La coalición chií de Al Sudani se hace con el bloque parlamentario más numeroso tras las elecciones en Irak

El grupo liderado por Mohamed Shia al Sudani suma la mayor bancada en la cámara iraquí, pero necesitará alianzas adicionales para controlar el Ejecutivo, según la agencia Shafaq, mientras se intensifican las negociaciones en un contexto de fuerte fragmentación política

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Las principales formaciones chiíes en Irak han reforzado su colaboración mediante dos comités estratégicos destinados a definir tanto las prioridades del próximo gobierno como el perfil del primer ministro, un puesto que, según el acuerdo vigente tras 2003, sigue reservado a representantes de la comunidad chií. Este nuevo impulso ocurre en un contexto donde la competencia por conformar mayorías y designar cargos clave se intensifica, luego de la publicación oficial de los resultados de las elecciones legislativas recientes y en medio de una fragmentación política persistente. Según reportó la agencia de noticias Shafaq, el acuerdo entre los líderes del Marco de Coordinación chií y el actual primer ministro, Mohamed Shia al Sudani, quedó formalizado durante un encuentro realizado en la residencia del ex jefe de gobierno Haider al Abadi, situando a esta coalición como el actor predominante en la escena parlamentaria iraquí.

De acuerdo con los datos publicados por la Comisión Electoral Superior Independiente y citados por Shafaq, el Marco de Coordinación reúne actualmente 147 de los 329 escaños del Parlamento iraquí. Esta cifra lo convierte en la mayor bancada del órgano legislativo, aunque aún se encuentra por debajo de los 165 diputados necesarios para elegir al próximo primer ministro sin apoyos adicionales. Shafaq destacó que el grupo parlamentario más votado en el bloque corresponde a la lista Construcción y Desarrollo, bajo la dirección de Al Sudani, que consiguió 46 escaños tras recibir el respaldo de aproximadamente 1,3 millones de electores en los comicios.

El medio Shafaq detalló el peso específico y la diversidad interna de la alianza: Asaib Ahl al Haq —conocida como Red Jazali y catalogada como organización terrorista por Estados Unidos desde 2020— incrementó su presencia al pasar de 15 a 27 escaños. Por su parte, el bloque Estado de Derecho, encabezado por el ex primer ministro Nuri al Maliki, ostenta actualmente 29 asientos, una disminución respecto a los 37 registrados en 2021, aunque mantiene su papel como actor trascendente en el Marco de Coordinación. El partido Badr, cuya línea política guarda estrecha relación con intereses proiraníes, tiene en sus filas a 21 diputados, mientras que la formación Huquq cuenta con 6 lugares y respalda posturas cercanas a Irán. La Alianza de Fuerzas Estatales Nacionales, liderada por Ammar al Hakim, logró el acceso de 18 miembros al Parlamento.

Estas agrupaciones, junto a otras de tamaño más reducido, conforman el Marco de Coordinación chií que, tras la oficialización del pacto en la residencia de Al Abadi, busca sumar el apoyo de independientes y partidos minoritarios con el objetivo de alcanzar la mayoría parlamentaria indispensable. De acuerdo con Shafaq, la meta se concentra en obtener los 18 escaños restantes que permitirían a la coalición ejercer pleno control sobre la designación del primer ministro y la formación del gabinete.

El diseño institucional iraquí, marcado por el sistema instaurado luego de la caída de Sadam Husein, establece criterios de reparto sectario para las más altas posiciones del Estado. Según explicó Shafaq, la presidencia del Parlamento está destinada a líderes de origen suní, mientras que la jefatura del Estado, de carácter mayormente ceremonial, corresponde a una figura de la comunidad kurda. Tras las últimas elecciones, Progreso (Taqadum), bajo la dirección de Mohamed al Halbusi, quien se ha desempeñado como presidente del órgano legislativo, obtuvo 27 escaños y se consolidó como la fuerza suní dominante.

En cuanto a los representantes de la minoría kurda, las diferentes fuerzas del Kurdistán suman más de 40 parlamentarios. El Partido Democrático del Kurdistán (KDP), al mando de Nechirvan Barzani, reúne 26 asientos y se perfila como el principal actor kurdo, mientras el resto de los diputados provienen de otras agrupaciones políticas vinculadas a la región semiautónoma o de menor relevancia, todas presentes en las negociaciones orientadas a pactos de gobierno y distribución de cuotas de poder.

Shafaq advertió que la fragmentación actual del Parlamento, unida al arraigo del sistema sectario, anticipa negociaciones extendidas para alcanzar los acuerdos requeridos en la investidura del futuro primer ministro. Los grandes bloques parlamentarios tendrán que superar diferencias internas y externas antes de concretar la composición del nuevo Ejecutivo, con múltiples rondas de diálogo previstas durante las semanas siguientes a los comicios.

Según consignó la agencia Shafaq, la consolidación del Marco de Coordinación chií como el bloque más voluminoso no elimina la necesidad de establecer alianzas con otras formaciones para gobernar. La capacidad de este grupo para sumar los apoyos indispensables y negociar cuotas de poder con actores suníes, kurdos e independientes definirá la estructura final del gobierno y las prioridades que guiarán la política iraquí durante la nueva legislatura.

La configuración final del Ejecutivo permanecerá indefinida hasta que las distintas fuerzas logren conformar una mayoría estable, proceso que podría extenderse en función de las conversaciones y de la dinámica entre los bloques más relevantes del Parlamento. Según informó Shafaq, la distribución de cargos y la definición del nuevo gabinete seguirán fuertemente marcadas por el sistema de equilibrios sectarios, aunque la fragmentación y pluralidad política imponen la necesidad de consensos transversales en una etapa donde los distintos liderazgos aspiran a consolidar su presencia en el aparato estatal.