La FIL de Guadalajara se inaugura con una reivindicación del libro y Barcelona como invitada

La ceremonia inaugural de la trigésima novena edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara estuvo marcada por la entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances al escritor Amin Maalouf. Durante la apertura, la atención se centró no solo en la importancia de la lectura, sino también en la relevancia de la diversidad cultural y el diálogo, en un contexto en el que el sector editorial enfrenta los desafíos planteados por la digitalización. Según informó el medio, Barcelona tuvo un papel destacado como ciudad invitada de honor, y su presencia fue resaltada en múltiples intervenciones durante el evento.

De acuerdo con lo publicado por la fuente, entre las personalidades reconocidas que participaron en la inauguración se encontraron los premios Nobel Rigoberta Menchú y Venkatraman Ramakrishan. La presencia de Barcelona se posicionó como elemento central para esta edición, tanto por su peso en la escena literaria en catalán como en castellano, como por el legado que ha forjado como referente cultural y editorial. El alcalde barcelonés, Jaume Collboni, subrayó el liderazgo cultural que su ciudad comparte con Guadalajara al denominar a ambas como ciudades de “libros y rosas”. Collboni expresó que la designación como ciudad invitada representa un honor y una responsabilidad significativa ante el reto de defender el ecosistema del libro en plena era tecnológica. En su intervención citó al novelista Carlos Ruiz Zafón: “El cementerio de los libros perdidos siempre estará en Barcelona”, para poner en relieve el papel de la ciudad como garante de la memoria literaria.

Durante la apertura, Collboni también hizo referencia a la solidaridad ofrecida por México a los catalanes durante el exilio posterior a la Guerra Civil española, recordando que México no reconoció nunca la dictadura franquista. Además, el alcalde reconoció la dimensión del programa cultural elaborado por Barcelona para esta edición de la FIL, que cuenta con la participación de figuras literarias y artísticas, entre ellas Eduardo Mendoza y Joan Manuel Serrat. Según detalló el medio, la delegación barcelonesa fue presentada como una muestra representativa de la riqueza cultural de la ciudad, cubriendo expresiones diversas que incluyen literatura, música, teatro y gastronomía.

El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus Navarro, también tuvo una intervención relevante en la ceremonia de apertura al considerar a Barcelona como un pilar para la cultura europea. Lemus Navarro enfatizó la importancia de la educación y la colaboración internacional para el fortalecimiento de los lazos culturales, destacando la relevancia de las alianzas entre ciudades que comparten una vocación literaria. Dicho enfoque se enmarcó dentro del programa de la FIL, que, de acuerdo con el medio, tiene como objetivo principal el intercambio y la convergencia de tradiciones editoriales diversas.

Marcelo Ebrard Causabón, secretario de Economía de México, transmitió en nombre de la presidenta Claudia Sheinbaum el respaldo institucional al evento, señalando el valor de la FIL de Guadalajara como un espacio donde predominan la cultura, la libertad y la pluralidad en el contexto internacional. Ebrard Causabón remarcó la función de la feria como plataforma de visibilidad para la producción literaria y el debate cultural en México y el resto del mundo.

Por parte de la organización, Karla Alejandrina Planter Pérez, rectora general de la Universidad de Guadalajara, defendió el papel de la FIL como “espacio plural” y promovió la lectura y la escritura como prácticas fundamentales para el fortalecimiento de la civilidad, refiriéndose a la lectura como un “acto cívico de primer orden”. Planter Pérez transmitió su satisfacción ante la elección de Barcelona como ciudad invitada, destacando la variedad de manifestaciones artísticas, literarias y folclóricas de la ciudad catalana, lo que, según sus palabras, aporta a la feria una experiencia enriquecedora para participantes y visitantes.

El presidente de la FIL, José Trinidad Padilla López, identificó al libro como el “último refugio de la cultura libre”, aludiendo a la función del objeto impreso como herramienta de resistencia frente a una sociedad caracterizada por la inmediatez y el consumo acelerado. Padilla López recurrió a la expresión “Los libros no gritan, conversan” para subrayar el valor del diálogo intelectual y la reflexión profunda. Además, lanzó una advertencia sobre la creciente presencia de la inteligencia artificial en el ámbito cultural; según él, esta tecnología sería capaz de replicar ciertos formatos, pero es incapaz de experimentar emociones o comprender la verdad. Padilla López resaltó la tradición de Barcelona como ciudad fundamentada en el pensamiento crítico y la disidencia, subrayando la calidad del sistema público de bibliotecas de la capital catalana.

Marisol Schulz, directora de la FIL, agregó que la delegación barcelonesa llevó a Guadalajara una oferta cultural integral, no solo limitada a la literatura, sino que también abarca música, teatro y gastronomía, reforzando el perfil internacional de la feria. Schulz, según consignó el medio, destacó la amplitud y el compromiso de Barcelona en la configuración del programa de actividades, posicionando así a la FIL como un punto de encuentro global de la cultura.

El medio detalló que el tono de la mesa inaugural demostró el carácter abierto de la FIL, evidenciado en la unión de diferentes tradiciones editoriales y en el ejercicio activo de la libertad intelectual. Bajo la colaboración entre Guadalajara y Barcelona, la feria reafirmó su rol como puente entre las literaturas iberoamericana y europea, consolidando el sentido de las grandes metrópolis como espacios de conexión cultural.

De acuerdo con lo publicado, la FIL de Guadalajara renovó su compromiso como foro para el diálogo cultural y artístico a escala global, con énfasis en el fomento de la lectura en una época en la que los procesos digitales están transformando las prácticas de creación y consumo de la cultura escrita. El evento de apertura puso en evidencia la defensa colectiva de la palabra escrita y de la diversidad literaria frente a los cambios impuestos por la tecnología digital, lo que refuerza la intención de los organizadores y de la ciudad invitada de mantener una promoción activa de la cultura y de la pluralidad en una era de grandes transformaciones.