Australia reconoce que investigó por primera vez a uno de los atacantes de Sídney en 2019

Las autoridades australianas enfrentan cuestionamientos crecientes luego del atentado de Bondi Beach, mientras una investigación policial y forense reevalúa procedimientos de inteligencia y migración tras la ausencia previa de señales de alerta sobre Naveed Akram

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El registro detallado de la vida migratoria de Sajid Akram en Australia, avalado por documentos desde 1998 y sus renovaciones tras un matrimonio con una ciudadana australiana en 2001, ha permitido a los equipos de investigación trazar el perfil de uno de los protagonistas del atentado de Bondi Beach durante la celebración de Janucá. Según consignó ABC News, la intervención policial que resultó en su fallecimiento y la posterior detención hospitalaria de su hijo, Naveed Akram, dejó un saldo de quince personas muertas y cuarenta y dos heridas, de las cuales veintisiete continúan recibiendo atención médica, algunas bajo un pronóstico reservado. El tráfico de cerca de dos mil personas en la playa al iniciarse el ataque generó escenas de desorden y pánico, mientras los propios asistentes ayudaban a las víctimas ante la inmediatez de la emergencia, detalló el medio.

De acuerdo con ABC News, Naveed Akram, de veinticuatro años, figuró entre los individuos revisados por la Organización Australiana para la Inteligencia y la Seguridad (ASIO) en 2019, cuando tenía diecinueve años. La investigación de ese periodo se llevó a cabo dentro de procedimientos rutinarios para identificar amenazas potenciales, motivada por vínculos personales del joven con personas consideradas de interés por las agencias de inteligencia. No se identificaron señales de alarma ni comportamientos que justificaran la adopción de medidas adicionales, motivo por el cual el caso fue archivado, un hecho que ha elevado las críticas a la eficacia de los controles y protocolos de prevención vigentes.

ABC News explicó que el incidente en Bondi Beach motivó un despliegue de los cuerpos de seguridad, quienes establecieron un perímetro y dieron prioridad tanto a la localización de potenciales riesgos como a la atención y traslado de los heridos. La cobertura relató la colaboración entre la policía, los servicios de emergencia y los asistentes para contener la situación y preservar la evidencia. Las autoridades confirmaron la apertura de una investigación forense y policial en curso, con procedimientos para recolectar pruebas, tomar declaraciones y reconstruir la cronología de los hechos, mientras se mantiene la reserva sobre datos técnicos relativos al armamento empleado y la mecánica exacta del ataque para no entorpecer la pesquisa.

La revisión del entorno y los antecedentes de Sajid y Naveed Akram incluye actualmente la evaluación de variables personales, familiares y sociales, según reportó ABC News. Mientras el gobierno y las fuerzas de seguridad mantienen la prudencia sobre detalles como el país de origen de Sajid Akram, la especulación mediática giró en torno a su posible relación con Pakistán, aunque el ministro del Interior, Anthony Burke, rechazó confirmar tal información en sus declaraciones públicas.

El caso ha puesto en el centro del debate nacional la suficiencia de los sistemas de alerta temprana y monitoreo en Australia, especialmente en la organización de actos públicos de gran convocatoria. Sectores sociales y expertos en seguridad, citados por ABC News, han exigido una revisión de los protocolos y una articulación más eficiente entre las agencias de inteligencia y la policía, reclamando tanto mejoras en los métodos de vigilancia como transparencia en los procedimientos y los parámetros que determinan la categoría de sospechoso.

De acuerdo a ABC News, el gobierno de Australia ha ordenado una revisión integral de los criterios y protocolos aplicados en la evaluación de personas previamente investigadas por organismos de inteligencia. El anuncio oficial establece que la revisión no solo abarcará las bases de datos y las señales de alerta utilizadas, sino que también considerará las dinámicas de colaboración entre diferentes dependencias para prevenir desenlaces similares.

Las escenas posteriores al ataque, descritas por testigos y recogidas por ABC News, combinaron confusión, temor y acciones espontáneas de colaboración civil. La rápida intervención de las fuerzas de seguridad incluyó la habilitación de corredores para la evacuación de heridos y la protección de los servicios médicos. El área del suceso permaneció bajo custodia prolongada, a la espera de la recopilación exhaustiva de pruebas. El trabajo de las unidades forenses avanza en paralelo a entrevistas a familiares, sobrevivientes y allegados, con el objetivo de esclarecer las motivaciones de los implicados y eventuales conexiones internas o externas.

Los registros de residencia legal sobre Sajid Akram han sido revisados sin que se detectaran anomalías, confirmó ABC News. Su integración social y la renovación sucesiva de permisos desde 1998, así como la obtención de la ciudadanía australiana por un periodo prolongado, formaban parte del expediente analizado por los investigadores. Al cierre del episodio, tanto la cobertura oficial como la mediática han optado por limitar la publicación de datos personales de los agresores, limitándose a difundir los nombres de pila y las edades en cumplimiento de normativas y resguardos legales, según subrayó ABC News.

El seguimiento judicial y forense permanece activo conforme se amplía el análisis sobre la capacidad operativa de los servicios de inteligencia y los mecanismos de control ciudadano en grandes eventos. El episodio ha incrementado la presión pública para que se adopten cambios que refuercen los instrumentos de prevención y vigilancia, mientras continúa la investigación sobre las motivaciones y el contexto que desembocaron en el ataque de Bondi Beach, de acuerdo a los reportes proporcionados por ABC News.