Francia conmemora este jueves el décimo aniversario de los atentados de 2015 en París

Sobrevivientes, familiares de víctimas y autoridades se reúnen en múltiples homenajes por la ola de violencia que dejó 130 fallecidos y más de 400 heridos, en medio de renovados llamados a la memoria y la seguridad social en el país

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Los actos en homenaje a las víctimas de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París han incluido la inauguración de un nuevo jardín conmemorativo y una serie de iniciativas públicas orientadas a mantener viva la memoria de los hechos y a brindar apoyo a los sobrevivientes y familiares. Según consignó la agencia Europa Press, estas ceremonias, que contarán con la presencia del presidente Emmanuel Macron y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, se desarrollan en un contexto marcado por llamados renovados a fortalecer la seguridad y a no olvidar el impacto de la violencia extremista.

La ola de ataques yihadistas registrada hace diez años en la capital francesa fue ejecutada por integrantes del autodenominado Estado Islámico, dejando un saldo de al menos 130 personas fallecidas y más de 400 heridas. De acuerdo con Europa Press, los atentados comenzaron en los alrededores del Stade de France, donde tres suicidas fallecieron al detonar explosivos después de que no lograron acceder al estadio durante un partido internacional. Posteriormente, otros atacantes abrieron fuego contra cafeterías y restaurantes y, finalmente, asaltaron la sala de conciertos Bataclán, donde se desarrollaba un espectáculo con cerca de 1.500 asistentes. En ese lugar fallecieron 90 personas y numerosas resultaron heridas, en una acción que incluyó una prolongada toma de rehenes antes de la intervención de las fuerzas especiales.

Europa Press reportó que los operativos de rescate lograron neutralizar a los atacantes dentro del Bataclán tras intensos tiroteos, durante los cuales uno de los agresores activó un cinturón explosivo. La actuación de los cuerpos de seguridad permitió la liberación de supervivientes, mientras que la cifra total de atacantes ascendió a diez, la mayoría muertos en el curso de los acontecimientos o durante los días siguientes en una redada policial en Saint-Denis, incluido Abdelhamid Abaadoud, señalado como el principal organizador de la acción.

Salah Abdeslam resultó ser el único integrante del comando que sobrevivió a la jornada. Nacido en Bruselas, logró fugarse y fue capturado meses después en 2016 en Bélgica. Un tribunal francés lo condenó en 2022 a cadena perpetua irreductible por su papel en los ataques, según recordó Europa Press. La organización Estado Islámico, que para entonces ya había declarado un “califato” bajo la dirección de Abú Bakr al Baghdadi en zonas de Irak y Siria, se atribuyó la responsabilidad alegando que se trataba de una represalia ante los bombardeos franceses realizados como parte de la Operación Chamal.

Europa Press detalló que estos atentados representaron los más letales perpetrados en suelo francés y el peor ataque en la Unión Europea desde los atentados de Madrid en 2004. Sucedieron meses después de la agresión de enero de 2015 contra la revista satírica Charlie Hebdo y un supermercado judío, acciones que terminaron con diecisiete personas muertas y motivaron la declaración de una alerta máxima en Francia.

La respuesta de las autoridades incluyó la instauración de un estado de emergencia por tres meses, lo que permitió reforzar la actuación de la policía y los militares en sitios considerados sensibles, tales como estaciones de transporte y lugares de culto. Además, el propio presidente François Hollande calificó los hechos como un “acto de guerra” e impulsó la intensificación de los bombardeos franceses sobre posiciones del Estado Islámico en Medio Oriente, según publicó Europa Press.

Las conmemoraciones de este décimo aniversario han atraído la atención no solo de las autoridades y familiares, sino también de amplios sectores de la sociedad parisina, llamados desde el 8 de noviembre a colocar velas, flores y mensajes en la plaza de la República en honor a quienes perdieron la vida y a quienes sobrevivieron. La alcaldía ha dispuesto pantallas gigantes en espacios públicos como la plaza de la República para transmitir los homenajes, entre ellos la inauguración del Jardín 13 de Noviembre, un espacio de memoria definido en consulta con las familias de las víctimas y situado junto al Ayuntamiento de París.

