Rusia declara como "indeseable" a la cadena alemana Deutsche Welle

La reciente calificación de la emisora alemana como organización “indeseable” por parte del gobierno ruso agrava la presión sobre periodistas foráneos, restringe la circulación de noticias independientes y expone a colaboradores locales a sanciones legales severas según autoridades europeas

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La notificación emitida por las autoridades rusas sobre la nueva categoría legal de Deutsche Welle implicó que cualquier forma de colaboración, incluso parcial o esporádica, con la emisora alemana puede desembocar en procedimientos judiciales o administrativos en Rusia. Según publicó Europa Press, la postura del gobierno ruso implica sanciones que incluyen tanto multas significativas como la posibilidad de penas privativas de libertad, afectando a reporteros, personal de soporte, traductores y cualquier persona con vínculos laborales o cooperativos con la cadena dentro del país. La noticia, confirmada después de comunicados de la Fiscalía General rusa y la Duma estatal, intensifica el control sobre el flujo de información extranjera y eleva el nivel de presión sobre los corresponsales internacionales en suelo ruso.

Europa Press detalló que la medida fue adoptada sin consultas previas ni diálogo institucional entre las autoridades rusas y los representantes de Deutsche Welle. La decisión incluye la acusación de las autoridades rusas contra la emisora alemana por presuntamente difundir "propaganda hostil" y por difundir contenidos considerados lesivos para los intereses estatales, con especial énfasis en la cobertura que realiza sobre el conflicto en Ucrania. El fundamento que esgrimió Moscú, según consignó Europa Press, es la protección de la soberanía informativa nacional y la contención de información contraria a los objetivos oficiales.

Con esta acción, Rusia introdujo una nueva barrera legal para la actividad periodística internacional, endureciendo aún más las restricciones que ya operaban desde febrero de 2022, tras el estallido de la guerra en Ucrania y la consiguiente ola de tensiones diplomáticas con Berlín. Desde entonces, la emisión en directo y la presencia digital de la emisora dentro de territorio ruso habían sido limitadas de manera progresiva, según recordó Europa Press. Antes de la actual declaración, Deutsche Welle había recibido la calificación de "agente extranjero", lo que implicaba para su equipo una supervisión constante, vigilancia reforzada y restricciones en la producción y difusión de contenidos periodísticos.

La transición al estatus de "organización indeseable" amplió la gama de sanciones posibles contra cualquier persona relacionada con Deutsche Welle, aplicando medidas judiciales incluso a quienes colaboran de manera esporádica o mantienen contacto indirecto con la cadena. Europa Press resaltó que la legislación vigente faculta a las autoridades para iniciar procesos ante la mínima evidencia de cooperación, incluso fuera de los entornos profesionales habituales. Proveedores, fuentes, técnicos y especialistas externos quedan también incluidos en el alcance de la nueva medida, según subrayó Vasili Piskariov, representante de la comisión estatal de supervisión de influencias extranjeras, citado por Europa Press. “Cualquier cooperación con Deutsche Welle será considerada como una violación de la ley sobre organizaciones indeseables”, expresó Piskariov.

El impacto de la decisión no se limita a quienes trabajan de manera regular para la emisora alemana, sino que afecta a toda la cadena de colaboraciones que posibilitan la producción periodística internacional. Europa Press explicó que el incremento de controles incluye bloqueos digitales a sitios web y canales vinculados a Deutsche Welle, junto con limitaciones adicionales sobre la distribución de materiales de prensa procedentes del extranjero. Estas condiciones dificultan el acceso de la población rusa a información alternativa, reduciendo el alcance de perspectivas informativas distintas a las establecidas por los medios estatales.

Las autoridades rusas han justificado la expansión del régimen sancionador remitiéndose a la protección de la seguridad nacional y la integridad informativa del Estado. Europa Press señaló que la decisión forma parte de una tendencia normativa dirigida a restringir el acceso de organizaciones internacionales al espacio mediático local y limitar el pluralismo de fuentes informativas accesibles para la sociedad rusa. Otras entidades extranjeras enfrentaron medidas similares en el pasado, llegando al cierre forzoso de corresponsalías, la imposición de multas considerables y la apertura de procesos penales o administrativos contra periodistas y trabajadores del sector.

La reacción desde la dirección de Deutsche Welle, transmitida por Europa Press, refleja preocupación por el deterioro de las condiciones para el ejercicio profesional del periodismo extranjero en Rusia. Barbara Massing, directora general de la cadena, transmitió inquietud sobre las nuevas y complejas barreras legales, así como los riesgos que afrontan tanto los empleados como los colaboradores internacionales y locales. Massing recalcó, según Europa Press, que el endurecimiento de las restricciones supone una amenaza directa al acceso a la diversidad informativa y limita las posibilidades de que la ciudadanía rusa reciba información de fuentes independientes.

El panorama legal y operativo se complica para las corresponsalías extranjeras, cuyos integrantes enfrentan un clima de incertidumbre permanente ante el riesgo de que su trabajo sea tipificado como delito. Europa Press indicó que la inclusión en el registro de entidades “indeseables” somete a los profesionales a vigilancia jurídica continua y dificulta la obtención de fuentes, la realización de reportajes y la circulación de testimonios ajenos al discurso oficial. El aumento del control estatal y la ampliación del listado de entidades sancionadas consolidan un marco restrictivo para el periodismo internacional en Rusia.

El medio alemán, según citó Europa Press, ha ratificado su compromiso con el mantenimiento de su presencia digital y la continuidad de su labor informativa hacia la sociedad rusa. La cadena reiteró su intención de garantizar acceso a análisis independientes y variedad de perspectivas sobre acontecimientos internacionales, en especial respecto a la evolución de la guerra en Ucrania. Pese al incremento de los obstáculos legales y técnicos, Deutsche Welle manifestó que mantendrá su línea editorial y el abastecimiento de contenidos alternativos para los usuarios dentro de Rusia, aún bajo la amenaza de represalias administrativas o judiciales.

Europa Press resaltó que la estrategia estatal de Rusia para ampliar la catalogación de entidades “indeseables” responde a la pretensión de limitar la circulación de visiones distintas y blindar la hegemonía del discurso estatal. Bajo este esquema, el espacio para la participación de profesionales y medios extranjeros se reduce, mientras que el acceso de la sociedad local a narrativas alternativas ve restringidas sus posibilidades de manera progresiva. Según la misma fuente, la deriva restrictiva y el refuerzo de mecanismos de control consolidan un entorno de alto riesgo para el ejercicio periodístico externo e interno, condicionando los márgenes de pluralidad informativa en el país.