El fabricante de los aspiradores 'Roomba' se declara en quiebra y pasará a ser propiedad de la china Picea

Tras anunciar en enero de 2024 un severo recorte de personal que implicaba la reducción de más de la mitad de su plantilla, iRobot ahora se enfrenta a un cambio aún más radical: la compañía, conocida por fabricar los robots aspiradores Roomba, pasará a estar bajo control absoluto de la empresa china Shenzhen Picea Robotics. Según informó el medio original, iRobot y varias de sus filiales han iniciado un proceso voluntario de bancarrota bajo la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, como parte de un acuerdo de reestructuración que desembocará en la compra del 100% de la firma estadounidense por parte de Shenzhen Picea Robotics y su filial Santrum Hong Kong.

De acuerdo con la información publicada, una vez finalizada la adquisición, iRobot dejará de cotizar en el Nasdaq y se convertirá en una empresa privada bajo la propiedad total de Picea. Este cambio también conlleva la pérdida completa para los accionistas actuales: si el Tribunal del Distrito de Delaware aprueba el plan de quiebra, no recibirán participación alguna en la nueva estructura societaria, tal como indicó el medio original sobre las previsiones de la compañía. Así, quienes hayan invertido en iRobot a través del mercado bursátil quedarán con una pérdida total de su inversión.

El acuerdo alcanzado, según lo detallado por el medio, busca fortalecer la situación financiera de iRobot y sentar bases para el desarrollo futuro. En palabras del consejero delegado Gary Cohen, recogidas por la fuente original: “El anuncio de hoy marca un hito crucial para asegurar el futuro a largo plazo de iRobot”. Cohen encuadró la operación como un paso esencial para dotar de estabilidad a la empresa en un entorno especialmente competitivo y con desafíos económicos significativos.

Dentro del contexto de la operación, Shenzhen Picea Robotics, principal acreedor y fabricante de iRobot, absorberá la totalidad de las acciones de la compañía. Con esto, iRobot espera reducir su nivel de endeudamiento e impulsar la innovación en productos de robótica y dispositivos domésticos inteligentes. El medio subrayó que, tras su salida del mercado bursátil, iRobot mantendrá la actividad habitual durante todo el proceso concursal, con la expectativa de completarlo en febrero de 2026. Esta continuidad operativa resulta relevante para clientes y proveedores, ya que la marca se mantendrá activa pese al cambio radical en la estructura de propiedad.

Según detalló la publicación, iRobot fue fundada en 1990 y desde entonces había crecido hasta convertirse en una de las empresas pioneras en robótica de consumo. Debutó en bolsa en 2005 y logró reconocimiento mundial gracias a los robots aspiradores Roomba, consolidando una posición preponderante dentro del segmento de dispositivos inteligentes para el hogar.

El medio original precisó que el pasado marzo, iRobot había reconocido la existencia de “dudas sustanciales” frente a su posibilidad de continuar en funcionamiento, al enfrentar una disminución de la demanda por el avance de la competencia, así como dificultades derivadas de la coyuntura macroeconómica y las políticas arancelarias. Este escenario se agravó tras la cancelación de la adquisición previamente acordada con Amazon. De acuerdo con la cobertura, el gigante estadounidense desistió en enero de 2024 de comprar iRobot después de que la Unión Europea manifestara reservas sobre la posible operación al considerar que podía “restringir” la competencia en el sector, lo que impedía obtener el visto bueno de los reguladores.

Al verse frustrada la operación con Amazon, iRobot optó por implantar un plan de ajuste que, según consignó la fuente, terminó en una reducción sustancial de personal por encima del 50%. El objetivo de este recorte era fortalecer la estructura financiera y adaptarse a un entorno que el propio fabricante describía como caracterizado por la incertidumbre y la presión de los actores globales.

El acuerdo actual con Shenzhen Picea Robotics permite al fabricante estadounidense evitar el colapso y continuar su actividad bajo nuevos dueños. Tanto Picea como su filial Santrum Hong Kong se perfilan como los impulsores de la nueva etapa de iRobot, apostando por el desarrollo tecnológico y la reestructuración profunda que requiere el mercado de la robótica doméstica. De este modo, iRobot afronta su futuro como empresa privada, desligada de la cotización bursátil y bajo control directo de inversionistas chinos, en una estrategia destinada a asegurar su viabilidad operativa a largo plazo.

El desenlace de este proceso está supeditado a la aprobación judicial del plan y al cumplimiento de los plazos fijados en el marco del Capítulo 11. A partir de entonces, la emblemática marca experimentará un cambio sustancial en su estructura, sin opción de recuperación para los accionistas previos y con la expectativa de que la compañía se estabilice financieramente bajo el nuevo esquema propietario definido en el acuerdo de reestructuración, según relató el medio de referencia.