El presidente de Camerún toma posesión para un octavo mandato tras su polémica victoria electoral

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El presidente de Camerún, Paul Biya, ha tomado posesión este jueves para un octavo mandato al frente del país africano, que dirige desde hace 43 años, tras su polémica victoria en las elecciones celebradas el 12 de octubre, en las que el principal opositor, Issa Tchiroma Bakary, se ha negado a reconocer los resultados afirmando que él es el verdadero ganador en las urnas.

Biya, de 92 años y el jefe de Estado de mayor edad del mundo, se impuso en dichos comicios con un 53,7 por ciento de los votos, según los resultados oficiales, que dieron un 35,2 por ciento de las papeletas a Tchiroma Bakary, quien antes del anuncio final había dicho que contaba con pruebas de que se había hecho con cerca del 60 por ciento de los respaldos.

Así, el presidente ha tomado posesión en una ceremonia en el Parlamento en la capital, Yaundé, para otro mandato de siete años, en medio de las dudas sobre su estado de salud, especialmente debido a sus escasas apariciones públicas durante los últimos años, incluidos pocos actos de campaña de cara a las citadas presidenciales.

"Expreso mi profunda gratitud al pueblo camerunés, que una vez más ha decidido darme su confianza", ha señalado el mandatario durante su discurso de toma de posesión, en el que ha prometido que "no escatimará esfuerzos para seguir siendo merecedor de esta confianza".

"Entiendo totalmente la gravedad de la situación que atraviesa nuestro país. Entiendo el número y la gravedad de los desafíos a los que hacemos frente y entiendo la profundidad de la frustración y el tamaño de las expectativas", ha sostenido, antes de "renovar el compromiso adoptado en el pasado de seguir siendo fiel a las ideas" desde su llegada a la Presidencia.

Así, ha apostado por lograr "un Camerún unido, estable y próspero", al tiempo que ha dicho que los desafíos "no son insuperables", antes de defender que su victoria es "clara" e "incontestable", ante las reiteradas denuncias de Tchiroma Bakary sobre un fraude y las movilizaciones de las últimas semanas para protestar por la victoria de Biya.

"Tiendo la mano a todo el mundo", ha manifestado el presidente, quien ha abogado por un proceso de diálogo y ha pedido tratar la realidad de los jóvenes, que se han movilizado durante las últimas semanas en las protestas y que habrían dado un importante apoyo al líder opositor en las últimas elecciones, incluido "un plan especial de promoción del empleo para los jóvenes" y una mejora de las protecciones a las mujeres.

"Este país es nuestro patrimonio común y nuestro bien más precioso. Debemos construirlo, solidificarlo y modernizarlo, no destruirlo", ha argüido el presidente, que ha criticado "la actitud de ciertos políticos irresponsables" por convocar las manifestaciones y ha prometido que "el orden reinará y Camerún seguirá avanzando".

En esta línea, ha aplaudido la labor de las fuerzas de seguridad a la hora de hacer frente a las movilizaciones y ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas mortales a causa de la represión, antes de insistir en que en el país no debe haber espacio para "el odio y la violencia". "El país no necesita una crisis postelectoral, cuyas consecuencias podrían ser dramáticas", ha sostenido.

Por otra parte, ha reclamado combatir "de forma vigorosa" a los grupos terroristas que operan en el país, especialmente en la región de Extremo Norte, escenario de ataques durante los últimos años por parte de Boko Haram y su escisión, Estado Islámico en África Occidental (ISWA), que han matado a decenas de civiles y miembros de las fuerzas de seguridad en diversos ataques.