Gerard Bellver se inspira en Carvalho en el menú literario del almuerzo inaugural de la FIL

La pieza que concluyó el almuerzo inaugural de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) en 2024 fue un brioche relleno de chocolate, modelado en forma del tradicional panot barcelonés, cuya creación estuvo a cargo del pastelero Ton Cortés. De acuerdo con la FIL y varios medios que cubrieron el evento, este postre fusionó elementos visuales y gastronómicos característicos de Barcelona, llevando al cierre un homenaje a la identidad urbana y cultural de la ciudad catalana y sintetizando el objetivo central de la jornada: unir gastronomía, herencia urbana y literatura en el contexto del reconocimiento que la feria otorga a Barcelona como ciudad invitada de honor.

Según detalló la FIL, el menú diseñado para la ocasión tomó como fuente de inspiración la obra de Manuel Vázquez Montalbán, figura literaria de relevancia en la promoción de la cocina dentro de la narrativa, especialmente a través del detective Pepe Carvalho. El chef Gerard Bellver, originario de Barcelona y residente en México desde hace cerca de treinta años, asumió el encargo de conceptualizar y supervisar este menú especial. Bellver viajó a Guadalajara en septiembre, con el propósito de colaborar personalmente con el equipo local y trasladar los sabores, texturas y aromas característicos de la cocina catalana a los ingredientes del entorno mexicano. La FIL precisó que tanto Bellver como su equipo realizaron pruebas de recetas previas y adaptaron meticulosamente cada aspecto de las propuestas culinarias, para asegurar que se mantuviera la autenticidad de los platillos a pesar de las diferencias entre los productos regionales.

El menú presentado en la FIL reunió platos emblemáticos de la cultura catalana con prominencia en la obra de Vázquez Montalbán. Los comensales del almuerzo inaugural degustaron esqueixada de bacalao ahumado, suquet marinero y fricandó de setas, seleccionados como ejemplos representativos de la tradición culinaria de Cataluña y recurrentes tanto en la literatura del autor homenajeado como en la cultura barcelonesa. Según indicó la FIL y replicaron diferentes medios, la elección de estos platillos se concibió para poner en valor el peso simbólico e identitario que ocupan en el imaginario catalán.

Para lograr la fidelidad en la reproducción de los sabores, Bellver explicó en declaraciones a la prensa que el proceso supuso una colaboración estrecha con el equipo del hotel Barceló en Guadalajara, lugar donde fue servido el menú. El chef enfatizó la importancia de mantener los sofritos y fondos tradicionales en cada preparación, considerándolos indispensables para permanecer fieles al espíritu culinario presente en la obra de Vázquez Montalbán. Bellver describió la logística desplegada para servir a aproximadamente setecientos asistentes, lo que exigió una coordinación pormenorizada y la estandarización de procedimientos con el fin de que todos los platillos, sin excepción, reprodujeran la esencia original de la cocina catalana.

De acuerdo con la FIL, la participación de Bellver no se limitó al almuerzo inaugural. Durante los nueve días que dura la feria, dirige la propuesta gastronómica especial en el restaurante Los Vitrales del hotel Barceló. Diariamente, la carta incorpora platos y especialidades barcelonesas, adaptadas para invitar a los visitantes a descubrir y apreciar la culinaria catalana. La FIL remarcó que esta selección de recetas se inspira tanto en relatos literarios como en las costumbres alimenticias de la ciudad invitada, con el objetivo de acercar la tradición de Barcelona a un público internacional.

El aporte de Ton Cortés a la programación incluyó la reproducción del panot barcelonés en el postre final, integrando símbolos arquitectónicos y urbanos en la repostería del evento. Esta elaboración, según indicó la organización, propuso una experiencia multisensorial en la que la gastronomía entra en diálogo con la memoria colectiva de la ciudad y con las referencias literarias que estructuran el homenaje a Barcelona. La FIL reafirmó que el brioche simbolizó la intersección entre costumbre, paisaje urbano y creación literaria, alineándose con la intención de tejer conexiones duraderas entre Guadalajara y la capital catalana.

La organización de la FIL formuló la edición de este año con la finalidad de fortalecer los vínculos entre ambas ciudades. El programa integró estrategias que articulan literatura y gastronomía, posicionando a Vázquez Montalbán como figura central por su papel en la internacionalización de la identidad catalana y la mezcla de narrativa y tradición culinaria. Según reportó la FIL, los responsables del programa subrayaron que la iniciativa busca estimular el intercambio cultural, dado el prestigio mundial que ostentan tanto la cocina como la literatura originarias de Barcelona.

Diversos responsables de la FIL expresaron en entrevistas y comunicados que uno de los pilares de la programación es generar experiencias que vinculen sabor y narrativa, ampliando el alcance global de la gastronomía catalana, incrementando la proyección internacional de la literatura barcelonesa y reforzando la posición de la FIL como espacio de homenaje y encuentro entre culturas. Según reportó la FIL en sus coberturas oficiales, el desarrollo del almuerzo y otras actividades gastronómicas derivó de una cooperación sostenida entre Bellver, el personal culinario mexicano y la organización, lo que permitió analizar específicas características de los ingredientes y ajustar técnicas de preparación. Así, la experiencia resultó auténtica y fiel a las tradiciones culinarias catalanas en un contexto mexicano.

A lo largo de toda la semana, los visitantes a la FIL pueden explorar distintas manifestaciones de la gastronomía barcelonesa, contando con la dirección y supervisión directa de Gerard Bellver. Según informaron los organizadores, este enfoque abarca no solo los menús temáticos, sino actividades y charlas que promueven un mayor entendimiento y disfrute de la herencia culinaria y literaria de Barcelona. Esto contribuye, según destacó la FIL, a consolidar la feria como un puente cultural entre Europa y América Latina.

La integración de literatura y gastronomía se presenta como una seña de identidad destacada en la edición 2024, según la FIL y varios medios presentes, reflejada en el diseño de menús, experiencias sensoriales y la organización de encuentros que favorecen el diálogo y la renovación del nexo entre ambas ciudades. Este programa refuerza el compromiso de la FIL por ofrecer una plataforma inclusiva a la diversidad cultural, promoviendo celebraciones conjuntas de las tradiciones literarias y culinarias de las regiones invitadas a lo largo de sus nueve días de actividades.