Israel critica la intención de Dublín, "capital del antisemitismo", de cambiar el nombre a un parque

El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Saar, justificó el cierre de la embajada israelí en Dublín tras asumir el cargo en diciembre de 2024, como respuesta ante lo que caracterizó como la “política extremista antiisraelí del Gobierno irlandés”. Esta decisión se produce en medio de la controversia sobre la posible modificación de la denominación del parque Chaim Herzog, ubicada en la zona sur de la capital irlandesa. Según publicó Europa Press, la propuesta de cambiar el nombre, junto con las alternativas sugeridas –como Parque de Palestina, Parque de Gaza y Parque de Max Levitas– ha generado un clima de enfrentamiento político y diplomático entre Irlanda e Israel, con acusaciones de antisemitismo y debates sobre memoria histórica y representación pública.

La votación sobre el futuro denominativo del parque está prevista para el lunes, según informó Europa Press. La discusión ha cobrado notoriedad internacional después de que el presidente de Israel, Isaac Herzog, manifestara públicamente sus preocupaciones respecto al retiro del nombre de su padre, Chaim Herzog, expresando que “sería vergonzoso y lamentable” eliminar el reconocimiento al exjefe de Estado israelí, quien dirigió el país entre 1983 y 1993. Isaac Herzog, igualmente, destacó a Europa Press que su padre fue hijo del rabino jefe de Irlanda, Yitzhak HaLevi Herzog, lo que refuerza el carácter simbólico de la designación y su vínculo con la historia judía irlandesa. A juicio del mandatario, la iniciativa del Ayuntamiento de Dublín expone el deterioro de las relaciones diplomáticas entre Irlanda e Israel.

El debate ha tenido repercusión tanto en la opinión pública local como en el escenario internacional. Fuerzas políticas y autoridades de ambos países han expresado posiciones enfrentadas acerca de la conveniencia o no de sustituir el actual nombre. Europa Press consignó que Helen McEntee, ministra de Asuntos Exteriores de Irlanda, se pronunció en contra de remover el nombre de Herzog, destacando la importancia del homenaje a un ciudadano irlandés y judío relevante para la identidad nacional. McEntee, citada por Europa Press, señaló que revocar este reconocimiento “no tiene cabida en nuestra república inclusiva” y solicitó al Ayuntamiento que considere separar el respeto a la memoria de figuras históricas del debate sobre las actuales políticas estatales del Gobierno israelí.

Diversos funcionarios israelíes han interpretado el proyecto de renombrar el parque de Dublín como una manifestación de antisemitismo institucional. De acuerdo a Europa Press, el propio Gideon Saar empleó la red social X para calificar a Dublín de “la capital mundial del antisemitismo” y acusó al gobierno local de mantener una “obsesión antisemita y antiisraelí”, subrayando que el homenaje a Herzog tiene una significación especial por su origen dublinés y por los lazos históricos que su familia conserva con Irlanda.

En contraste, portavoces del gobierno irlandés han llamado a diferenciar entre reconocer la trayectoria de una personalidad local y enfatizar posiciones políticas críticas hacia el actual ejecutivo israelí. Argumentan, según detalló Europa Press, que avanzar con la moción de cambio puede llevar a confusiones sobre el sentido del tributo y alimentar tensiones internas, al mezclar la protesta política con el reconocimiento a la diversidad de orígenes presentes en la historia irlandesa.

El parque Chaim Herzog, que lleva dicho nombre desde 1995, fue designado para simbolizar los vínculos entre Irlanda y la comunidad judía. Las actuales discusiones internas reflejan tanto una polarización social en ascenso como el impacto de la postura internacional adoptada por el gobierno irlandés respecto a Israel tras la escalada del conflicto en Oriente Medio, de acuerdo con la cobertura de Europa Press.

La polémica no se limita a los planos simbólico y político. Europa Press ha indicado que el efecto directo sobre la convivencia social en Dublín se encuentra en juego, con representantes de comunidades locales y diversas organizaciones expresando preocupación por la posibilidad de que el caso derive en una mayor discriminación o divisiones. La cuestión toma dimensión también en los vínculos exteriores, pues la reacción israelí y la atención internacional pueden incidir en la percepción sobre el compromiso irlandés con valores de inclusión y respeto a las minorías.

La discusión se produce en un momento de creciente escrutinio internacional hacia las políticas y la simbología vinculadas a Israel, de acuerdo con los últimos informes publicados por Europa Press. En Irlanda, este tipo de debates se han intensificado en los años recientes, lo que evidencia un escenario local donde la memoria histórica y las posiciones sobre el escenario internacional tienden a entrelazarse en la esfera pública. La votación inminente en el Ayuntamiento de Dublín constituye un punto crítico en el diálogo entre identidad cultural, memoria y política exterior, según relata Europa Press, mientras las posturas enfrentadas de las autoridades irlandesas y israelíes sugieren la persistencia de profundas diferencias bilaterales.

Dentro de las alternativas de denominación propuestas figuran nombres como Parque de Palestina y Parque de Gaza, que aluden directamente a la política internacional irlandesa y a las posturas adoptadas tras el agravamiento del conflicto en Oriente Medio. Otra opción valorada es Parque de Max Levitas, en homenaje a una figura judía oriunda de Dublín reconocida por su activismo comunista y antirracista, quien falleció en 2018.

El caso se integra en una cadena de incidentes que han incrementado las tensiones diplomáticas entre ambos gobiernos. Desde el cierre de la embajada de Israel en Irlanda, pasando por un intercambio constante de acusaciones en foros internacionales y redes sociales, hasta la repercusión social del debate sobre la memoria y el espacio público, la situación trasciende el cambio de nombre de un parque para convertirse en símbolo del actual estado de las relaciones entre Irlanda e Israel, tal como destaca Europa Press. El resultado de la votación no sólo tendrá consecuencias administrativas, sino que servirá de termómetro para medir el impacto del diálogo multicultural y el enfoque del gobierno irlandés ante la presión política y diplomática internacional.