Redacción central, 12 oct (EFE).- El matador sevillano Morante de La Puebla ha anunciado hoy de forma inesperada que se retira tras cortarle las dos orejas al cuarto toro en Madrid, tres décadas después de tomar la alternativa.
Premio Nacional de Tauromaquia 2021, fue memorable su faena en la feria de abril de 2023 en la que cortó el primer rabo del siglo XXI concedido a un torero de a pie en la Maestranza de Sevilla desde hacía 52 años.
Morante nació en La Puebla del Río, Sevilla, el 2 de octubre de 1979 y de ahí viene su nombre taurino.
En 1995, debutó como novillero en Madrid y el 29 de junio de 1997 tomó la alternativa en Burgos con César Rincón como testigo y Fernando Cepeda de padrino.
Su primer lance como matador tuvo lugar el 21 de abril de 1998 en la Maestranza de Sevilla y abrió la Puerta del Príncipe. También ese año, el 14 de mayo, confirmó la alternativa en Madrid y fue apadrinado por Julio Aparicio y Manuel Díaz 'El Cordobés' actuó como testigo.
Dos años después hacía lo propio en La Monumental Plaza México y esa temporada de 2000 recibió el premio a la Mejor Estocada en la Feria de Abril de Sevilla y salió a hombros de varias plazas como la de Vitoria o la de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).
En las temporadas siguientes (2001 y 2002) participó en unos 60 festejos por temporada y obtuvo 76 trofeos.
Disminuyó su participación posteriormente hasta que el 17 de abril de 2004, poco después de su actuación en solitario en Las Ventas (Madrid), decidió suspender la temporada 'por problemas psíquicos'.
Permaneció un tiempo en Miami, donde recibió tratamiento médico y reapareció en Olivenza (Badajoz) la tarde del 5 de marzo de 2005.
Esa temporada triunfó en Espartinas (Sevilla), Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda, entre otros cosos. El 7 de mayo de 2006 salió a hombros por la puerta grande de la Monumental de Barcelona y el 6 de junio cortó una oreja en Las Ventas.
Abrió la Puerta del Príncipe en la Feria de Abril en 2007, pero no terminó esa temporada, ya que el 20 de junio hizo pública su decisión de suspenderla para 'tomarse un descanso', dijo su representante.
Volvió a los ruedos el 6 de enero de 2008 y salió a hombros de la Monumental Plaza México.
En España reapareció el 29 de febrero de ese año en Vistalegre (Madrid), en un mano a mano con el mexicano Rodolfo Rodríguez 'El Pana'.
Considerado un torero de pureza y clasicismo, salió posteriormente a hombros de las plazas de Granada, Barcelona, Sanlúcar de Barrameda y Cuenca, y aunque no lo consiguió en Las Ventas, hizo una gran faena en la feria de San Isidro que le valió el IV Premio 'Paquiro' de Toros, otorgado en 2010.
Maestro del capote, calificado como 'artista genial' o 'torero de toreros', el sevillano se retiró por tercera vez el 13 de abril de 2017, cuando al finalizar una corrida en El Puerto de Santa María anunció que se iba por 'aburrimiento', enfadado por el tipo de toro de lidia 'demasiado grande para los toreros de arte', pero reapareció el 12 de mayo de 2018 en Jerez de la Frontera.
Las siguientes temporadas fueron pletóricas, salió a hombros del coso de los Califas de Córdoba, así como de los de Granada, Plasencia, León, Huelva, Pontevedra, por citar algunos, y para el recuerdo queda la tarde del 28 de agosto de 2021, en Linares (Jaén), donde rindió tributo a Manolete con una antológica faena al toro 'Fardón' al que cortó las orejas y el rabo.
Ese año recibió el premio de la Asociación Taurina Parlamentaria correspondiente a 2020.
Y fue en 2022 cuando culminó su empeño de torear cien corridas en una misma temporada para homenajear a su referente taurino: Joselito 'El Gallo'.
Precisamente al diestro sevillano emuló el de la Puebla con un traje color violáceo el 26 de abril de 2023, en la Maestranza de Sevilla, cuando en un recital de tauromaquia, cortó un rabo a 'Ligerito', su cuarto toro de la tarde del hierro de Domínguez Hernández. Era la primera vez que se concedía ese trofeo a un torero de a pie en el siglo XXI, 52 años después del último rabo concedido a Ruiz Miguel, con un Miura.
En esa cita Morante se proclamó triunfador absoluto de la Feria de Abril 2023 y fue premio a la mejor faena y al mejor toreo de capa. Pero no todo fue bueno esa temporada, ya que sufrió una cogida en Badajoz que le hizo aplazar algunos compromisos.
