
La IV edición de los Premios de las Obras Misionales Pontificias (OMP) ha reconocido a la Hermana Franciscana Misionera de la Madre del Divino Pastor, misionera en Benín, Julia Aguiar, todo un referente mundial en úlcera de Buruli, así como al catedrático de la Facultad de Teología de Burgos y sacerdote, Eloy Bueno de la Fuente. En la ceremonia de entrega de los galardones, ambos han puesto el valor el papel de los misioneros: "Una vida de misión vale la pena"
La entrega de estos premios ha tenido lugar este viernes en Madrid, en el marco de la Jornada del Domund, que se celebra este domingo 19 de octubre, con el lema 'Misioneros de esperanza entre los pueblos'. En esta jornada se reza por los misioneros y se pide apoyo económico para el trabajo que la Iglesia hace en las misiones. Gracias a lo que se recauda en todo el mundo, el Papa puede apoyar a 1.131 territorios de misión, en sus gastos del día a día y en las necesidades puntales que van surgiendo.
En concreto, la labor de Julia Aguiar ha sido reconocida con el Premio 'Beata Paulina Jaricot', nombre de la fundadora del Domund y otorgado a misioneros que hayan destacado por su entrega en las misiones. Aguiar se unió con 14 años a las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor y pasó varios años en Venezuela como maestra y en España formándose tanto en teología como en medicina. Hace 49 años llegó a Benín, con un grupo de tres hermanas, para abrir un hospital construido por los hermanos Camilos, en una zona remota en la que el hospital más cercano estaba a 170 kilómetros.
Con un pequeño equipo, abrieron un pequeño centro de salud, donde tuvieron que llevar a cabo prácticas que nunca habían hecho para salvar vidas. A los pocos años, las hermanas Franciscanas de la Madre del Divino Pastor fundaron su propio hospital en la localidad de Zagnanado y le pusieron por nombre 'Gbémontin' ('donde se encuentra la vida'), que dirige Aguiar.
El trabajo de Aguiar ha sido esencial para diagnosticar y curar la enfermedad de la Úlcera de Buruli. Durante la ceremonia, Aguiar ha explicado que "esta es una patología que no era conocida en el Benín". "Nosotras lo descubrimos el primer año cuando llegamos, en 1976. Vino una niña con una herida que cogía todo el brazo y una parte del torax. Era algo desconocido y muy importante y éramos un equipo que empezaba y un hospital que abría", ha añadido.
"Empezamos a reflexionar y dijimos que podría ser una micobactería. Para encontrar el bacilo se hace el mismo procedimiento que para la tuberculosis y para la lepra. Hicimos el análisis, que era positivo y la ingresamos" ha continuado Aguiar.
Asimismo, Aguiar ha indicado que esta enfermedad "es una infección lenta, puede durar meses y hasta un año o más y ataca especialmente la piel, el tejido graso, pero cuando es una forma grave, hace compresión y mucho edema y puede poner en peligro el miembro o la parte donde se encuentra". "Empezamos a hacer lo que nos pareció mejor, haciendo cirugía, quitando la parte afectada para que los otros tejidos pudieran respirar y vivir y darle tratamiento, antibióticos. Ese fue el primer caso" ha indicado.
Además, Aguiar ha alertado de que, si esta enfermedad no se trata, "puede dejar secuelas importantes, retracción de miembros, cojeras, etc., porque afecta a la piel y a la grasa, pero a veces tiene forma diseminada, ya que a veces existe la lesión inicial y luego hay un hueso que empieza a hincharse, se hace el examen de la parte y se encuentra también ahí los bacilos".
De este modo, poco a poco llegaron más casos a la clínica y la hermana Julia fue documentándolos. Años después, unos investigadores de Bélgica y Canadá se interesaron en estos archivos y fueron a aprender con ella. Así, a día de hoy, la úlcera de Buruli es una enfermedad mundialmente reconocida. En el año 2009, la Universidad de Nápoles le concedió a la hermana Aguiar el doctorado Honoris Causa en Medicina y Cirugía.
Para Aguiar, una "vida de misión vale la pena". "Esto es porque es una vocación a la que correspondes y porque dentro de tu pobreza y de tu ignorancia, a pesar de intentar buscar, estudiar, etc., es poder compartir la vida con las personas que te encuentras e intentar llevar alivio y hacer presente el amor que dios tiene a cada criatura, especialmente a los enfermos y a los más pobres" ha defendido.
"LA FIGURA DE LOS MISIONEROS ES UN TESTIMONIO QUE CONTAGIA"
Por su parte, Eloy Bueno de la Fuente ha sido galardonado con el Premio 'Beato Paolo Manna', que lleva el nombre del fundador de la Obra Pontificia encargada de la formación y sensibilización misionera, la Pontificia Unión Misional, otorgado a personas o instituciones que se han comprometido en España en la sensibilización misionera y su apoyo a los misioneros.
Sacerdote de la diócesis de Burgos, Eloy Bueno de la Fuente, lleva toda una vida dedicada a la enseñanza y promoción del estudio de la Misión. Bueno también es Doctor en Misionología por la Universidad Urbaniana de Roma y en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, además de Catedrático de Teología Dogmática en la Facultad de Teología del Norte de España en Burgos.
Para Bueno, la verdadera concepción de la misión que surge del mensaje de Cristo es que "todos en la iglesia y todo en la iglesia debe estar al servicio del anuncio de todo el Evangelio a todo el mundo". "La universalidad no se da en abstracto sino en lo concreto de la historia. Por ello la acción misionera no podrá relativizar o relegar la salida, el envío, cruzar orillas y atravesar fronteras", defendió recientemente.
En la entrega de premios de este viernes, Bueno de la Fuente ha reconocido que decidió dedicarse a esa parte de la misión "porque Burgos tenía tradición misionera y al acabar los estudios de Teología, desde la Diócesis le enviaron a Roma a estudiar esto". "Desde ahí comenzó mi conexión con esta perspectiva que luego realmente ilumina el conjunto de la Teología" ha añadido.
Respecto a la existencia de una preocupación por la Teología misionera, Bueno ha afirmado que "si la hay, porque la dimensión de la misión está penetrando todo el quehacer de la iglesia y todas sus actividades y eso se percibe en todos los ámbitos". "Tal vez lo que falta y en lo que intento también colaborar es que dentro de esa perspectiva misionera se identifique, se mantenga y se defienda el 'carisma ad gentes' es decir, la salida, el envío, ir a otros lugares. Esta perspectiva tiene que ser todavía desarrollada" ha asegurado.
Asimismo, para Bueno de la Fuente "este es uno de los campos en el que el mensaje cristiano y evangelico se hace biografía y si no es así, queda todo en abstracto". "Creo que la figura de los misioneros es un testimonio que contagia. Los misioneros son las figuras cristianas más atractivas, porque encarnan en modo real lo que es el mensaje cristiano" ha manifestado.
La ceremonia, donde los premiados han recibido un galardón con la figura de un cangrejo que porta una cruz, ha contado también con las intervenciones del director nacional de la OMP, José María Calderón; el Obispo Auxiliar de Madrid, Vicente Martín; el secretario general de la Pontificia Unión Misional, Anh Nhue y con el director nacional del Segmento del Banco Sabadell de instituciones religiosas y Tercer Sector, Santiago José Portas.
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