La Eurocámara defiende potenciar la industria de la defensa para tomar el control de su seguridad ante Trump y Putin

La Unión Europea impulsa un fondo millonario para fortalecer fábricas militares y garantizar autonomía estratégica, mientras líderes advierten sobre el riesgo de depender de potencias extranjeras y llaman a aumentar la cooperación y la inversión en defensa

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El comisario Andrius Kubilius destacó durante el debate que el fondo de 150.000 millones de euros para el Programa Europeo de la Industria de Defensa representa un cambio significativo en la política industrial del sector en Europa, con el objetivo de crear una industria más cohesionada y enfocada en la autonomía estratégica. La propuesta, presentada durante la sesión del Parlamento Europeo, busca recibir la aprobación definitiva antes de que termine el año, en un contexto en el que la seguridad del continente se ve influida por las negociaciones internacionales sobre el conflicto en Ucrania. Según lo publicado por la Eurocámara, el nuevo esquema pretende fortalecer la capacidad europea para tomar decisiones independientes en materia de defensa y reducir la dependencia de potencias extranjeras, especialmente ante las incertidumbres generadas por posibles acuerdos entre Estados Unidos y Rusia.

De acuerdo con la información difundida por la Eurocámara, uno de los puntos centrales del debate residió en el temor de los eurodiputados a que los intereses europeos queden marginados durante las eventuales negociaciones entre el presidente estadounidense Donald Trump y su contraparte rusa, Vladimir Putin, en torno al futuro de Ucrania. El Parlamento Europeo deliberó sobre el nuevo Programa Europeo de la Industria de Defensa (EDIP, por sus siglas en inglés), considerado por Kubilius como el instrumento clave para poner en práctica diversas iniciativas recientes, entre las que se incluyen préstamos SAFE y un plan de preparación de la defensa comunitaria.

Durante la sesión parlamentaria, Raphaël Glucksmann, uno de los ponentes del nuevo marco legal, subrayó que la normativa priorizará la soberanía y la cooperación dentro del bloque, con el propósito de aumentar la producción propia de armamento y tecnología militar. Según recogió la Eurocámara, Glucksmann argumentó que los fondos del programa estarán reservados exclusivamente para empresas europeas, garantizando así que las decisiones estratégicas permanezcan dentro del continente: “Va a reservar fondos europeos para las empresas europeas y todas las decisiones industriales se tomarán en Europa por los europeos y para los europeos”. Como parte del debate, añadió una advertencia sobre la confiabilidad de aliados externos al plantear: “¿Podemos confiar en Trump y JD Vance para defender a nuestras naciones frente a Putin? No, la respuesta es evidente. Delegar la seguridad a un capital extranjero que no se preocupa de nuestros intereses es una locura”.

Por su parte, Tobias Cremer, eurodiputado socialdemócrata alemán, lamentó la situación en la que líderes extranjeros toman decisiones acerca del futuro de Europa sin una presencia activa de representantes comunitarios en esos procesos. El medio destacó una de sus declaraciones: “En política internacional, hay un dicho: si no estás en la mesa, estás en el menú”, remarcando la necesidad de que la Unión Europea fortalezca su capacidad para decidir y protegerse ante amenazas externas, mencionando especialmente a figuras como Putin.

Representantes españoles en el Parlamento Europeo también expresaron su respaldo a la iniciativa. Nicolás Pascual de la Parte, eurodiputado del Partido Popular, valoró la decisión de priorizar por primera vez la compra conjunta de equipamiento militar de fabricación europea, lo que, a pesar de la limitada dotación inicial de 150.000 millones de euros, sitúa al fondo como un mecanismo fundamental para reforzar la defensa común. Mientras, Javi López, del Partido Socialista Obrero Español, identificó la fragmentación de la industria militar como una amenaza para la capacidad defensiva europea y defendió “gastar más y mucho mejor” en este ámbito, evitando la dependencia de factores externos para asegurar la protección del continente.

El medio consignó que el debate parlamentario se produce en un momento en que los gobiernos europeos intentan incidir en las conversaciones para el cese de hostilidades en Ucrania, buscando que los parámetros y necesidades de seguridad del propio continente sean tenidos en cuenta en cualquier eventual acuerdo internacional. En paralelo, el nuevo programa industrial de defensa propone superar la fragmentación actual del sector, crear empleo y mejorar la competitividad, según afirmó el comisario Kubilius. Este defendió la urgencia de implementar el EDIP como eje central de las distintas propuestas comunitarias para la defensa, conformando una base capaz de dotar a Europa de instrumentos efectivos frente al escenario geopolítico contemporáneo.

Recopilando distintas posiciones, la Eurocámara reflejó un amplio consenso político en torno a la prioridad de fortalecer la autonomía estratégica y reducir la exposición a decisiones de terceros actores internacionales. Para los eurodiputados, el impulso a la producción conjunta, la coordinación de adquisiciones y la inversión en tecnología propia constituyen pasos necesarios ante la posibilidad de acuerdos internacionales que no necesariamente atenderían los intereses europeos.