Triunfó también en 2025, cuando el 8 de junio abrió por primera vez la puerta grande de Las Ventas, en Madrid, en la feria de la Beneficencia cuando cortó dos orejas a dos toros de la ganadería de Juan pedro Domecq. Este año fue designado el autor de la mejor faena de la también madrileña Feria de San Isidro realizada el 28 de mayo a un toro de Garcigrande.
Torero clásico y completo, -domina también el tercio de banderillas-, es gran conocedor de todos los resortes de la tauromaquia y está considerado el sucesor de Curro Romero.
En los últimos años Morante también ha sido noticia por su proximidad al partido ultraderechista Vox, al que respaldó en las últimas citas electorales.
El diestro andaluz, es desde 2013 Hijo predilecto de Puebla del Río, y obtuvo en 2021 el Premio Nacional de Tauromaquia.
Madrid, 12 oct (EFE).- De manera totalmente inesperada, aunque barruntada, Morante de la Puebla dijo hoy adiós al toreo tras cortarle las dos orejas, con una entrega total, a su segundo toro de la Corrida de la Hispanidad, en la que también se retiró, éste sí con anuncio previo, el madrileño Fernando Robleño, que, con un solo trofeo, no pudo acompañar al sevillano por la Puerta Grande en una tarde para la historia.
Después de actuar y ser testigo en la intensa y elocuente mañana protagonizada por Curro Vázquez y César Rincón en el festival homenaje a Antoñete que él mismo organizó, Morante ya hizo otro guiño al legendario torero madrileño vistiendo el habitual vestido malva y oro que éste utilizaba.
Y, para seguir evidenciando, como los dos maestros, la mejor esencia de la tauromaquia, el sevillano se entregó sin reservas a la verdad y a la trascendencia de este arte de locos. Porque si tuvo que machetear pronto con su reservado y parado primero, de 615 kilos y que brindó a Isabel Díaz Ayuso -y el cuarto a Santiago Abascal- salió ya a darlo todo con el que, solo él podía saberlo, iba a ser el último toro de su carrera.
Le bastó con verle galopar de salida para decidirse a saludarlo con el cambio de rodillas de los Gallo, para después torearle con unas peculiares y apretadas chicuelinas moviendo apenas medio capote, hasta que en una de ellas, de manera repentina, el serio toro de Garcigrande se le cruzó y le volteó seca y aparatosamente, dejándole inerte sobre la arena.
Con la plaza en un silencio conmocionado, los compañeros le levantaron para atenderle junto a la barrera mientras se picaba al toro, dando tiempo a que Morante se recuperara y, sin aparentes lesiones, volviera a la carga, ya con la muleta en la mano y ahora para echar el resto, absolutamente dado a la mayor pureza posible.
Relajado, toreando con las muñecas sueltas y la figura sin tensión alguna, el maestro no dio apenas importancia a los amagos y a los cabezazos defensivos que soltó el toro, que le marcó varias veces la taleguilla pero que acabó imantado y hasta afligido ante los vuelos de su mágica tela, manejados con la mayor pureza, que no fueron largos por el escaso recorrido del toro, pero estuvieron cargados de la más emotiva intensidad y de un asfixiante ajuste.
Fue faena concisa, sin accesorios vanos, y tuvo, como colofón perfecto, el redondo punto final de una estocada de magistral y perfecta ejecución y no menos verdad. Cayeron, pues, las dos orejas, y después de pasearlas en una pausada vuelta al ruedo, Morante se fue a los medios para desprenderse él mismo de añadido, en un momento aún más impresionante, inesperado y demoledor.
Una masa de cientos de jóvenes se echó al ruedo luego para sacarle a hombros en un despliegue de apasionamiento, mientras que, también en volandas, Fernando Robleño se iba por la puerta de cuadrillas, con la plaza dividida en las ovaciones. No pudo irse así el madrileño hacia la calle de Alcalá porque un pinchazo previo a la estocada, su punto flaco de siempre, evitó que también se le concedieran los dos trofeos del quinto.
Fue éste un toro de gran calidad y mucho temple en sus arrancadas al que el otro veterano del cartel toreó con un recreado reposo, en varias tandas de derechazos que desprendieron el temple y el regusto que no le permitieron tantos toros de ganaderías duras como mató a lo largo de sus 25 temporadas como matador.
Si ya había estado fácil y muy por encima del seco y frenado tercero de la tarde, al que también mató mal, