Kiko Rivera, primera reacción a la relación de Irene Rosales y Guillermo

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Cabizbajo y con una seriedad que habla por sí sola. Así ha reaparecido Kiko Rivera ante las cámaras en las que son sus primeras imágenes tras salir a la luz la nueva relación de Irene Rosales con un empresario sevillano llamado Guillermo.

Tras varios días alejado del foco mediático en los que tan solo ha utilizado sus redes sociales para promocionar sus actuaciones, el hijo de Isabel Pantoja se ha dejado ver por fin públicamente después de que su todavía mujer haya confirmado su historia de amor con el atractivo joven tras protagonizar en actitud cómplice con él las portadas de las revistas 'Lecturas' y 'Semana'.

A pesar de que en los últimos días se ha dicho que Kiko estaría molesto y dolido con Irene porque Guillermo es de su entorno -le conocen desde 2020, cuando les puso el césped artificial en su casa de Castilleja de la Cuesta- las fechas de cuándo empezaron su romance no le cuadran, y además no entiende por qué no ha sido más discreta con su nueva relación, la primera reacción del Dj ha sido de indiferencia y silencio sepulcral sobre cómo se ha tomado que la influencer haya rehecho su vida amorosa tan rápido.

'Escoltado' por un grupo de amigos y fumando -aunque lo último que supimos antes de su separación es que llevaba un tiempo sin fumar, pero parece que ha caído de nuevo en el vicio- Kiko ha entrado en una discoteca de Sevilla para cumplir con sus compromisos profesionales sin decir una sola palabra ante las cámaras, sin confirmar o desmentir si su relación con Irene no es tan cordial como dijeron tras su ruptura, y qué hay de cierto en que está enfadado con ella.

Ignorando al reportero, el Dj tampoco ha querido pronunciarse sobre la reacción de su madre a su separación, dejando en el aire si Pantoja siempre creyó que su mujer era "un lobo con piel de cordero" que le iba a "dejar tirado".