La OTAN evita responder a Putin sobre entrar en guerra con Europa y espera "más pasos" en negociaciones

Mientras crecen las advertencias desde Moscú y la tensión escala, la organización transatlántica mantiene silencio sobre las provocaciones y destaca la importancia de la futura cita entre Washington y Moscú para avanzar hacia una posible solución negociada

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En las recientes reuniones mantenidas en Bruselas, representantes de la Alianza Atlántica destacaron que el futuro de Ucrania y la seguridad europea dependen en buena parte del curso de las negociaciones todavía en marcha entre Washington y Moscú, aunque no precisaron fechas ni el posible resultado de estas gestiones. Esta perspectiva, según detalló el medio Europa Press, se impone mientras continúan las amenazas verbales desde Rusia y crece la tensión en torno a la invasión rusa en Ucrania.

El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, evitó dar una respuesta directa a las declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin, en las que advirtió sobre la posibilidad de un conflicto armado con países europeos. De acuerdo con Europa Press, Rutte ironizó sobre la postura pública de Putin al aparecer con uniforme militar sin estar presente en el frente de combate ucraniano y recalcó que las declaraciones del mandatario ruso no recibirán un comentario específico por parte de la organización. La OTAN, según las palabras del secretario general antes del encuentro de ministros de Exteriores aliados, prefiere concentrar su atención en el desarrollo de las negociaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia.

Putin, según informó Europa Press, recibió el martes en Moscú al enviado especial estadounidense Steve Witkoff, acusando a Europa de sabotear las conversaciones de paz y asegurando que Rusia estaría preparada para una confrontación militar con el continente, aunque expresó que esa no es su intención. Esta cita entre Putin y la delegación estadounidense fue calificada de relevante por Rutte. No obstante, señaló que todavía se aguardan “más pasos” en el diálogo y subrayó que no existen detalles públicos sobre los intercambios diplomáticos dirigidos por el presidente norteamericano, Donald Trump. Rutte enfatizó la estrecha coordinación con Washington en todos los aspectos del proceso, afirmando que “no comentamos cada paso”. El secretario general también reivindicó el papel de Trump en la apertura del proceso de paz, afirmando que, según su criterio, solo bajo el liderazgo del actual mandatario estadounidense fue posible avanzar políticamente en este camino.

Europa Press reportó que Rutte reconoció que no existe todavía un horizonte claro sobre cuándo concluirán las negociaciones ni qué forma adoptará un eventual pacto para terminar con el conflicto armado en Ucrania. En este contexto, el secretario general de la OTAN subrayó la importancia de que Kiev conserve la mayor fortaleza posible al llegar a una futura mesa de negociación, alineando el objetivo aliado en mantener el apoyo a Ucrania en el terreno militar y diplomático.

A su llegada a la reunión de Bruselas, varios ministros de Asuntos Exteriores de países miembros de la OTAN manifestaron sus opiniones sobre las declaraciones y amenazas del Kremlin, según consignó el medio Europa Press. El titular neerlandés de Exteriores, David van Weel, calificó como “horribles” las advertencias rusas y sostuvo que sirven de recordatorio sobre la seriedad de las inversiones en defensa y seguridad, reivindicando que cualquier solución de paz debe incluir garantías sólidas de seguridad tanto por parte de Estados Unidos como de los socios europeos.

La ministra de Exteriores británica, Yvette Cooper, insistió ante Europa Press que, mientras estadounidenses y ucranianos buscan una resolución pacífica que sea “justa y duradera”, Putin hiso intentos de intensificar el conflicto e instó a Moscú a cesar la ofensiva y participar en negociaciones para detener las hostilidades en Ucrania.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, expuso a Europa Press que las amenazas provenientes de Moscú no son simples declaraciones retóricas. Sikorski atribuyó a la estrategia de guerra híbrida rusa los recientes incidentes de sabotaje que afectaron la red ferroviaria polaca, advirtiendo sobre la importancia de permanecer vigilantes frente a posibles acciones encubiertas dentro de las fronteras aliadas.

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, adoptó un enfoque centrado en la cohesión interna de la OTAN, mencionando que Europa transita por una fase de máxima sensibilidad para el futuro ucraniano y la preservación de la seguridad tanto europea como euroatlántica. Albares reiteró la postura común de la OTAN, defendiendo que un alto el fuego en el conflicto debe representar solo el inicio de un proceso de conversaciones orientado a una paz “justa y duradera” y recalcó la importancia de no otorgar legitimidad a los actos de agresión rusa a través de concesiones.

Otros líderes aliados centraron sus exposiciones en la necesidad de mantener la presión sobre el gobierno ruso. El jefe de la diplomacia estonia, Margus Tsahkna, señaló al medio Europa Press que las palabras de Putin no deben interpretarse como una amenaza real sino como un intento de generar temor entre los aliados europeos. Tsahkna defendió la utilización de activos rusos congelados en la Unión Europea para facilitar préstamos directos de apoyo económico a Kiev. En la misma dirección, la ministra de Exteriores sueca, Maria Stenergard, declaró al medio Europa Press que hasta comprobar un cambio de comportamiento en el Kremlin ve improbable una disposición rusa para la paz, incidiendo en la conveniencia de seguir aumentando el respaldo a Ucrania y reforzar la presión conjunta contra Moscú.

Europa Press describió un clima de inquietud creciente dentro de la OTAN ante los recientes movimientos y discursos de las autoridades rusas, junto al mantenimiento de un perfil bajo en las respuestas formales emitidas desde Bruselas. El silencio estratégico de la organización sobre las amenazas verbales lanzadas desde Moscú se enmarca en una política que prioriza la consolidación de alianzas y la preparación diplomática, a la espera de avances concretos en las conversaciones entre Washington y Moscú que permitan vislumbrar una salida negociada al conflicto.