Las fuerzas de Israel evacuan y demuelen un asentamiento levantado sin permisos por colonos en Cisjordania

Un operativo cerca de Jerusalén terminó con choques entre residentes y uniformados, dejando un policía lesionado, tras la autorización oficial para destruir viviendas instaladas en la zona, en contexto de crecientes tensiones internacionales

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La demolición de Tzur Misgavi, un asentamiento cercano a Gush Etzion en Cisjordania donde residían cerca de 20 familias desde hacía más de un año, se realizó tras una autorización oficial emitida en un contexto de crecientes fricciones en la región y bajo un estricto operativo de las fuerzas de seguridad israelíes. El procedimiento terminó en disturbios cuando los habitantes se opusieron activamente a la evacuación y destrucción de sus viviendas, enfrentamientos en los que un policía resultó herido por el impacto de una piedra en el rostro, según informó la emisora pública israelí, Kan.

De acuerdo con la información proporcionada por Kan y recogida por diversos medios, las autoridades israelíes desplegaron bloqueos y controles en las rutas de acceso al asentamiento antes de proceder con la demolición, práctica que no se repite con frecuencia en operativos similares. Las labores se concentraron en el asentamiento de Tzur Misgavi, erigido sin permisos oficiales y ubicado en el área C de Cisjordania, una zona bajo control administrativo y militar de Israel según los Acuerdos de Oslo. Pese a que estos procedimientos suelen generar tensiones, en este operativo se registró una oposición directa de los residentes, lo que derivó en choques con los uniformados y culminó con lesiones a al menos un miembro de las fuerzas de seguridad.

El medio Kan detalló que el asentamiento desmantelado queda en las proximidades de Jerusalén, en un sector conocido por la concentración de asentamientos israelíes y la complejidad política y demográfica que caracteriza a la región. La intervención se produce en medio de un aumento reciente de acciones violentas atribuidas a colonos contra la población palestina de la zona. Reportes de organizaciones internacionales y de la comunidad diplomática han advertido sobre el respaldo, explícito o implícito, de las fuerzas de seguridad israelíes en estos incidentes, una situación que ha generado un incremento en las críticas internacionales hacia la política de asentamientos del país.

La legitimidad de los asentamientos en los territorios ocupados continúa siendo un tema de disputa. Según publicó Kan, mientras la legislación internacional contempla como ilegales todas las construcciones de este tipo en los Territorios Palestinos Ocupados, el Estado de Israel únicamente reconoce como ilícitos los levantados sin su consentimiento, como en el caso de Tzur Misgavi. Esta diferenciación se mantiene pese a las resoluciones y posicionamientos de entidades internacionales, como la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que en julio pasado declaró que la práctica israelí de establecer asentamientos contraviene la Cuarta Convención de Ginebra, prohibiendo el desplazamiento forzoso de poblaciones en territorios ocupados.

La CIJ también subrayó, según recogieron medios israelíes y agencias internacionales, que las políticas aplicadas por Israel — principalmente la explotación de recursos naturales y la aplicación de su legislación nacional en zonas bajo ocupación — constituyen una forma de anexión no permitida por el Derecho Internacional. Las reiteradas demoliciones de viviendas sin autorización, en este marco, agravan las tensiones internas y alimentan los señalamientos de la comunidad internacional sobre la legalidad de la presencia israelí en Cisjordania.

La operación en Tzur Misgavi, tal como consignó Kan, se desarrolló en clima de vigilancia extrema y marcó una excepción en la conducta habitual de las fuerzas israelíes respecto a asentamientos sin permiso. Estos procedimientos reflejan la compleja dinámica política y legal que domina la región, y muestran la relevancia que adquieren tanto a nivel local como en la agenda internacional. La situación de los asentamientos y los enfrentamientos recurrentes entre colonos, residentes palestinos y fuerzas de seguridad, siguen siendo uno de los focos principales de la crisis en los Territorios Palestinos Ocupados, escenario que continúa bajo una sostenida atención global.