El invierno será probablemente más cálido de lo normal en toda España y más seco en el suroeste peninsular, según AEMET

La probabilidad de que el invierno sea más frío de lo habitual en España se estima en solo un 10%, de acuerdo con los escenarios planteados por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Esta previsión, realizada para el invierno meteorológico —que abarca desde el 1 de diciembre hasta el 28 de febrero de 2026—, sitúa la posibilidad de temperaturas superiores a la media nacional entre un 60% y un 70%, mientras que para el suroeste peninsular también se anticipan precipitaciones por debajo del promedio, según detalló la AEMET.

Según publicó la AEMET, las proyecciones para los próximos meses apuntan a que toda España podría experimentar un periodo invernal más cálido de lo habitual. La agencia ha resaltado que existe una alta probabilidad de que las temperaturas superen los valores habituales establecidos como referencia, mientras que la posibilidad de que ocurran descensos térmicos se considera limitada desde el punto de vista estadístico. Esta tendencia se inscribe en un patrón climático que, según la institución estatal, se observa tanto a nivel nacional como en el contexto europeo.

En cuanto al régimen de lluvias, la AEMET informó que el suroeste peninsular presenta un 40% de probabilidades de registrar un invierno más seco de lo habitual. Esta región, según consignó el organismo, muestra mayor claridad en los modelos de predicción respecto al comportamiento de las precipitaciones, indicando que la posibilidad de que el invierno sea más lluvioso se sitúa únicamente en el 25%. Estas cifras contrastan con la incertidumbre que domina el resto de la geografía española en relación con las lluvias, ya que para la mayoría del país los pronósticos no permiten adelantar con precisión si las precipitaciones estarán por encima o por debajo de los valores medios para la estación.

A nivel nacional, la agencia meteorológica ha resaltado la escasa definición de los pronósticos sobre lluvias para la mayor parte del territorio. A diferencia de las predicciones de temperaturas, que presentan una ventaja estadística marcada hacia escenarios cálidos, la evolución de las precipitaciones no arroja tendencias claras en la mayoría de las comunidades autónomas, lo que implica que los próximos meses estarán sujetos a variabilidad y posibles fluctuaciones en el comportamiento del clima.

Las predicciones de la AEMET se basan en análisis de modelos climáticos y proyecciones estacionales, herramientas que permiten anticipar la tendencia general, aunque no ofrecen certidumbre total sobre la magnitud ni la distribución exacta de los fenómenos meteorológicos. Según explicó el organismo, esto responde a la complejidad inherente a los sistemas climáticos y a la influencia de factores tanto locales como globales, que modulan tanto las temperaturas como las precipitaciones.

El invierno, desde la perspectiva meteorológica y según los parámetros definidos por la AEMET, se inicia el 1 de diciembre y finaliza el 28 de febrero del año siguiente. Estas fechas, distintas del calendario astronómico, permiten homogeneizar la comparación de datos históricos y la elaboración de estadísticas sobre los patrones climáticos en España. Tal como ha indicado la AEMET en sus informes, el uso de este periodo facilita la monitorización de tendencias y la puesta en marcha de alertas y recomendaciones en sectores como la agricultura, la gestión de recursos hídricos y la planificación urbana ante posibles escenarios de sequía o episodios de calor inusual.

La previsión de una estación invernal más cálida y seca en algunas regiones responde a un contexto climático donde factores como el calentamiento global y la variabilidad natural del clima influyen a diferentes escalas. El medio estatal ha señalado que, aunque existe un consenso sobre la mayor probabilidad de temperaturas elevadas, el comportamiento irregular de las lluvias es un elemento a observar y analizar conforme avance el invierno.

Por último, la AEMET recomendó seguir atentos a las actualizaciones de los modelos y boletines oficiales, ya que la información se irá ajustando con el paso de las semanas y la incorporación de nuevos datos de observación y simulación. Según informó la institución pública, este enfoque permitirá adaptar la gestión de riesgos y recursos a la evolución real del clima durante el periodo invernal, ante un escenario que, si bien apunta a temperaturas superiores a la media, puede verse modificado por fenómenos atmosféricos de origen tanto local como global.