
Un tribunal de Nigeria ha condenado este jueves al líder separatista biafreño Nnamdi Kanu por cargos de terrorismo, una sentencia que llega tras un proceso judicial que se ha extendido durante cerca de una década y en el que el líder del Pueblo Indígena de Biafra (IPOB, por sus siglas en inglés) ha rechazado los procedimientos abiertos contra él.
El juez James Omotsho, del Tribunal Supremo Federal de Abuya, ha afirmado que la Fiscalía ha demostrado las acusaciones más allá de toda duda razonable y ha declarado culpable de todos los cargos a Kanu, a quien ha expulsado de la sala durante la vista debido a su comportamiento, según ha informado el diario nigeriano 'The Premium Times'.
Así, le ha declarado culpable de perpetrar actos terroristas, incitación, enseñar a personas a fabricar artefactos explosivos para usarlos contra instituciones oficiales y pertenencia a una organización terrorista, dado que el IPOB fue declarado como tal en 2017, un paso ratificado en enero de este mismo año por el propio Tribunal Supremo Federal de Abuya.
Los procedimientos contra el líder biafreño arrancaron tras su arresto en 2015, si bien fueron suspendidos en 2017 después de que se fugara del país tras una operación de seguridad en su vivienda en el estado de Abia, lanzada poco después de ser liberado bajo fianza en abril de ese año.
El líder del IPOB fue liberado tras más de 19 meses a la espera de juicio por cargos de traición y reapareció en Jerusalén en un vídeo publicado en octubre de 2018 tras más de un año en paradero desconocido. Finalmente, fue extraditado a Nigeria en 2021 desde Kenia, tras lo que Kanu presentó una denuncia afirmando que este proceso fue ilegal.
El IPOB, una organización fundada por Kanu en Reino Unido en 2014, se ha erigido como la voz de los biafreños, entre otras cosas gracias a Radio Biafra que retransmite desde Londres para el sureste de Nigeria, perpetrando decenas de ataques contra las fuerzas de seguridad en esta zona del país africano.
El 30 de mayo de 1967 la región de Biafra proclamaba su independencia de Nigeria y desencadenaba así una cruenta guerra civil que se prolongó por espacio de tres años y dejó más de un millón de muertos, la mayoría por hambre, entre denuncias sobre abusos y otros actos ilegales por parte de las fuerzas nigerianas durante su ofensiva contra los separatistas.