Detenidas seis personas por introducir hachís desde Marruecos mediante helicópteros

La fase de almacenamiento de los cargamentos de hachís, destinada a dificultar su localización y decomiso, resultó clave en la investigación que permitió a la Guardia Civil confirmar la existencia de una red de tráfico con operaciones consolidadas y un modus operandi altamente estructurado. Este hallazgo, según detalló la Guardia Civil en un comunicado reproducido por diversos medios, surgió tras el registro de una finca en Níjar, Almería, donde se localizaron veinticinco fardos de hachís, con un peso total de 657 kilogramos. Ese operativo permitió avanzar hasta la detención de seis personas, presuntas integrantes de una organización dedicada al ingreso de hachís desde Marruecos, utilizando helicópteros y aprovechando enclaves rurales de diversas provincias como puntos de almacenamiento antes de redistribuir la droga hacia otros países europeos.

De acuerdo con la información difundida por la Guardia Civil, la organización empleaba rutas aéreas nocturnas entre Marruecos y el sur de la península ibérica, sobrevolando el Mediterráneo hasta aterrizar en localizaciones apartadas de Almería, Málaga y Murcia. Según reportó la Guardia Civil, el grupo contaba con helicópteros de diferentes capacidades, lo que les permitía trasladar entre quinientos y novecientos kilogramos de hachís en un solo viaje. Las aeronaves rozaban áreas despobladas, aterrizando tanto en fincas privadas como en instalaciones industriales poco transitadas para evitar la detección policial y garantizar el éxito en la descarga de los fardos.

El esquema logístico de esta red criminal, conforme a lo consignado por el medio en base a información oficial, contemplaba la utilización de furgonetas para el traslado de la mercancía desde los puntos de aterrizaje hacia depósitos ocultos en zonas rurales de Almería, Málaga y Murcia. Estos depósitos servían como estaciones transitorias desde las que la organización, tras reducir al mínimo el tiempo de almacenamiento, organizaba el traslado por carretera hacia el norte, en dirección a mercados de otros países europeos. La finalidad de este sistema consistía en disminuir los riesgos de incautación y acelerar la llegada de la droga a sus destinos finales.

Durante los registros realizados en el marco de la operación ‘Giro’, agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Málaga, el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (CRAIN), la Unidad Central Operativa (UCO) y el Grupo de Acción Rápida (GAR) participaron de manera coordinada, según detalló la Guardia Civil. Además, en el transcurso de esos operativos fueron incautados uno de los helicópteros empleados por la organización, cinco armas largas, 2.900 euros en efectivo y varios vehículos utilizados en la logística del tráfico. La Guardia Civil precisó que el dinero provenía de las actividades ilícitas y se destinaba al reparto entre los miembros de la red tras asegurar la mercancía y superar la fase de almacenamiento.

La investigación, que abarcó puntos clave en Almería, Málaga y Murcia, permitió determinar la existencia de patrones de vuelo y desplazamientos propios de organizaciones con experiencia en redes aéreas clandestinas. Conforme a la información publicada por la Guardia Civil y recogida por medios de comunicación, los responsables variaban de forma constante los vuelos y modificaban los lugares de aterrizaje, eligiendo sitios de acceso restringido para dificultar el rastreo policial. Para el movimiento sigiloso, utilizaban vehículos adaptados, mientras que las aeronaves y la droga podían permanecer ocultas en almacenes industriales o en terrenos rurales con escasa vigilancia.

La logística del grupo, conforme a las explicaciones de la Guardia Civil difundidas en la prensa, incorporaba tecnologías aeronáuticas avanzadas que facilitaban rutas alternativas y mantenían la flexibilidad operativa. Estos recursos permitieron a la red incrementar la eficacia del traslado, evitando los controles fronterizos e impidiendo la actuación de patrullas terrestres, principalmente en las vías del sur peninsular, zona especialmente vigilada por constituir una ruta frecuente de entrada de estupefacientes desde el norte de África.

Otro de los aspectos destacados en los reportes de la Guardia Civil sobre la operación ‘Giro’ fue la colaboración establecida entre diferentes cuerpos policiales internacionales. La investigación contó con el respaldo de la Gendarmería Real de Marruecos y la coordinación con agencias policiales de Bélgica y Suecia, lo que permitió identificar y desarticular conexiones transnacionales implicadas tanto en la introducción de estupefacientes en España como en su relevo hacia redes continentales de distribución. La participación de estas fuerzas internacionales mostró la dimensión del fenómeno y la necesidad de intervenciones conjuntas para combatir el tráfico de drogas a gran escala.

El análisis de la estructura de la red evidenció un alto grado de planificación y sofisticación en la gestión logística y en las tácticas de evasión desarrolladas para minimizar el riesgo de actuación policial. Según la información recogida de la Guardia Civil, la organización mantenía sus operaciones mediante la alternancia de rutas, la adopción de nuevos puntos de aterrizaje y la exigencia de una transferencia rápida de la mercancía, factores que convertían a este conglomerado en una de las principales vías de acceso de hachís a Europa a través de España.

Las seis personas detenidas en el operativo fueron puestas a disposición judicial bajo los cargos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal. Como reiteró la Guardia Civil en su comunicado recogido por los medios, la operación ‘Giro’ logró neutralizar la infraestructura principal de un grupo caracterizado por el uso de helicópteros, una logística adaptable y una estrategia dirigida a eludir la intervención de las fuerzas del orden. Este tipo de actuaciones, según subrayó la Guardia Civil, se enmarca en los esfuerzos de cooperación internacional para combatir el narcotráfico y reducir la entrada y redistribución de grandes volúmenes de estupefacientes en territorio europeo.