Somalia declina responder a los insultos de Trump y dice que "es más fácil" ignorar sus declaraciones

El primer ministro Hamza Abdi Barre optó por restar importancia a las palabras de Donald Trump sobre la población somalí y otros países africanos, defendiendo que ignorar estos comentarios resulta más productivo que confrontarlos públicamente

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Para el primer ministro de Somalia, Hamza Abdi Barre, responder públicamente a las palabras de Donald Trump no representa un interés nacional ni un tema que amerite atención prioritaria. De acuerdo con el medio Garowe Online, Barre manifestó este miércoles que ignorar los comentarios del expresidente estadounidense resulta más productivo que entrar en confrontaciones o buscar algún significado en sus declaraciones, minimizando así el impacto que estos insultos pudieran generar.

Según reportó Garowe Online, Barre sostuvo que Trump no solo ha dirigido declaraciones negativas hacia Somalia, sino también contra otros países africanos, incluyendo a Nigeria y Sudáfrica. El primer ministro somalí subrayó que estas afirmaciones carecen de importancia para su gobierno y que no encuentra justificación en dedicar esfuerzos a la polémica generada. Estas declaraciones surgen después de que Donald Trump, en un acto reciente, calificara a los somalíes de “basura” y asegurara que no desea que personas originarias de ese país ingresen a Estados Unidos.

Trump expresó el martes que “no quiere” a los somalíes en territorio estadounidense y restó valor a la corrección política de tales pronunciamientos. “Algunos dicen que no es políticamente correcto, pero no me importa. Su país no es bueno por una razón. Su país apesta. Puedo decirlo también de otros países”, afirmó el exmandatario. Estas declaraciones formaron parte de una serie de señalamientos contra el gobernador de Minnesota, Tim Walz, y la congresista demócrata Ilhan Omar, quien nació en Somalia.

El exmandatario argumentó que los migrantes y refugiados somalíes reciben “miles de millones de dólares cada año en Minnesota” sin contribuir con el país receptor. Trump afirmó que Estados Unidos se encuentra en un momento decisivo y que su futuro podría ir en diferentes direcciones, dependiendo del manejo migratorio. Insistió en que el país enfrenta riesgos por aceptar “basura” y aludió a Ilhan Omar y su entorno con el mismo término peyorativo, declarando: “Nuestro país está en un punto de inflexión y puede ir en cualquier dirección. Que vaya mal depende de que sigamos aceptando basura en nuestro país”.

En ese contexto, sostuvo que los migrantes somalíes no representan mano de obra productiva ni aportan beneficios tangibles a Estados Unidos. Según los comentarios recogidos por Garowe Online, Trump dijo: “No es gente que trabaje, no es gente que venga a hacer del país algo grande, no hacen otra cosa que quejarse. Se quejan, pero vienen de sitios en los que no tienen nada. Si vinieran del paraíso y dijeran que esto no es el paraíso... pero vienen del infierno y no hacen más que quejarse y protestar. Que vuelvan al lugar de donde vinieron y lo arreglen”.

Trump fue más allá y calificó a Somalia como un país carente de estructura y gobernabilidad efectiva. “Somalia casi no es un país. No tienen nada, solo corren de un lado a otro matándose unos a otros. No hay estructura”, puntualizó en el marco de su discurso.

De acuerdo con diversas atribuciones registradas por Garowe Online, estas expresiones llegan en el contexto de críticas recientes de Trump hacia Tim Walz, gobernador de Minnesota, a quien ya había calificado de “retrasado”. Estas declaraciones forman parte de los ataques relacionados con el manejo estatal que, a juicio de Trump, habría permitido el ingreso de somalíes y el desembolso de “miles de millones” en beneficio de ciudadanos llegados de lo que definió como “ni siquiera es un país”.

La semana pasada, Trump también anunció su objetivo de implementar una “pausa permanente” en la inmigración procedente de “todos los países del tercer mundo”. Destacó la presencia de la comunidad somalí en Minnesota, donde estimó que residen “cientos de miles de refugiados” provenientes del Cuerno de África, argumento que relacionó con la supuesta existencia de “bandas” y problemáticas sociales.

El exmandatario sostuvo, según precisó Garowe Online, que la ayuda económica que Estados Unidos otorga a Somalia asciende a “miles de millones de dólares”, y justificó esta crítica señalando que, a su juicio, Somalia “no funciona como un país; tiene un nombre, pero no funciona como un país”. Estas declaraciones reflejan una postura de desacuerdo con las políticas migratorias actuales y un señalamiento reiterado sobre la situación política y social de Somalia y otros países africanos.

Frente a esta situación, la respuesta del primer ministro Hamza Abdi Barre, tal como lo recogió Garowe Online, se limitó a enfatizar la falta de interés en responder a lo que considera ataques sin fundamento por parte del antiguo presidente de Estados Unidos. El funcionario optó por subrayar la preferencia por concentrarse en asuntos considerados productivos para el país, descartando una confrontación verbal o diplomática en torno a estos dichos.

La postura adoptada por Somalia marca un distanciamiento de la polémica y una estrategia de omisión deliberada respecto a declaraciones consideradas lesivas, pero interpretadas como desprovistas de relevancia para la agenda gubernamental somalí, según destacó Garowe Online.