La tormenta solar no ha causado ninguna incidencia reseñable en España

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La tormenta solar que ha afectado esta semana a la Tierra no ha tenido ninguna incidencia reseñable en España, según han informado a Europa Press fuentes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

El Departamento que dirige Diana Morant ya preveía que los impactos que tendría la tormenta solar en España serían "leves", aunque sí avisaba de la posibilidad de que fallaran los sistemas de navegación por satélite o que se produjeran alteraciones "muy limitadas" en comunicaciones por radio de onda corta o alta frecuencia, mientras que las redes habituales de telefonía móvil, internet o radio FM no iban experimentar afectaciones apreciables.

España no se encuentra entre los países con mayor exposición directa a este episodio extremo de clima espacial. La ubicación del país en latitudes medias, alejadas de las regiones polares, reduce significativamente la intensidad de los efectos que estaban previstos sobre el territorio nacional.

Aunque esta ha sido la tormenta solar más intensa de los últimos años, no tiene consecuencias graves para la población ni para el funcionamiento de los sistemas tecnológicos nacionales.

España, a través de la Agencia Espacial Española (AEE) en coordinación con la Agencia Espacial Europea (ESA), ha realizado un seguimiento detallado de la evolución de esta tormenta para prevenir cualquier situación potencialmente crítica o de consecuencia adversa.

Desde el Ministerio se trabaja para seguir reforzando las capacidades de vigilancia y alerta temprana como país frente al clima espacial. "En un ciclo solar cada vez más activo, disponer de información anticipada resulta esencial para proteger infraestructuras críticas y reducir los riesgos tecnológicos", apuntan desde el Ministerio.

Entre el 11 y 12 de noviembre de 2025, ha tenido lugar un episodio de clima espacial inusualmente intenso. El jueves por la mañana, el Sol emitió una fulguración solar de clase X5.1, una de las más potentes de los últimos años, acompañada de una eyección de masa coronal (CME), una enorme nube de plasma lanzada hacia el espacio. Esta se sumó a otras dos CME previas, generadas los días 7 y 9 de noviembre, que también alcanzaron la Tierra el día 11.

Los efectos inmediatos fueron cortes temporales en las comunicaciones de radio de alta frecuencia en zonas iluminadas del Planeta debido a la intensa radiación solar, con interrupciones detectadas, por ejemplo, en África.

Además, la fulguración liberó una lluvia de partículas solares de alta energía, dando lugar a una tormenta de radiación que aún continúa. Aunque estas partículas no suponen un riesgo biológico directo en superficie, sí pueden afectar a satélites y sistemas electrónicos en el espacio.