Malí suspende las clases 2 semanas por falta de combustible ante el bloqueo de la filial de Al Qaeda en el Sahel

Las autoridades informaron que se paralizan actividades académicas tras el recrudecimiento del control yihadista sobre importaciones, lo que impide el acceso normal a combustibles clave y genera caos en la movilidad de docentes y estudiantes a nivel nacional

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La filial del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), vinculado a Al Qaeda en el Sahel, anunció recientemente la prohibición de importar combustible desde países vecinos como Costa de Marfil, Guinea, Senegal y Mauritania. Este endurecimiento en el control de las importaciones derivó en sucesivos ataques a camiones provenientes de Senegal, centrados principalmente en el transporte de carburante, así como a otros vehículos en tránsito, lo que afectó directamente la disponibilidad de combustible dentro de Malí. Esta situación llevó a la empresa de transporte interurbano Diarra Transport a suspender sus operaciones hasta nuevo aviso, priorizando la seguridad de empleados y pasajeros, según reportó el grupo JNIM a principios de septiembre, cuando su dirigente Abú Huzeifa al Bambari comunicó oficialmente las nuevas medidas.

Esta cadena de acontecimientos provocó que los Ministerios de Educación y de Enseñanza Superior de Malí anunciaran la suspensión de las clases en los centros educativos de todo el país durante al menos dos semanas. De acuerdo con lo publicado por Europa Press, la medida comienza este lunes 27 de octubre de 2025 y se extenderá hasta el domingo 9 de noviembre de 2025, periodo durante el cual no se dictarán actividades académicas. Las autoridades del sector educativo explicaron que la decisión se tomó debido a “las interrupciones en el suministro de combustible, que afectan la movilidad del personal escolar”, una circunstancia directa de la actual “yihad económica” impulsada por el JNIM contra las importaciones, en especial las de combustible.

En el comunicado difundido por el Ministerio de Educación a través de Facebook, ambos ministerios confirmaron que las actividades académicas se reanudan el lunes 10 de noviembre de 2025. Las autoridades indicaron que, con el propósito de asegurar la continuidad de la educación y el desarrollo de los programas de estudio, trabajan en la reprogramación de los calendarios escolares y universitarios. Además, según Europa Press, la nota oficial expone que “las autoridades están haciendo todo lo posible para restablecer el suministro normal de combustible”.

El mensaje del Gobierno incluyó un reconocimiento a la comunidad educativa por su comprensión, compromiso y sentido patriótico en medio de la crisis actual, detalló Europa Press. Este gesto busca mantener cohesionada a la población escolar y universitaria mientras se gestionan las consecuencias inmediatas del bloqueo de combustible.

Europa Press consignó que el impacto de la “yihad económica” encabezada por el JNIM tiene en la mira a las importaciones procedentes de la región de Kayes, ubicada en el oeste de Malí, fronteriza con Senegal y Mauritania. A partir de la prohibición, se multiplicaron los ataques a transportes que ingresan carburante desde los países vecinos, generando un ambiente de inseguridad persistente y afectando la cadena de suministros esencial, como el combustible, necesario tanto para el transporte público como para las operaciones escolares y universitarias.

La suspensión de clases a nivel nacional representa uno de los efectos más visibles de la escalada en el bloqueo a la importación de recursos energéticos. La movilidad del personal docente y estudiantil se vio gravemente afectada, imposibilitando la normalidad en los desplazamientos diarios. Europa Press reportó que la decisión de suspender las actividades académicas coincide con los esfuerzos de las autoridades para gestionar alternativas a este escenario, incluidas negociaciones y medidas para la recuperación progresiva del suministro de combustible.

La empresa Diarra Transport, una de las principales operadoras de transporte interurbano en Malí, tomó la decisión de detener sus actividades luego del incremento de ataques, según informó Europa Press. Esta suspensión profundizó las dificultades para el traslado entre ciudades, lo que repercute directamente en la capacidad de los estudiantes y profesores para llegar a los centros educativos, agudizando el problema generado por la escasez de combustibles.

El contexto actual deja en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas educativos y de transporte frente a las tácticas de grupos armados que buscan ejercer presión a través de restricciones económicas. De acuerdo con lo reportado por Europa Press, la “yihad económica” de la filial yihadista constituye una estrategia para restringir el flujo de recursos básicos hacia Malí, dificultando la vida cotidiana y obligando al Estado a tomar medidas drásticas como la paralización temporal del sistema educativo.

Las gestiones de las autoridades para restablecer el suministro de combustible continúan en curso, mientras los Ministerios de Educación y de Enseñanza Superior intentan reacomodar el calendario académico para minimizar el impacto de la crisis en la formación escolar y universitaria, tal como puntualizó Europa Press. Decenas de miles de docentes y estudiantes se ven afectados por esta decisión, en espera de soluciones que permitan la normalización del acceso a instalaciones educativas y la reanudación de actividades esenciales para el país.