Orbán espera reunirse la próxima semana con Trump para hablar de las sanciones al petróleo ruso

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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha manifestado este lunes su disposición a reunirse la próxima semana con el presidente estadounidense, Donald Trump, para hablar de las sanciones impuestas sobre el petróleo ruso y buscar soluciones que permitan a Budapest sufrir un menor impacto en relación con estas restricciones.

"Pronto estaré en Washington para hablar de esto con el presidente Trump", ha afirmado Orbán durante una entrevista con el periódico italiano 'La Repubblica' durante su visita a Roma. "Vamos a buscar una solución, especialmente por Hungría", ha puntualizado sobre una cuestión de vital importancia a nivel interno dado que el país depende en gran medida de las importaciones de crudo y gas procedentes de Rusia.

Por su parte, el embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker, ha lamentado que Hungría "no haya puesto en marcha planes para reducir su dependencia". "Vamos a seguir trabajando con otros países de la zona, entre ellos, Croacia, para que puedan ofrecer ayuda", ha dicho.

Está previsto que Trump y Orbán se reúnan la próxima semana en la capital estadounidense, tal y como ha confirmado este lunes el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, que no ha dado una fecha concreta.

Al contrario que muchos otros países de la Unión Europea, que han introducido medidas para ir reduciendo la dependencia energética sobre Rusia durante los últimos años a raíz de la invasión rusa de Ucrania, Hungría ha aumentado sus compras a Moscú y se ha mostrado reticente a imponer sanciones, lo que le ha granjeado críticas por parte de otros miembros del bloque comunitario.

Esta situación podría acabar traduciéndose en un peligro para la seguridad de Hungría, especialmente después de que Washington impusiera un nuevo paquete de sanciones contra los mayores productores de crudo de Rusia en un intento por lograr que el presidente ruso, Vladimir Putin, se siente a la mesa de negociaciones.

Orbán ha puesto sobre la mesa la posibilidad de contar con un gasoducto alternativo vía Croacia, que tiene la capacidad suficiente para suministrar a Hungría y Eslovaquia.