
El ministro de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, confirmó un calendario de encuentros inminentes entre los equipos de negociación brasileños y estadounidenses, enfocados en analizar el impacto de los aranceles y avanzar hacia acuerdos que beneficien a los sectores más afectados por estas medidas. Esta declaración se produjo en Kuala Lumpur, Malasia, al término de la rueda de prensa que siguió a la reunión entre el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el contexto de la Cumbre de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN). Según informó Agencia Brasil, el propio Lula afirmó que se abre la puerta a nuevas etapas en el diálogo comercial, e insistió en que en cuestión de días podría alcanzarse "una solución definitiva" a los actuales desacuerdos bilaterales.
El jefe de Estado brasileño detalló durante su comparecencia que durante el diálogo con Trump entregó un documento con los asuntos clave que Brasil busca discutir en la nueva ronda de negociaciones. De acuerdo con la publicación de Agencia Brasil, Lula subrayó que insistió al presidente estadounidense en que el superávit comercial de Estados Unidos con Brasil elimina la necesidad de fijar gravámenes adicionales a los productos brasileños.
Lula explicó: "No exijo nada que sea injusto para Brasil, y tengo de mi lado la verdad más absoluta del mundo: Estados Unidos no tiene déficit comercial con Brasil, lo cual explica los famosos aranceles impuestos al mundo, y que Estados Unidos solo gravaría a los países con los que tuviera déficit comercial". El mandatario remarcó que durante la cita tuvo la impresión de que los temas pendientes con Estados Unidos están cerca de resolverse, lo que permitiría avanzar hacia una relación menos conflictiva en el terreno económico.
El secretario ejecutivo del Ministerio de Industria, Márcio Elias Rosa, también se refirió a la importancia de dejar de lado los factores ajenos al comercio en las tratativas bilaterales, según reportó Agencia Brasil. Rosa enfatizó que actualmente los equipos se concentran en criterios comerciales exclusivamente y subrayó: "Los aspectos políticos que podrían haber existido ya no están sobre la mesa; algo que nunca debió haber estado ahí ya no está sobre la mesa. Gracias a esta postura, hoy estamos discutiendo un acuerdo comercial, y nada más que asuntos comerciales".
Según consignó Agencia Brasil, Estados Unidos comenzó a aplicar un arancel adicional de 40 por ciento a las importaciones brasileñas a finales de julio, con lo que la tasa total alcanzó el 50 por ciento. Washington justificó la medida como respuesta a las medidas adoptadas por el gobierno brasileño contra Jair Bolsonaro, exmandatario de Brasil, quien fue sentenciado a 27 años de prisión tras ser hallado culpable de participar en el intento de golpe de Estado contra Lula. De acuerdo con lo informado, la Casa Blanca considera que estas acciones tuvieron una motivación política, elemento que llevó a Estados Unidos a endurecer su postura comercial.
En este contexto, Lula manifestó su convicción de que la próxima ronda de conversaciones logre el levantamiento de los aranceles y allane el camino para un tratado bilateral. Aseguró que la actitud de la delegación estadounidense demuestra disposición a avanzar hacia ese objetivo, mientras que desde el lado brasileño se mantiene la exigencia de relaciones comerciales "justas" en base a los balances existentes en la balanza comercial.
Agencia Brasil detalló que el calendario de encuentros técnicos se definirá durante las próximas semanas, con prioridad en el análisis de los sectores productivos más impactados por los aranceles estadounidenses. Durante la comparecencia en Kuala Lumpur, Vieira insistió en que la prioridad será proteger los intereses de la industria brasileña, y evalúa que el diálogo abierto facilita la búsqueda de consensos.
En el fondo del diferendo, según explicó Lula en la rueda de prensa recogida por Agencia Brasil, Brasil sostiene que el superávit estadounidense debilita el argumento para mantener los gravámenes, al tiempo que reitera su disposición a negociar en base a datos y hechos. El presidente brasileño reiteró ante la prensa que no pretende solicitar exenciones especiales o "tratos injustos", y que las negociaciones seguirán centradas en parámetros objetivos.
Las autoridades brasileñas consideran, según lo referido por Agencia Brasil, que el compromiso de ambos gobiernos para mantener el canal diplomático y explorar la posibilidad de un acuerdo bilateral puede transformar el actual escenario de tensión bilateral. El ministro Vieira, citado por el mismo medio, subrayó que existe consenso sobre la necesidad de avanzar de manera "estructurada y técnica" en las negociaciones.
Durante su encuentro en la capital malasia, Trump y Lula coincidieron en que el clima de cooperación debe mantenerse estrictamente en el ámbito comercial. Luego de este acercamiento, las delegaciones de ambos países programaron un cronograma específico para los próximos pasos. De acuerdo a Agencia Brasil, se prevé la celebración de varias rondas técnicas antes de que los líderes políticos retomen el análisis de los avances alcanzados.
El endurecimiento de los aranceles estadounidenses contra productos brasileños afectó especialmente a sectores como el acero, el aluminio y la agroindustria, áreas que, según información divulgada por Agencia Brasil, figurarán entre las prioridades de la representación brasileña. El gobierno brasileño confía en que la revisión de estos gravámenes permita restablecer condiciones equitativas para las exportaciones e importaciones entre ambos mercados.
La decisión de Washington de imponer una sanción arancelaria se produjo como respuesta directa al proceso judicial seguido contra Jair Bolsonaro, quien según el reporte de Agencia Brasil, recibió una condena de 27 años de prisión al ser responsabilizado por su papel en el intento de golpe de Estado contra el actual presidente Lula. Estados Unidos argumentó que esta causa judicial supuso una intervención política que justificaba las represalias comerciales.
Para las autoridades brasileñas, el reciente enfoque de las negociaciones abre espacio para que ambos países reconsideren su relación comercial en términos más estables y previsibles. De acuerdo con la información de Agencia Brasil, tanto el Ejecutivo como los representantes de los sectores económicos brasileños aguardan que los acercamientos técnicos desencadenen un acuerdo concreto a corto plazo, especialmente tras las señales de entendimiento mutuo observadas durante la reunión entre Lula y Trump.
Márcio Elias Rosa, del Ministerio de Industria, recalcó ante la prensa en Kuala Lumpur que el éxito de la negociación dependerá de la estricta separación de asuntos políticos y comerciales, en línea con la decisión de ambos presidentes de fijar como prioridad la eliminación de barreras arancelarias impuestas en los últimos meses. Las próximas semanas resultarán determinantes para evaluar el grado de avance hacia el levantamiento de los aranceles y la apertura de nuevas etapas en la cooperación entre Brasil y Estados Unidos, según el seguimiento realizado por Agencia Brasil en los márgenes de la Cumbre de la ASEAN.
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