Belinda Washington desvela cómo lleva la enfermedad degenerativa que sufre su madre

La experiencia personal de Belinda Washington al enfrentar el deterioro cognitivo de su madre de 85 años fue compartida durante su intervención en el 'Atresplayer Day' en Las Palmas de Gran Canaria, donde describió el proceso de adaptación diaria a esa nueva realidad familiar y el desafío de acompañar en el ciclo natural de la vida. Según consignó el medio, la actriz explicó que sostiene una labor continua de apoyo junto a sus allegados y, aunque evitó proporcionar detalles médicos específicos, manifestó la dificultad emocional que implica cuidar a una persona mayor que, en algunos días, llega a reconocerla y en otros no. Esta situación, relató, afecta profundamente la dinámica y los lazos dentro de la familia.

El medio detalló que Washington se refirió públicamente a los desafíos emocionales y logísticos que la enfermedad degenerativa ha significado para ella y sus seres queridos, resaltando la lucha cotidiana de su madre. Pese al avance de la dolencia, la actriz valoró la resiliencia y la actitud de fortaleza que su madre mantiene a los 85 años, aún cuando la enfermedad ha impactado su salud mental y su capacidad de reconocer a familiares y amigos.

Según publicó la misma fuente, Belinda Washington ya había hecho referencia a este complicado proceso en oportunidades anteriores, como cuando reveló que su madre no pudo acompañarla a eventos relevantes, entre ellos el Festival de Málaga, debido al delicado estado de salud en el que se encuentra. Esta ausencia, explicó la intérprete, reflejó la magnitud del deterioro progresivo que afronta su madre y cómo este ha repercutido sobre su entorno.

De acuerdo con lo reportado, la actriz reflexionó acerca de la falta de pautas sociales y emocionales para atravesar el envejecimiento y afrontar el deterioro de personas cercanas, haciendo hincapié en lo complejo que resulta ver perder la salud mental a un ser querido. Washington expresó: “Todos sabemos que vamos a tener un final y sabemos cuál es el final para todos, pero ese tránsito del final y esa vejez nadie nos enseña a vivirla, a viajar por esa vejez”. Sus palabras, recogidas por el medio, ponen de relieve la ausencia de orientaciones tanto para quienes viven la vejez como para quienes los acompañan.

El medio informó que dentro de su familia se ha priorizado el acompañamiento y la fortaleza, no solo en beneficio de la madre, sino también como un mecanismo de cohesión y contención para los propios familiares. Washington destacó cómo la enfermedad ha forzado una transformación en los vínculos y en la manera en que afrontan el día a día, obligando a una readaptación constante ante la pérdida paulatina de reconocimiento y autonomía por parte de su progenitora.

Según las declaraciones recogidas por el medio, la actriz indicó que es una experiencia que comparten muchas familias enfrentadas a enfermedades de larga duración y al desgaste emocional que estas suponen, especialmente en casos donde el paciente pierde progresivamente la capacidad de identificar a las personas de su entorno. Washington reiteró que nadie prepara a los familiares para ese proceso, enfatizando que “nadie nos enseña a eso”, aludiendo a la falta de formación social y emocional para encarar esta etapa del ciclo vital.

El testimonio de Belinda Washington, de acuerdo con lo que publicó el medio, pone en cuestión las herramientas disponibles para gestionar el impacto del envejecimiento y las enfermedades degenerativas en el contexto familiar. La actriz subrayó que la atención y el acompañamiento diario a quienes transitan esta etapa de la vida requieren una combinación de resiliencia, adaptación emocional y apoyo mutuo desde el entorno más cercano.

En sus recientes intervenciones públicas, consignadas por el medio, la intérprete insistió en la importancia de visibilizar estas situaciones y compartirlas, para generar empatía y comprensión frente a las realidades que atraviesan numerosas familias. La experiencia de Washington ha abierto así un espacio para reflexionar sobre el acompañamiento, la salud mental en la vejez y la necesidad de un soporte social más consciente de los desafíos que implica el envejecimiento y el deterioro progresivo.