas. A la vez, la alternativa de un préstamo garantizado mediante deuda conjunta enfrenta el rechazo abierto de Hungría, cuya posición podría bloquear cualquier avance, dado que el consenso en la materia requiere unanimidad, con lo cual esta opción prácticamente quedó descartada en las más recientes reuniones.
Tras la activación de la cláusula de excepcionalidad del artículo 122 de los Tratados de la Unión Europea, que habilitó a Bruselas a restringir transferencias de activos rusos incluso frente a la oposición de Hungría, se generaron dudas sobre la posibilidad de volver a utilizar ese camino jurídico para emitir nueva deuda en beneficio de Ucrania. Delegaciones presentes manifestaron dudas sobre la viabilidad a nivel legal y político de esta vía, dadas las posibles contradicciones con los principios fundamentales de la normativa europea, según recogió Europa Press.
El portugués António Costa, presidente del Consejo Europeo, conduce los esfuerzos para lograr un acuerdo, reconociendo que si bien basta una mayoría cualificada para ciertas decisiones, la aceptación de Bélgica resulta indispensable en el plano político para cualquier resolución referida a los activos rusos congelados. Costa instó a los líderes europeos a encontrar una solución que garantice la estabilidad financiera de Ucrania, en previsión de que la cumbre en Bruselas se extienda si no se alcanzara una definición inmediata. Europa Press cita fuentes comunitarias que sintetizaron el estado de la negociación: “Es difícil anticipar qué ocurrirá. Hay un signo de interrogación sobre esta decisión”.
En paralelo al tema ucraniano, la cumbre de Bruselas centra también atención en el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, tratado firmado hace un año pero aún sin ratificación unánime de los países miembros. Europa Press informó que, pese a no figurar en la agenda oficial, este asunto cobró renovada relevancia tras los llamados de Francia e Italia para aplazar su firma, motivados por el temor a los efectos de la apertura comercial sobre el sector agrícola europeo.
En el marco de la presidencia rotatoria de Brasil en el Mercosur, se prevé celebrar oficialmente el acuerdo durante una cita de países del Cono Sur, organizada para el próximo sábado y con participación prevista de Ursula von der Leyen y António Costa. No obstante, Europa Press remarcó que la Unión Europea no podrá rubricar el acuerdo sin que la presidenta de la Comisión reciba un mandato concreto del Consejo, el cual requiere mayoría cualificada y aún no ha alcanzado los apoyos necesarios. Persisten incógnitas relacionadas con la posibilidad de que se conforme una minoría de bloqueo, ya que a la postura contraria de Francia podrían añadirse Polonia y, potencialmente, Italia, Bélgica, Irlanda o Países Bajos, lo que podría bastar para impedir la ratificación.
Las gestiones para persuadir a Italia han aumentado en las últimas semanas, pues sin su apoyo no se reuniría la minoría necesaria para reinstalar el veto a la firma del tratado. Los países del Mercosur han comunicado a la Comisión Europea que no planean esperar indefinidamente una resolución y advierten que, si el acuerdo con la UE no avanza, analizarán alianzas comerciales con otras regiones. Europa Press recordó que el Parlamento Europeo aprobó recientemente salvaguardas propuestas por la Comisión, orientadas a proteger a los productores europeos e incorporando enmiendas que refuerzan estos instrumentos de protección, elementos que podrían aumentar las probabilidades de una futura ratificación.
El escenario hacia la votación definitiva sigue sin despejarse y, según Europa Press, no hay planes de convocar una decisión formal antes del viernes si no se logra antes la adhesión de suficientes países respaldando el acuerdo. Así, la cumbre de Bruselas se convierte en un punto central tanto para la estrategia financiera hacia Ucrania como para el futuro de acuerdos comerciales internacionales de la UE, en un contexto en el que las divisiones internas enlentecen o directamente impiden la conformación de mayorías claras o de consensos amplios, de acuerdo con lo planteado por Europa Press.
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