Oftalmólogo aconseja revisar la vista periódicamente para controlar defectos que puedan afectar a la conducción de noche

El doctor Fernando Llovet advierte sobre el peligro de conducir con visión deficiente, señalando que el 60% de los españoles declara dificultades al manejar de noche, un riesgo agravado por enfermedades oculares y fatiga tras el cambio de hora

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La fatiga y la somnolencia, asociadas al reciente cambio de hora, impactan de forma notable en los conductores durante la noche y agravan el riesgo de incidentes viales. A estos factores se suma la limitación natural de la visión humana en ambientes poco iluminados, lo que complica la conducción nocturna según explicó el doctor Fernando Llovet, cofundador de Clínica Baviera. Este especialista ha advertido sobre el aumento del peligro que supone conducir con una visión deficiente y ha subrayado la importancia de realizar revisiones periódicas para detectar y corregir problemas visuales que afectan la seguridad en carretera. Tal como publicó Clínica Baviera en su Estudio de la Visión en España 2025, un 60 por ciento de las personas en el país reconoce dificultades visuales al conducir por la noche, cifra que pone de manifiesto la magnitud del problema.

De acuerdo con los datos difundidos por el medio citado, la visión nocturna o escotópica permite cierta adaptación a la oscuridad, pero muestra restricciones claras en situaciones de baja iluminación. En estas condiciones, la percepción de los colores se limita a distinguir prácticamente solo blanco, gris y negro, disminuye la agudeza visual, la visión central pierde nitidez y la detección de objetos en movimiento resulta más sencilla que la de objetos estáticos. El doctor Llovet detalló que cualquier pequeño defecto visual no corregido incrementa el riesgo de accidente al conducir de noche, y estas dificultades se intensifican en presencia de enfermedades oculares como cataratas, afecciones de retina, miopía o astigmatismo. Sin embargo, Clínica Baviera advirtió que incluso aquellos que no cuentan con un diagnóstico visual previo pueden experimentar problemas de visión bajo condiciones de poca luz.

El fenómeno conocido como ceguera nocturna o nictalopía fue descrito por el doctor Llovet como una situación provocada cuando los ojos deben adaptarse a un entorno extremo para el que el sistema visual de algunas personas no cuenta con la preparación necesaria. Este especialista recomendó acudir al oftalmólogo para una evaluación si aparecen síntomas compatibles con la ceguera nocturna, con el objetivo de identificar las causas y recibir tratamiento adecuado. Además, mencionó la miopía nocturna, cuyo origen no está del todo definido pero se sospecha que está vinculada al esfuerzo de acomodación del cristalino al enfocar objetos lejanos cuando la luz es insuficiente. En estos casos, "el paciente ve correctamente de cerca, pero presenta dificultad para enfocar a distancia en ambientes oscuros", explicó Llovet según Clínica Baviera. Habitualmente, el tratamiento para la miopía nocturna consiste en el uso de gafas o lentes de contacto que se adapten a las exigencias de la conducción nocturna.

Según manifestó el equipo de especialistas en oftalmología de Clínica Baviera, no existen remedios caseros ni ejercicios capaces de mejorar de forma directa la visión nocturna. Aun así, recomendaron adoptar costumbres y medidas preventivas para proteger la vista en entornos poco iluminados. Entre estas pautas, sugerieron el consumo de alimentos ricos en vitamina A, como las zanahorias, las espinacas y otros vegetales de hoja verde, ya que este nutriente contribuye a mantener la agudeza visual y protege la retina de enfermedades.

Los expertos también destacaron la importancia de no exponerse a luces fuertes de manera directa, ya que mirar los faros de otros automóviles, lámparas intensas o pantallas brillantes puede provocar deslumbramientos y dificultar aún más la visión en la oscuridad. Otra de las recomendaciones consiste en parpadear con frecuencia para evitar la sequedad ocular y disminuir la fatiga, lo que favorece la adaptación ante cambios de iluminación. Realizar pausas durante la conducción permite relajar los músculos oculares y, con ello, mejorar el rendimiento visual.

Otros factores señalados por Clínica Baviera son el consumo de alcohol y tabaco. Ambas sustancias afectan la capacidad visual, aumentan la sensibilidad a los deslumbramientos y comprometen la seguridad del conductor. Por este motivo, el equipo médico aconsejó abstenerse de consumirlas antes de conducir por la noche o en ambientes de baja luminosidad.

La revisión oftalmológica periódica fue destacada como un elemento central para detectar y corregir defectos visuales no diagnosticados. La implementación de medidas sencillas, como el uso de gafas o lentes adecuadas, y el seguimiento de las recomendaciones de los especialistas, contribuyen a mejorar la seguridad vial en situaciones de escasa visibilidad.

El doctor Llovet y los expertos de Clínica Baviera insisten en que el control preventivo de la salud visual y unos hábitos adecuados ayudan a reducir el peligro durante la conducción nocturna. Según señaló Clínica Baviera, la combinación de enfermedades oculares preexistentes, fatiga ocasionada por el cambio de hora y los desafíos propios de la visión humana en la oscuridad influyen de forma directa en la capacidad para manejar vehículos de forma segura, por lo que resulta fundamental revisar la visión y utilizar los elementos ópticos correctos en caso necesario.