Salinas y Sonzini avisan de la "crisis" de la cultura con Milei: "Se está aniquilando el cine"

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Los cineastas argentinos Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini han advertido de la "crisis vital" que atraviesa su país desde el triunfo de la "ultraderecha de Javier Milei, cuyo Gobierno ha desatado una "pesadilla" en el sector de la cultura con los recortes.

"En Argentina se está aniquilando el cine de manera completa, el grande, el pequeño, el mediano, el ínfimo. El Gobierno de Milei propone que Argentina deje de producir cine, cultura", ha aseverado Salinas, en declaraciones recogidas por Europa Press en la rueda de prensa que ha ofrecido este jueves, junto a Sonzini, en la 70 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

Los directores participan en la Sección Oficial del festival con la película 'La noche está marchándose ya', en estreno en España, un proyecto germinado en el marco de los recortes a la cultura del país sudamericano y en el que sitúan el cine como espacio de refugio para los marginados.

El filme, primer largometraje conjunto de los directores que lograron la Espiga de Plata de Seminci con 'Mi última aventura' (2021), traslada al espectador al municipal Cine Club Hugo de Carril de la ciudad argentina de Córdoba, de donde proceden los cineastas.

En este lugar "simbólico", se plasma una realidad derivada de los recortes a la cultura, de la mano de Pelu (Octavio Bertone), proyeccionista de la sala de cine que, ante la crisis del sector, se ve obligado a convertirse en el guardia del seguridad nocturno del lugar, un espacio que convierte en su refugio y el de un grupo de habitantes de calle cuando cae la noche. Y la noche en un club de cine invita a disfrutar de una proyecciones de cine clásico.

Salinas y Sonzini reivindican el cine popular frente al populismo en esta propuesta que, completamente en blanco y negro, ofrece una mirada calidad, con tintes humorísticos, al dramático camino a la decadencia de Pelu, paralela al declive del espacio cultural como servicio municipal, de la cultura del país y, en general, de una sociedad abocada a la marginalidad por el contexto político y social actual.

En la vida real, el actor protagonista, Octavio Bertone, trabaja como proyeccionista del cine club, en el que también desarrollan actividades los directores. La historia parte así de la experiencia real de todos ellos como trabajadores de la cultura argentina.

En este sentido, Sonzini ha explicado que en su origen este proyecto tuvo tres elementos como "punto de partida", una vía para "procesar la crisis" causada por el Gobierno de Milei, tener el cine club como espacio protagonista y contar con la interpretación de Bertone, quien ya participó como actor en 'Mi última aventura'.

"Filmar en el cine era un poco como exorcisar una pesadilla. Esta no es la situación que actualmente está corriendo el cine club, pero tampoco es el espacio más sólido porque la gestión pública en Argentina está dispuesta a recortar básicamente cualquier área", ha precisado al respecto Salinas.

UNA PRODUCCIÓN A PEQUEÑA ESCALA

Asimismo, ha explicado que el proyecto tuvo que llevarse a cabo de forma "muy rápida", con solo cuatro semanas de escritura de guión, tres de preproducción y después el rodaje, todo ello en un contexto de dificultad para producir películas.

Ante la situación de una producción a "muy pequeña escala", decidieron apostar por el blanco y negro en la imágenes, ya que el color habría sido otro elemento inviable de controlar y debido a que esta opción permitía asociar el filme a la "tradición" de las cintas que se proyectan en el cine club de la ficción y que querían usar de forma simbólica --obras de Borzage, Ozu o McCarey--.

"El blanco y negro nos da plasticidad, cierto espesor", ha agregado al respecto, para incidir en que ya en la posproduccion, buscaron incorporar una textura vinculada a las películas de los años 30.

En este sentido, Sonzini ha aludido a películas estadounidenses de aquella época que abordan en la ficción a personas afectadas por un contexto de "caída económica" y a filmes de "tragedia tomadas con cierto sentido del humor". Así, la inspiración se vinculó a que ese cine de los años 30 surgió de una "gran crisis social, política y económica", una situación que ellos padecen ahora en su país.

"Sentimos que, si bien la realidad política siempre es muy turbulenta, lo que pasó hace un año y medio con la victoria de Javier Milei y el triunfo de la ultraderecha definitivamente marcó esa entrada a una crisis vital, directa para todos. De hecho, nosotros perdimos trabajo, pasamos de trabajar más o menos seguido en películas durante todo el año a ni una en 2024", ha relatado Sonzini.

De este modo, ha sido "imposible" para los cineastas no plasmar esta "crisis" en la narrativa, forma y estética de 'La noche está marchándose ya', en la que al mismo tiempo se han podido tomar la libertad de "disfrutar" y "jugar con el cine" ante el pensamiento de que podrían no volver a filmar, ha admitido Salinas.

Esta posibilidad, enmarcada en que Milei mira al cine como "enemigo", es un temor para los realizadores, quienes buscan resistir, como hacen con esta propuesta que ha contado con el aporte "solidario y fraterno" de mucha gente que se encuentra en la misma situación precarizada".

"Mucha gente eligió, a pesar de tener dificultades económicas, trabajar en la película, no porque creían que iba a estoy en Seminci, sino porque quizás es mejor estar justos dos semanas que sufrir solos por nuestra cuenta esas dos semanas", ha aseverado Salinas.

Ese mirada al cine como lugar de encuentro y refugio se refleja, precisamente en la historia del filme, en el que los habitantes de calle que trabajan como limpia coches y duermen en las calles -- denominados 'naranjitas' en la jerga argentina-- encuentran una guarida en el cine club acogidos por Pelu.

A RITMO DE UN CUARTETO CORDOBÉS

Para ahondar en las consecuencias del contexto, los cineastas han incluido en el filme la canción 'La noche está marchándose ya', de José Luis Perales, en versión cuarteto, género musical popular de Córdoba.

El tema invita a pensar en "qué pasará mañana". "Este podría haber sido otro título de la película", ha reconocido Sonzini, quien junto a Salinas no sabe si en el futuro podrán volver a filmar, pero sí que no dejarán de "hacer cine" con su participación activa en espacios como el cine club real.

El "gran problema", ha añadido, es la "limitación" que supone no poder vivir de ello. Pese a todo, llama a no perder la "fe". "Hay que pensar en cómo imaginamos un sistema público para el cine en el futuro a largo plazo, cuando Milei se vaya, tenemos que lograr un sistema que sea mucho mejor que el que teníamos antes, que era mucho mejor que el de ahora, aunque tenía problemas", ha reflexionado.

Salinas, por su parte, ha incidido en que no pueden saber si Milei volverá a ganar o no, pero sí que el cine argentino "se ha recuperado de cosas mucho más graves y mucho más duras" que el actual presidente: "Los cineastas argentinos se han organizado y han resistido políticamente, estéticamente y cinematográficamente a enemigos mucho más feroces".

De este modo, confían, aunque con cierta incertidumbre, en seguir haciendo películas y contribuir desde su Córdoba natal a que "se diversifique" el cine argentino que hoy ha recalado de su mano en la séptima jornada de la Semana vallisoletana.