EEUU suspende todas las solicitudes de asilo tras el tiroteo contra la Guardia Nacional

Miles de migrantes, incluidos afganos y solicitantes de visados humanitarios, quedan en limbo tras el cierre inmediato de expedientes y procesos de admisión, medida adoptada por seguridad nacional y revisión de protocolos según autoridades estadounidenses

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Muchos solicitantes de protección humanitaria, entre los que se encuentran ciudadanos afganos y personas provenientes de otras regiones en conflicto, recibieron la notificación de que sus trámites quedarán bloqueados indefinidamente a causa de una suspensión anunciada tras un tiroteo efectuado por un ciudadano afgano frente a la Casa Blanca. Según informó la fuente original, la medida paraliza tanto los nuevos procesos de asilo como los expedientes ya abiertos, dejando en un estado de incertidumbre a quienes dependen de estos canales para regularizar su situación o buscar refugio.

El medio detalló que la reacción de las autoridades estadounidenses al incidente consistió en ordenar la revisión total de los sistemas de ingreso y la suspensión inmediata de todas las solicitudes humanitarias, incluidas las de visados especiales para personas de zonas en guerra y en riesgo. Joseph B. Edlow, director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), ratificó la interrupción de los procesos, subrayando que la decisión responde a la necesidad de implementar auditorías y controles reforzados en todos los procedimientos de admisión. El comunicado oficial, citado por la prensa, sostiene que el refuerzo de la seguridad nacional y la revisión de los estándares migratorios resultan imprescindibles tras la detección de riesgos elevados en los últimos días.

De acuerdo con lo publicado, las autoridades federales ordenaron la realización de auditorías exhaustivas tanto en los aspectos técnicos como administrativos de los sistemas migratorios. El efecto inmediato de la decisión supone el cese temporal de recepción y procesamiento de toda nueva solicitud y la congelación de los expedientes ya iniciados. Ni quienes habían comenzado recientemente sus trámites ni los que se encontraban en fases avanzadas podrán continuar con sus procesos mientras permanezcan vigentes las auditorías y no se actualicen los protocolos de admisión. Esta situación impacta de forma directa la planificación y la certeza para miles de personas, sin alternativas claras disponibles hasta nuevo aviso.

El Departamento de Estado estadounidense manifestó en un comunicado, reproducido por la fuente informativa, que “la protección del país guía todas las acciones”. La prioridad oficial tras el tiroteo ha desplazado el foco del sistema migratorio hacia la seguridad interna, y las nuevas indicaciones contemplan controles más estrictos, revisiones en cada etapa administrativa y filtros adicionales para detectar potenciales amenazas. La posición federal prioriza aumentar la confianza en los procedimientos de admisión, prestando especial atención a solicitudes provenientes de lugares clasificados como de alto riesgo. Según consignó el medio, ninguna petición, sin importar su origen o antigüedad, podrá avanzar hasta que concluya el proceso de verificación exigido.

La agencia migratoria estadounidense divulgó el anuncio a través de la red social X, destacando que la misión prioritaria será reforzar la seguridad nacional y aplicar evaluaciones más rigurosas en todos los accesos a protección humanitaria. Según publicó el medio, el objetivo gubernamental es erradicar vulnerabilidades que pudieran poner en peligro la integridad nacional, sin excepciones para los casos provenientes de zonas de conflicto como Afganistán o de otras áreas afectadas por violencia.

En el plano político, el expresidente Donald Trump responsabilizó a la política migratoria de la actual administración por el ataque y abogó por una pausa indefinida en el ingreso de solicitantes de países definidos por él como “del tercer mundo.” Trump propuso además, según la información recopilada por la prensa, anular millones de expedientes migratorios que, a su juicio, se habrían gestionado de manera incorrecta bajo el gobierno de Joe Biden. Las declaraciones del exmandatario también incluyeron dudas respecto a las cifras oficiales sobre el número de refugiados y migrantes.

Entre las reacciones dentro del gobierno, el secretario de Estado Marco Rubio reafirmó la postura oficial, y en declaraciones recogidas por la fuente destacó la orientación absoluta hacia la protección nacional como justificación de la nueva política. Este giro supone un cambio sobre la tradición estadounidense en materia de recepción humanitaria e integración de personas desplazadas por conflictos.

En el ámbito interno, la decisión del gobierno estadounidense provocó reacciones divididas. Algunos sectores apoyan la suspensión temporal y los controles más estrictos al considerar necesario evitar incidentes semejantes y proteger la seguridad colectiva. Otros, en cambio, entre ellos organizaciones defensoras de derechos humanos, advirtieron sobre el incumplimiento de obligaciones internacionales en materia de asilo y refugio, reclamando la vigencia de tratados y acuerdos que obligan a mantener vías para la protección de personas vulnerables.

Según indicó el medio, el cierre de los canales migratorios afecta tanto a quienes tenían sus trámites en curso como a aquellos que buscaban regularizar su estancia, generando escenarios de inseguridad jurídica y riesgo para quienes dependen de estos procedimientos para obtener protección. Sin plazos definidos para la reactivación, las personas afectadas deben esperar la conclusión de las auditorías y la eventual redefinición de los estándares administrativos y de seguridad.

Cada paso del proceso migratorio, según detalló la prensa, quedará sujeto a cribados integrales, en cumplimiento del nuevo enfoque federal orientado a prevenir la repetición de situaciones que puedan constituir amenazas. Las autoridades establecieron que ninguna solicitud permanecerá exenta de examen bajo los nuevos criterios reforzados.

En el escenario internacional, el cierre de los canales legales para la recepción de solicitantes de asilo y refugiados ha generado cuestionamientos sobre el cumplimiento por parte de Estados Unidos de sus compromisos internacionales en materia de protección a desplazados. Organismos multilaterales y asociaciones observan la evolución de la política estadounidense en cuanto al equilibrio entre la seguridad nacional y la obligación de resguardar a quienes huyen de crisis humanitarias, según reportó el medio.

El rediseño impulsado después del ataque cerca de la Casa Blanca comporta la revisión masiva de todos los sistemas y la interrupción de trámites, fenómeno que marca un cambio relevante en la manera en que el país gestiona la acogida de personas en necesidad de protección. Según las autoridades citadas por el medio, el propósito de estas medidas consiste en reducir los riesgos relacionados con movimientos migratorios internacionales y en fortalecer los controles para evitar incidentes que pongan en peligro la seguridad.

Mientras persistan las auditorías ordenadas por los órganos federales, las personas con expedientes migratorios humanitarios activos o en espera permanecerán sin avances ni información clara. La reanudación o no de las solicitudes dependerá del resultado de las revisiones, y los nuevos lineamientos podrían modificar sustancialmente los requisitos y procedimientos de acceso a la protección humanitaria en Estados Unidos, de acuerdo con la información transmitida por la fuente.