Camboya denuncia 11 muertos y 59 heridos por los últimos bombardeos de Tailandia

Miles de desplazados, niños entre las víctimas y servicios esenciales paralizados agravan la emergencia en la frontera, mientras crecen las acusaciones por el uso de “humo tóxico” y Tailandia valora bloquear el acceso marítimo a productos estratégicos

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El Gobierno de Camboya informó sobre la evacuación de unas 394.000 personas, pertenecientes a 117.000 familias, entre las que se encuentran cerca de 96.000 menores de edad, como consecuencia directa de los ataques atribuídos al ejército tailandés en zonas fronterizas. La magnitud del desplazamiento, detallada por el Ministerio del Interior en el balance oficial dado a conocer el domingo, coincide con nuevas denuncias por la persistencia de bombardeos y una serie de incidentes que agravan la crisis humanitaria en la región. Según publicó el medio, los enfrentamientos se reanudaron el 7 de diciembre y no han cesado pese a los intentos internacionales de mediar un alto el fuego.

De acuerdo con los datos entregados por el Ejecutivo camboyano y recogidos por varias agencias, los más recientes bombardeos por parte de las fuerzas armadas tailandesas han provocado la muerte de once civiles y lesiones a otros 59 residentes. El Ministerio del Interior relaciona los ataques con situaciones que afectan principalmente a las provincias de Preah Vihear, Oddar Meanchey, Banteay Meanchey, Battambang, Pursat, Koh Kong y Siem Reap, donde la destrucción o afectación grave alcanzó viviendas, empresas, oficinas administrativas, templos budistas y carreteras. El medio consignó que los servicios esenciales disponibles en esas localidades, incluidos los centros educativos y de salud, permanecen totalmente paralizados.

Además de los daños materiales y humanos, el Ministerio de Defensa de Camboya identificó hasta cinco ataques aéreos en un intervalo de doce horas, especificando uno ocurrido en Banteay Meanchey, donde acusan al ejército tailandés de haber recurrido al uso de “humo tóxico”. Según reportó el medio, hasta el momento las autoridades de Tailandia no emitieron declaración sobre este punto. La escalada en la zona tensiona tanto la situación humanitaria como la seguridad, incrementando las acusaciones mutuas entre ambos gobiernos por el tipo de armamento empleado y la afectación de civiles.

En paralelo, la Marina Real de Tailandia anunció que tiene previsto presentar ante el Consejo de Seguridad Nacional del país una propuesta para imponer un bloqueo marítimo a Camboya, cuyo objetivo sería impedir la llegada de petróleo y otros productos estratégicos. El portavoz adjunto de la Marina, Nara Khunthodhom, subrayó que la iniciativa todavía debe ser sometida a estudio y debate en el Consejo, pero implica bloquear la entrada a aguas camboyanas de cualquier tipo de buque —comerciales, pesqueros o petroleros—, incluyendo aquellos con propietarios tailandeses o con matrícula extranjera. Tal como indicó la fuente, la propuesta contempla declarar como área de alto riesgo toda la franja marítima que rodea los puertos principales de Camboya.

Según recogió el medio, la decisión de la Marina tailandesa coincide con el rechazo manifestado este sábado a una oferta de alto el fuego respaldada por Estados Unidos y con mediación de Malasia. No obstante, las autoridades de Tailandia afirman mantener las puertas abiertas a la vía diplomática. Como consta en un comunicado del ejército citado por la prensa, “Tailandia sigue adoptando un enfoque pacífico para resolver la situación, está dispuesta a cooperar con organizaciones internacionales independientes, incluida la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Comité Internacional de la Cruz Roja, y pide a Camboya que entable un diálogo constructivo a través de los mecanismos existentes”.

El ejército tailandés defendió sus acciones bajo el argumento de que opera, según dice, en ejercicio del derecho a la legítima defensa conforme a la normativa internacional y que sus blancos se limitan exclusivamente a instalaciones y objetivos militares. En contraparte, insiste en permitir el acceso de observadores internacionales y solicita la cooperación del gobierno camboyano en mesas de diálogo ya establecidas en años anteriores.

Por su parte, Tailandia indicó que las bajas en sus filas, atribuidas a bombardeos y ataques efectuados desde el lado camboyano, ascienden de manera provisional a nueve militares fallecidos y más de 120 heridos. Medios locales señalan que los enfrentamientos generan preocupación por la posible intensificación del conflicto, especialmente tras los intentos fallidos de negociación y la falta de avances en la implementación de un alto el fuego eficiente.

En diversos comunicados, el gobierno de Camboya hizo énfasis en el impacto que la situación mantiene sobre los servicios públicos en las zonas afectadas, con interrupciones generalizadas de la atención médica y educativa, así como de otras prestaciones clave para la población civil desplazada. Además de los daños en la infraestructura local, se registraron denuncias por la afectación de lugares de culto y centros de actividades comunitarias, señalando que las hostilidades aumentan la vulnerabilidad de familias y comunidades, según asesores de organismos humanitarios que han evaluado el terreno.

El medio destacó que, mientras persiste la inestabilidad en la zona fronteriza y las negociaciones no muestran avances sostenidos, la posibilidad de sanciones y bloqueos económicos y logísticos sigue en evaluación por parte de autoridades tailandesas. Los organismos internacionales continúan exigiendo la protección de la población civil y el respeto al derecho internacional humanitario.