En el momento en que se publicó el informe de la Fuerza Aérea de Ucrania, varios drones rusos continuaban sobrevolando el espacio aéreo del país, lo que mantenía activa la amenaza de incursiones aéreas. Según detalló la agencia EFE, las defensas aéreas ucranianas lograron neutralizar 133 de un total de 153 drones de largo alcance lanzados desde Rusia contra distintas zonas de Ucrania entre la tarde del día anterior y la mañana de este lunes.
El parte oficial de la Fuerza Aérea ucraniana destacó que, a pesar del éxito en la intercepción de la mayoría de los aparatos, otros 17 drones no fueron interceptados y alcanzaron su objetivo en diez ubicaciones distintas, cuyos nombres no fueron especificados en el comunicado, tal como consignó el medio EFE. La ofensiva aérea ocurrió durante una nueva ola de ataques nocturnos, que se han convertido en una práctica constante en el marco del conflicto entre Ucrania y Rusia.
Las autoridades militares ucranianas advirtieron que la amenaza no había cesado, ya que algunos drones enemigos proseguían sus incursiones en el espacio aéreo nacional al cierre del último informe. Estos ataques forman parte de una estrategia que involucra intercambios nocturnos de ataques con drones de largo alcance entre ambas partes, enfocados en afectar infraestructura militar y energética situada lejos de las líneas de combate, según publicó la agencia EFE.
Este tipo de ofensivas aéreas ha tenido consecuencias directas sobre la seguridad energética y operacional de las regiones afectadas. Tanto Ucrania como Rusia han intensificado el empleo de drones en sus tácticas de hostigamiento y defensa, empleando estos aparatos para sortear sistemas de defensa antiaérea y atacar puntos estratégicos. Según informó EFE, ninguno de los bandos suele revelar detalles precisos sobre las ubicaciones exactas afectadas, dificultando así una valoración inmediata sobre el impacto específico de cada incursión.
La continuidad de estos enfrentamientos refleja un patrón operativo que persiste desde hace meses y que influye en el desarrollo del conflicto. El uso de drones, vehículo no tripulado con capacidad de recorrer largas distancias, se ha convertido en una de las herramientas más frecuentes para ejecutar maniobras a distancia sin poner en riesgo personal militar directo del atacante. Además, la dificultad para rastrear y abatir la totalidad de estos aparatos deja expuestas algunas áreas a eventuales daños materiales o interrupciones en servicios críticos, detalló la agencia EFE.
A medida que ambos países ajustan sus capacidades defensivas y ofensivas, la frecuencia y el alcance de estos ataques varían, generando un ambiente de incertidumbre y presión permanente en las zonas involucradas. El actual balance publicado por la Fuerza Aérea ucraniana muestra un elevado porcentaje de éxito en la interceptación de drones, aunque la imposibilidad de bloquear todos los aparatos permite que algunos continúen causando estragos en objetivos seleccionados, según consignó EFE.
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