Al menos nueve muertos, incluidos cuatro niños, en ataque de las RSF contra una guardería y un hospital en Sudán

El bombardeo imputado a elementos de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en la localidad de Kalogi, estado de Kordofán Sur, ha sido calificado por la Red de Médicos de Sudán como una grave violación del Derecho Internacional Humanitario, al impactar directamente contra una guardería y un hospital y ocasionar la muerte de al menos nueve personas, entre ellas cuatro niños y dos mujeres, según consignó la Red en un comunicado divulgado en la red X y citado por el medio original. El ataque, además, dejó siete heridos y se enmarca en un patrón de agresiones a la población civil e infraestructuras claves, lo que, según informan diversas entidades humanitarias sudanesas, agrava la crisis humanitaria que atraviesa el país y empeora la ya de por sí precaria situación del sistema sanitario.

La imposibilidad para acceder a atención médica y auxilio inmediato constituye uno de los principales problemas identificados por las organizaciones de salud desde el inicio de la escalada de violencia armada. Según publicó la fuente original, estos bombardeos sobre zonas densamente pobladas han exacerbado la vulnerabilidad de la población, ya que los servicios médicos sufren interrupciones constantes y se registra un desabastecimiento severo de suplementos esenciales. El medio subrayó que los equipos médicos permanecen en situación de riesgo y bajo amenaza de repetición de incidentes similares, lo que complica las tareas de socorro y protección a las personas heridas o con padecimientos crónicos.

La Red de Médicos de Sudán ha realizado llamados reiterados dirigidos a la comunidad internacional, incluyendo a Naciones Unidas y otras entidades humanitarias, para que coordinen acciones urgentes que busquen frenar la violencia dirigida a centros fundamentales como escuelas, hospitales y mercados. Según reportó el medio que cubrió los hechos, esa organización subraya la necesidad de establecer mecanismos que respalden la llegada de ayuda y contribuyan a garantizar la protección de la ciudadanía en Kordofán Sur y en otras zonas golpeadas por el conflicto.

El origen inmediato de la actual ola de enfrentamientos en Sudán se asocia al fracaso de integrar a las RSF en el ejército regular, según detalló la fuente mencionada. Este desencuentro desembocó en una serie de hostilidades abiertas entre ambas fuerzas, exacerbando el contexto de inestabilidad política heredado de la destitución de Omar Hasán al Bashir en 2019 y del derrocamiento, en 2021, del gobierno de transición encabezado por Abdalá Hamdok. Como resultado directo de esta nueva fase de violencia, millones de personas han debido desplazarse tanto dentro del territorio nacional como hacia países vecinos, ampliando los niveles de precariedad y emergencia sanitaria y social.

El deterioro progresivo de la situación humanitaria en Sudán está influido por el involucramiento de actores extranjeros así como por la división de apoyos internacionales a los distintos bandos, según destacó el medio original. Esta complejidad geopolítica limita las posibilidades de establecer negociaciones o pactos de cese al fuego, dificultando la acción humanitaria y restringiendo el acceso de las organizaciones de ayuda a las áreas más castigadas por la violencia. El medio también abordó los desafíos logísticos que encaran las misiones internacionales, cuya capacidad de acción está condicionada por la inseguridad persistente y la desaparición de estructuras estatales encargadas de coordinar la respuesta.

Los daños ocasionados a hospitales y centros médicos se traducen en la destrucción sistemática de infraestructuras, la propagación de enfermedades y la falta de recursos básicos para la atención de salud, según advirtió la Red de Médicos y consignó la fuente informativa. Esta combinación de factores coloca tanto a los lesionados recientes como a quienes experimentan condiciones previas en una situación de riesgo inminente, al mismo tiempo que expone a los profesionales de la salud a la violencia y determinadas amenazas directas.

La frecuencia de ataques como el sucedido en Kalogi interrumpe de manera crónica la distribución de ayuda y los intentos de restaurar los servicios públicos esenciales, de acuerdo con lo reportado por la fuente. Comunicaciones emitidas por organizaciones médicas recalcan que la magnitud de la emergencia sobrepasa la capacidad de respuesta local y apelan a una intervención internacional decidida que impida el colapso total de los sistemas de asistencia y protección social.

Los datos recogidos por el medio sitúan la emergencia sudanesa entre las crisis de mayor gravedad a nivel mundial, marcada por ataques repetidos contra la población civil y el incumplimiento de acuerdos para frenar el conflicto. El aislamiento forzado de comunidades y las restricciones de acceso para las organizaciones de ayuda han provocado un incremento en las cifras de desplazados y en la destrucción de infraestructuras escolares, hospitalarias y de suministro básico. Estas condiciones, enfatizó el medio original, debilitan el potencial de recuperación de las redes humanitarias y sociales, consolidando un escenario donde la prestación de servicios y la protección básica de la vida civil se ven extremadamente comprometidas.

Las demandas de la Red de Médicos de Sudán y otras entidades humanitarias convergen en la solicitud de un apoyo internacional que permita restablecer los servicios esenciales y fortalecer la defensa de la población civil. Según las fuentes consultadas, estos reclamos señalan la urgencia de iniciativas que permitan evitar una profundización irreversible de la crisis y avanzar en la protección de los derechos fundamentales de la sociedad sudanesa.