Los actos protocolares comenzaron frente a las placas instaladas en 2016 en los puntos de la ciudad donde ocurrieron los ataques y continúan en el nuevo jardín conmemorativo, el cual permanecerá cerrado al público por motivos de seguridad. Según algunas estimaciones recogidas por Europa Press, la afluencia ciudadana y la cobertura mediática han sido amplias, involucrando la transmisión en vivo a través de cadenas de televisión como TF1 y France 2.

En paralelo a los actos oficiales, la ciudad de París organiza eventos culturales, entre ellos exposiciones con obras de artistas que residen en la capital y que vivieron la jornada de los atentados, así como fotografías de ese día y piezas integrantes de la futura colección permanente del Museo-Memorial del Terrorismo, cuya apertura está prevista para 2029. Los Archivos de París han abierto una exposición con homenajes recolectados durante y después de los ataques, mostrando la respuesta social frente a la tragedia. El miércoles previo al aniversario, la Orquesta de Cámara de París ofreció un concierto en el Teatro de los Campos Elíseos, dentro de las actividades de memoria detalladas por Europa Press.

Diez años después de los hechos, la situación de las víctimas ocupa un lugar central en la narrativa pública. Según Europa Press, numerosas personas continúan padeciendo secuelas psicológicas derivadas de lo que presenciaron o vivieron. Catherine Bertrand, superviviente del Bataclán y vicepresidenta de la Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo, declaró recientemente a la cadena BFM TV que “el tiempo ayuda, pero hay cicatrices que no se cerrarán nunca”. Bertrand añadió que el acompañamiento institucional muchas veces resulta insuficiente y que el sentido de soledad persiste incluso en el marco de las conmemoraciones colectivas.

Las asociaciones de víctimas coordinaron actividades que incluyeron marchas de siete y quince kilómetros partiendo desde puntos emblemáticos como el Stade de France y la plaza de la República, con el destino final cercano al Ayuntamiento y al recién inaugurado jardín, en lo que se definió como una jornada de reencuentro y homenaje a los valores republicanos, según especificó Europa Press.

En otro aspecto relevante, la abogada de Salah Abdeslam, Olivia Ronen, manifestó a la emisora France Info que su cliente evalúa la posibilidad de iniciar un proceso de justicia restaurativa, como una vía para responder a las víctimas, tras haber pedido perdón durante el juicio y solicitando acceso a la educación. La letrada señaló que existen partes civiles que han realizado solicitudes de contacto con Abdeslam, aunque, según recalcó Europa Press, hasta ahora no se conocen detalles sobre estos posibles intercambios.

Este tema adquirió actualidad luego de que las autoridades detuvieran el pasado fin de semana a tres personas, entre ellas una excompañera sentimental de Abdeslam, identificada como Maëva B., con la acusación de haberle proporcionado un dispositivo USB durante su reclusión y de planear supuestamente un nuevo atentado en Francia. Según informaciones fiscales citadas por Europa Press, la mujer se encuentra bajo custodia ante preocupaciones sobre su presunta radicalización y su fascinación por el yihadismo. El dispositivo habría sido entregado de manera irregular en la prisión de Vendin-le-Vieil, al norte del país, punto en el que permanece recluido Abdeslam, y el caso ilustra la persistencia de los riesgos y de redes de apoyo al extremismo en el entorno europeo.

Europa Press recalcó que estos hechos recientes y las iniciativas judiciales, así como los debates sobre las políticas de memoria, refuerzan la percepción de que el riesgo de ataques se mantiene presente, y subrayan la importancia de apoyar de forma sostenida a quienes resultaron afectados por la violencia. No solo las ceremonias y homenajes, sino también la discusión social y legal, continúan incidiendo en la vida pública francesa una década después de los atentados.