ONU DDHH valora la liberación de 123 presos por Bielorrusia y pide más excarcelaciones

La reciente excarcelación en Bielorrusia incluyó a personas que habían recibido reconocimientos internacionales por su defensa de los derechos humanos, como el Premio Nobel de la Paz. Según informó la ONU DDHH, la liberación de Ales Bialiatski, así como de otros activistas relevantes como la artista Maria Kalesnikava y el excandidato presidencial Viktor Babariko, genera repercusiones entre organismos internacionales, aunque persisten las demandas de liberación total de opositores políticos. La noticia principal radica en el indulto que permitió la salida de 123 presos, entre ellos destacados referentes del movimiento social, político y artístico, acción que organismos como la oficina liderada por Volker Türk calificaron como un progreso limitado en la defensa de derechos fundamentales en el país.

De acuerdo a la información publicada por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU DDHH), el proceso de liberación involucró a 114 personas entregadas en la frontera, poco después del anuncio oficial de indulto presidencial realizado por el gobierno de Alexander Lukashenko. Este episodio ocurrió en paralelo a la comunicación del Ministerio de Defensa de Ucrania, que confirmó el traspaso de las personas liberadas, tal como detalló la ONU DDHH.

El medio destacó que la decisión del Ejecutivo bielorruso se produjo al poco tiempo de conocerse la suspensión, por parte de Estados Unidos, de sanciones dirigidas a la exportación de mineral de potasa, un insumo considerado estratégico para la economía bielorrusa. Esta medida económica había sido uno de los mecanismos de presión más relevantes adoptados por la comunidad internacional.

Entre las personas indultadas figuran también integrantes de la sociedad civil y antiguos presos de conciencia cuyo caso había recibido seguimiento permanente por parte de entidades internacionales. El medio consignó la liberación de Valiantsin Stefanovich, exvicepresidente de la Federación Internacional para los Derechos Humanos, y de Uladzimir Labkovich, abogado reconocido por su trabajo en defensa de libertades civiles, a quienes se había señalado como detenidos por motivos políticos en el marco de la represión ocurrida tras las protestas por las elecciones presidenciales de 2020.

ONU DDHH, a través de publicaciones en su cuenta oficial en la plataforma X, consideró la excarcelación de los prisioneros como un “avance”, subrayando que este paso no resuelve de manera integral la cuestión de los derechos humanos en Bielorrusia. La oficina comandada por Volker Türk subrayó la exigencia de liberar de manera incondicional a todas las personas detenidas en relación con actividades políticas, manifestaciones o el ejercicio de libertades civiles, y reiteró la necesidad de eliminar las detenciones que se fundamentan en la expresión pacífica de la disidencia.

La reacción de la comunidad internacional mantuvo un enfoque cauteloso. Según consignó ONU DDHH, organizaciones multilaterales y líderes políticos reiteraron su expectativa de que continúe el proceso de excarcelaciones y que finalicen las prácticas represivas ejercidas contra sectores opositores. En el análisis de la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas, las sanciones económicas y la presión diplomática influyeron en la dinámica reciente, permitiendo que el gobierno de Minsk adoptara gestos señalados como aperturistas, aunque limitados.

El contexto de las recientes medidas también incluyó el antecedente de las elecciones presidenciales de 2020, que generaron masivas protestas a raíz de denuncias de fraude. Según ONU DDHH, el accionar de las autoridades bielorrusas generó condena internacional y respondió a una presión creciente sobre el Estado para que garantice el respeto a los derechos civiles y la participación política.

El seguimiento de la situación en Bielorrusia por parte de organismos multilaterales y entidades especializadas en derechos humanos continúa siendo constante. Estos actores documentan las condiciones de las garantías civiles y políticas en el país y monitorean la evolución del contexto político, en especial el destino de los opositores y activistas detenidos.

El medio también reportó que, pese al indulto presidencial y la liberación de estas 123 personas, distintas organizaciones internacionales y defensores de derechos humanos insisten en que cientos de personas siguen privadas de libertad por razones relacionadas con la protesta social o la actividad política. ONU DDHH subrayó que la medida solo responde de forma parcial a los requerimientos de la comunidad internacional, y que las demandas esenciales de respeto pleno por los derechos y libertades fundamentales permanecen sin solución integral.

Este episodio se enmarca en la atención constante que mantienen los organismos multilaterales sobre el gobierno de Alexander Lukashenko y la situación de derechos humanos en Bielorrusia. Las recientes liberaciones representan, según ONU DDHH, un hecho positivo dentro de una problemática más amplia donde la represión y las detenciones políticas persisten como cuestiones urgentes para la comunidad internacional.