La FIFA baja los precios de sus entradas para el Mundial de 2026

Las diferencias entre los precios anteriores y los fijados para el Mundial de 2026 han provocado que tanto organizaciones de inclusión como representantes de hinchas insistan en la necesidad de asegurarse de que los nuevos criterios de adjudicación estén fundados en parámetros equitativos y procedimientos transparentes. A raíz de la introducción de una cuota de boletos a 60 dólares por parte de la FIFA para la próxima Copa del Mundo, las federaciones nacionales deberán establecer, bajo la vigilancia constante de diversos colectivos, las normativas y métodos que regirán la entrega de entradas en condiciones preferenciales. Según consignó la agencia dpa, la FIFA dejará en manos de cada federación la labor de especificar el proceso de distribución correspondiente al diez por ciento de sus boletos para cada partido, incluso para la final; ese porcentaje equivale aproximadamente al ocho por ciento de la capacidad de cada estadio.

De acuerdo con la información de la agencia dpa, este rediseño en el esquema de venta de entradas llega tras más de veinte millones de solicitudes recibidas durante la última fase de ventas, cifra que superó ampliamente cualquier antecedente registrado. Este contexto llevó a la FIFA a reconsiderar las reglas de asignación y a implementar mecanismos que, según sostuvo, buscan adecuar la experiencia mundialista a una base de público más diversa. El anuncio contempla que la porción de boletos a precio reducido resulte accesible no solo en instancias iniciales, sino también en la final, cuya entrada más económica superaba los 4.000 dólares en ciclos anteriores, tanto en canales oficiales como en programas de fidelidad gestionados por federaciones, precisó dpa.

El seguimiento por parte de asociaciones de aficionados, como Football Supporters Europe y la Red de Aficionados por la Discapacidad y la Inclusión, se ha intensificado desde que el sistema previo recibiera calificativos de “traición monumental” a los principios de accesibilidad, según reportó la agencia dpa. Estos grupos han reclamado públicamente a la FIFA la revisión de un modelo de venta de entradas que, según han señalado, perjudica de modo particular a los seguidores con discapacidad. Ambas entidades remitieron incluso una comunicación formal a Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en la que pusieron de manifiesto la falta de acceso a boletos asequibles para estos sectores.

La FIFA, citada por la agencia dpa, justificó la modificación argumentando que recibió comentarios y peticiones de distintos segmentos de público, reconociendo que el volumen inédito de demanda y la estructura singular del Mundial de 2026, que se realizará por primera vez en tres países (Canadá, Estados Unidos y México) y con 48 selecciones participantes, forzó la revisión de los procedimientos. Según el organismo rector del fútbol mundial, esta decisión responde tanto a la presión ejercida por asociaciones y colectivos como a la necesidad de adaptarse a la logística compleja del evento y a la magnitud de sus cifras.

El impacto real de los nuevos criterios dependerá de las decisiones que tomen las federaciones nacionales, responsables a partir de ahora de informar, diseñar y aplicar los reglamentos para adjudicar los boletos a precio reducido. Tal como detalla dpa, existe especial interés por parte del público y de observadores independientes en que la implementación se lleve a cabo de manera justa, sin favorecer a determinados grupos o estructuras preexistentes. Se espera que la distribución, sujeta a una oferta cuantitativamente limitada, despierte una alta competencia en la demanda, exacerbada por la presencia de reventa en canales no oficiales que históricamente ha dificultado el acceso de simpatizantes tradicionales.

El crecimiento de la demanda, especialmente en el entorno estadounidense donde la cultura de espectáculos deportivos masivos y el mercado secundario de boletos son fenómenos bien documentados, ha llevado a la FIFA a tomar en cuenta variables comerciales y sociales en su reformulación. La agencia dpa especificó que la medida pretende, además de mejorar la accesibilidad, armonizar aspectos comerciales con metas de diversidad dentro de las audiencias mundialistas.

Las federaciones nacionales se ven ahora en la obligación de definir con exactitud los parámetros de selección, publicar reglamentos y velar por que la distribución de los boletos subsidiados cumpla con los principios de transparencia y justa representatividad. Directivos consultados por dpa reconocieron que la presión social e institucional sobre estos procesos aumentará considerablemente en el ciclo preparatorio del torneo. Las redes de aficionados y organismos que abogan por la inclusión seguirán de cerca la evolución de los criterios y la práctica efectiva de cada asociación.

La edición 2026 de la Copa Mundial presenta un escenario sin precedentes, por la confluencia de elementos logísticos y deportivos inéditos y por el peso de la opinión pública en la configuración de la política de entradas. Para la FIFA, según declaraciones recogidas por dpa, el lanzamiento de esta nueva categoría de boletos busca corregir desequilibrios históricos, abriendo oportunidades a sectores tradicionalmente marginados. Parte del éxito del programa dependerá de la colaboración y la vigilancia constantes de los distintos agentes responsables e involucrados.

El seguimiento y los eventuales ajustes a las reglas se anticipan como elementos centrales en la evolución de esta política, que despierta altas expectativas en medio de una competencia global por la participación en uno de los eventos deportivos más observados y demandados a nivel internacional. La agencia dpa subrayó que la comunidad internacional de seguidores, respaldada por instituciones de derechos y accesibilidad, prevé mantener un escrutinio exhaustivo hasta comprobar las respuestas concretas de las federaciones frente a la complejidad que supone la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del nuevo programa de entradas.