La tormenta polar 'Byron' deja a la intemperie a más de 27.000 familias desplazadas en Gaza

Las consecuencias sanitarias para los niños desplazados destacan entre los efectos más alarmantes después del paso de la tormenta polar 'Byron' por la Franja de Gaza. De acuerdo con la organización Médicos Sin Fronteras, el incremento en las infecciones respiratorias y los episodios de diarrea infantil ya resulta notorio en el enclave palestino, mientras la crisis humanitaria persiste y se agrava conforme se aproxima el invierno y aumentan las lluvias. Sobre este mismo contexto, el Gobierno gazatí advirtió que la destrucción previa a causa de la ofensiva israelí ha dejado a cientos de miles de personas vulnerables ante las adversidades provocadas por el reciente fenómeno meteorológico.

Según informó la agencia Europa Press, las autoridades de Gaza confirmaron que el fenómeno polar 'Byron', registrado desde el pasado miércoles, causó la muerte de doce personas y dejó a más de 27.000 familias sin refugio, luego de que las inundaciones arrasaron con miles de tiendas de campaña. Esta cifra supone una revisión a la baja del número de víctimas mortales comunicado el viernes anterior. Ismail Thawabta, portavoz de comunicación de las autoridades de Hamás, comunicó que las pérdidas materiales ascienden a 3,5 millones de euros, afectando no solo a viviendas sino también a unas 50.000 tiendas de campaña que servían como alojamiento principal para los desplazados.

El medio Europa Press detalló que la infraestructura esencial del enclave resultó seriamente dañada. La tormenta provocó erosión en cientos de calles de tierra y caminos temporales distribuidos en las distintas gobernaciones de la Franja de Gaza. Las condiciones de acceso empeoraron para los servicios de emergencia y las ambulancias, que se ven impedidas de ingresar con prontitud a las zonas más afectadas. Además, la red de alcantarillado improvisada—instalada durante la emergencia—sufrió serios desperfectos, generando inundaciones incluso en las entradas de las escuelas y centros educativos que actualmente funcionan como refugios para la población desplazada.

Europa Press reportó también que el temporal alteró la provisión de servicios básicos. Muchas de las líneas temporales de abastecimiento de agua quedaron inutilizadas, depósitos destinados a agua potable permanecen embarrados y se registró el colapso de decenas de pozos de absorción en los asentamientos centrales más poblados por desplazados. Este panorama agrava los riesgos de contaminación y la propagación de enfermedades infecciosas, especialmente entre la infancia.

Médicos Sin Fronteras alertó en declaraciones recogidas por Europa Press que la tormenta polar complicó aún más la ya delicada situación sanitaria que atraviesan los habitantes de Gaza, particularmente los menores que habitan en instalaciones improvisadas sin la mínima protección frente al frío y la humedad. El incremento en las infecciones respiratorias y los brotes de diarrea en niños durante el invierno de 2024 ilustran los desafíos de salud pública que enfrentan quienes se han visto forzados a abandonar sus hogares.

Según la información oficial compartida por el director de comunicación de Hamás y recopilada por Europa Press, actualmente más de un cuarto de millón de desplazados se alojan en tiendas de campaña y refugios rudimentarios, de un total de aproximadamente un millón y medio de personas afectadas en el enclave. Estos refugios no pueden garantizar condiciones adecuadas frente a la dureza de las condiciones meteorológicas, lo que se traduce en una mayor exposición a enfermedades y dificultades para mantener la higiene.

El Gobierno local calcula que al menos 13 viviendas resultaron gravemente dañadas y que la intensidad de la tormenta polar afectó cerca de 50.000 tiendas de campaña, fundamentales para la subsistencia de miles de familias desplazadas. Además, la erosión de caminos y la inundación de accesos a centros educativos complican la entrega de ayuda humanitaria y el traslado de heridos o enfermos a instalaciones médicas.

La presencia de aguas estancadas y la contaminación de fuentes de agua potable elevan la probabilidad de brotes de enfermedades hídricas, mientras la dificultad para bombear el agua de las áreas afectadas pone en riesgo a las comunidades más vulnerables. La ONG Médicos Sin Fronteras subrayó a Europa Press que la destrucción generalizada causada durante la ofensiva de Israel ha creado una crisis de grandes proporciones, limitando la capacidad de recuperación ante emergencias climáticas como la tormenta 'Byron'.

Las autoridades de Gaza reconocen que muchas de las infraestructuras dañadas son de carácter temporal y que la situación podría deteriorarse aún más si persisten las precipitaciones y las bajas temperaturas en las próximas semanas. El colapso de los sistemas de alcantarillado y la imposibilidad de drenar las aguas pluviales intensifican el hacinamiento y agravan las condiciones de insalubridad en los refugios.

Finalmente, Europa Press consignó que las organizaciones humanitarias y el gobierno local insisten en la urgencia de asistencia internacional para responder a los daños acumulados y atender las necesidades de una población desplazada que enfrenta riesgos elevados de salud y supervivencia ante los embates tanto climáticos como del conflicto que atraviesa el enclave.