UNICEF alerta del "ritmo vertiginoso" de desplazamientos a causa de la violencia en el norte de Mozambique

Miles de personas, en su mayoría menores, han debido abandonar sus comunidades por una combinación de violencia armada y desastres naturales recientes, lo que ha saturado los servicios y ha disparado el llamado de auxilio de organizaciones internacionales

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Mary Louise Eagleton, representante de UNICEF en Mozambique, advirtió recientemente que la respuesta humanitaria en el norte del país enfrenta un umbral crítico, ante la saturación de los servicios esenciales y el riesgo elevado de nuevos desastres naturales que amenazan especialmente a la población infantil desplazada. Según detalló Europa Press, la dimensión de la emergencia alcanza cifras inéditas por el aumento de la violencia armada y la ocurrencia de ciclones, una combinación que ha forzado un desplazamiento interno masivo en las provincias de Cabo Delgado y Nampula. UNICEF y otras organizaciones recalcan que más de dos tercios de los desplazados son menores de edad, reflejando la tendencia alarmante de una crisis humanitaria cuya magnitud continúa en ascenso.

De acuerdo con información recopilada por Europa Press, se estima que más de 100.000 personas han dejado sus hogares en el norte de Mozambique en lo que va del año, impulsadas por la escalada de ataques armados y el impacto de fenómenos meteorológicos extremos ocurridos en 2025. Tanto la infancia como las familias de estas regiones se ven sometidas a amenazas múltiples que desbordan la capacidad de respuesta de las agencias humanitarias y los servicios públicos. UNICEF reporta que cerca de 920.000 niños y niñas resultaron afectados por los ciclones recientes, con severas consecuencias para el acceso a la educación debido a la destrucción o daños en infraestructuras escolares, lo que afecta directamente a casi 400.000 estudiantes.

Esta situación se agrava, según consigna Europa Press, por la intensificación de los ataques armados atribuidos al grupo Estado Islámico en África Central (ISCA), con al menos los distritos de Erati y Memba señalados entre los focos de mayor violencia. El ritmo de desplazamiento se describe como “vertiginoso” en informes de UNICEF, lo que ha creado una presión sin precedentes sobre servicios clave como salud, acceso a agua potable, saneamiento, higiene, educación y la protección de la niñez.

Eagleton, en declaraciones recogidas por Europa Press, explicó que el notable número de niños desplazados se vincula directamente con la frecuencia e intensidad de la violencia armada y con las violaciones graves a los derechos fundamentales en las zonas más afectadas. La representante de UNICEF advirtió: “Este aumento en el número de niños y niñas obligados a huir está empujando a las familias a situaciones desesperadas, mientras que los servicios esenciales, salud, educación, protección infantil, agua, saneamiento e higiene, se ven desbordados por la magnitud de las necesidades”.

La labor de organizaciones internacionales enfrenta obstáculos adicionales relacionados con la insuficiencia de recursos y los recortes presupuestarios, señalaron fuentes consultadas por Europa Press. El informe revela que el déficit de financiamiento complica aún más la atención de las necesidades básicas de millones de desplazados, incrementando los riesgos para la infancia. Agencias y ONGs han documentado abusos graves contra menores, como secuestros, explotación y reclutamiento forzado en las zonas bajo control de actores armados.

A criterio de los especialistas citados por Europa Press, la pobreza crónica y la recurrencia de desastres naturales como ciclones y lluvias intensas amplifican la vulnerabilidad de los menores, quienes ya afrontaban dificultades en el acceso a servicios básicos antes de la actual escalada violenta. Eagleton puntualizó que la carencia de recursos agrava este panorama, en un escenario donde 4,8 millones de personas requieren asistencia humanitaria en el país, de las cuales más de la mitad son menores de edad.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) manifestó también su preocupación por el repunte de ataques y el crecimiento del número de desplazados, según recoge Europa Press. Según datos del organismo, la financiación disponible resulta insuficiente para responder a la expansión de las necesidades. Para el año 2026, ACNUR calcula que se requerirán 38,2 millones de dólares (unos 32,9 millones de euros) para dar cobertura a la crisis, aunque durante el año en curso solo se ha accedido a fondos equivalentes a la mitad del presupuesto estimado, que rondaba los 42,7 millones de dólares (cerca de 38,7 millones de euros).

La presión sobre servicios como salud, educación, agua y saneamiento, educación y protección infantil continúa creciendo, subraya Europa Press, mientras las organizaciones internacionales mantienen activo el llamado para incrementar la movilización de fondos y poder frenar el deterioro de la situación humanitaria. La prioridad de las agencias en terreno pasa por reforzar la protección a la niñez, rehabilitar infraestructuras educativas y sanitarias destruidas o dañadas y atender las causas profundas tanto del conflicto armado como de los efectos agravados por el cambio climático.

UNICEF ha intensificado su exhortación a la comunidad internacional para que gobiernos, Naciones Unidas, sociedad civil y sector privado colaboren en la protección de los menores afectados y en el fortalecimiento de la capacidad de respuesta ante nuevas crisis. Según Europa Press, Eagleton remarcó que la meta prioritaria consiste en salvaguardar a la infancia desplazada y responder tanto a las raíces del conflicto como a las vulnerabilidades originadas o amplificadas por los fenómenos climáticos extremos.

Dentro de esta coyuntura, los menores se presentan como los principales afectados por la crisis de desplazamiento. Europa Press reportó que la exposición a abusos y violaciones de derechos, combinada con un acceso insuficiente a servicios esenciales, limita gravemente sus oportunidades de desarrollo y supervivencia en el contexto actual. Las autoridades mozambiqueñas y actores internacionales se han visto obligados a coordinar intervenciones de emergencia en un escenario cada vez más complejo, donde la magnitud de las necesidades dificulta la gestión y genera un llamado constante a la solidaridad internacional.

En la agenda de prioridades establecida por las agencias humanitarias figura el incremento de la protección infantil, la reconstrucción de escuelas y centros de salud y la atención a los factores estructurales asociados tanto a la persistencia de la violencia como a la frecuencia de desastres naturales. Tal como subrayó Europa Press, la crisis de financiamiento y la elevada proporción de menores en situación de desplazamiento continúan empujando la emergencia hacia una situación crítica, ante la cual las organizaciones internacionales insisten en la urgencia de respuestas coordinadas y sostenidas en el tiempo.