Al menos 15 muertos y 42 heridos en un ataque terrorista a una fiesta judía en una playa de Sídney

Testigos coincidieron en que numerosas familias y vecinos se encontraban reunidos celebrando la Janucá cuando la violencia alteró por completo el ambiente festivo en la playa de Bondi, Sídney. Según El País, en la tarde del domingo, alrededor de las 18:45 hora local, la celebración religiosa judía se vio abruptamente interrumpida cuando dos atacantes abrieron fuego contra la multitud. El saldo, reportado por El País, fue de al menos 16 muertos, entre ellos una niña de diez años, y más de cuarenta personas hospitalizadas. La policía australiana considera el hecho como un acto terrorista y mantiene abiertas las investigaciones para esclarecer todos los detalles relacionados con el ataque.

El hecho ocurrió mientras más de 2.000 personas participaban en el encendido de las primeras velas de Janucá en el extremo norte de la playa de Bondi. Los responsables, identificados por las autoridades como un hombre de 50 años y su hijo de 24, dispararon contra los asistentes. El hombre mayor falleció en el lugar del ataque, mientras que su hijo fue aprehendido y trasladado a un hospital en estado crítico, relató El País. Entre las víctimas heridas figuran tanto civiles como al menos dos agentes policiales, y los afectados presentan edades que abarcan desde los 10 hasta los 87 años.

El comisario jefe de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, declaró que la información preliminar sobre el atacante más joven sigue siendo limitada y acotó que no existen indicios previos sobre la preparación de este atentado. Lanyon puntualizó que las pesquisas siguen su curso para determinar la motivación concreta de los responsables. Además, precisó que tras registrarse domicilios en los distritos de Bonnyrigg y Campsie, las fuerzas de seguridad hallaron seis armas de fuego, según los datos obtenidos por la policía, y estas concuerdan con licencias de posesión asignadas previamente al hombre de 50 años involucrado en el ataque.

El País recogió declaraciones del ministro principal de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, quien informó que 42 personas heridas continúan ingresadas en diversos hospitales de la región debido a la gravedad de sus lesiones. Las autoridades subrayaron que el despliegue policial y la atención de emergencias se sostuvieron durante horas tras el suceso, con decenas de efectivos trabajando para asegurar la zona y brindar asistencia a los afectados.

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, calificó lo sucedido como un “momento oscuro para Australia” y expresó que “el mal que ha sido desatado en Bondi escapa a nuestra comprensión, y el trauma y la pérdida que están padeciendo las familias esta noche van más allá de la peor pesadilla”. Albanese compartió estas impresiones en una comparecencia junto a Nigel Ryan, comisario federal en funciones de la Policía, quien confirmó la activación de una investigación antiterrorista con todos los recursos disponibles del Estado.

Por su parte, Mike Burgess, máximo responsable de la Organización Australiana para la Inteligencia y la Seguridad (ASIO), declaró al medio El País que uno de los sospechosos era conocido por su organismo, aunque recalcó que no había sido identificado como una amenaza inminente. En este contexto, medios australianos mencionaron la posible identidad del detenido, pero Burgess llamó a la cautela y al respeto por los procedimientos oficiales de la investigación.

A nivel internacional, la reacción fue inmediata. El presidente de Israel, Isaac Herzog, condenó el hecho al definirlo como “un vil ataque terrorista contra los judíos que estaban encendiendo las primeras velas de Janucá en la playa de Bondi” e instó al Gobierno australiano a responder con firmeza ante el antisemitismo. Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, asoció el reconocimiento de Palestina por parte del Ejecutivo australiano con el posible fortalecimiento de actitudes antisemitas, y recordó que advirtió de estos riesgos a Anthony Albanese mediante una misiva previa. Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional de Israel, hizo responsable directo al Gobierno australiano, afirmando que “sus manos están manchadas con la sangre de los asesinados”.

En el ámbito de la ONU, el secretario general António Guterres condenó el hecho, describiéndolo como “el atroz y mortal ataque” cometido “contra familias judías reunidas en Sídney para celebrar la Janucá”. Guterres expresó su solidaridad con la comunidad judía mundial en esta festividad que simboliza la paz y la luz frente a la adversidad.

En Estados Unidos, el secretario de Estado, Marco Rubio, manifestó su rechazo y aseguró que “el antisemitismo no tiene cabida en este mundo”, solidarizándose con las víctimas, la comunidad judía y la sociedad australiana.

Organizaciones comunitarias en Australia también respondieron a los hechos. El Consejo de Imanes de Australia difundió un pronunciamiento en el que rechazaron el ataque y aseguraron que “estos actos de violencia y crímenes no tienen cabida en nuestra sociedad”. El comunicado exigió justicia y subrayó que los autores deben enfrentar las consecuencias de sus actos según la ley, al tiempo que transmitió condolencias a los familiares de las víctimas y a quienes fueron testigos del atentado.

Qatar comunicó, vía su Ministerio de Exteriores, su repudio al atentado y ratificó su postura contra el uso de la violencia y el terrorismo, aunque evitó referirse a la confesión religiosa de las víctimas. Por su parte, la Autoridad Palestina expresó solidaridad con Australia, el gobierno y la sociedad, pronunciándose contra “todas las formas de violencia, terrorismo y extremismo, que son contrarias a los valores humanos y principios morales”.

A raíz del atentado, reportó El País, se intensificó el debate dentro de Australia sobre la seguridad en eventos religiosos, el control del acceso legal y la presencia de armas, así como los desafíos que implican la prevención y la respuesta ante amenazas terroristas. Las autoridades reiteraron que el proceso de investigación permanece activo y que la identificación exacta de los participantes y sus motivaciones avanzará conforme se analicen nuevos indicios y testimonios recogidos en la escena y en los domicilios intervenidos.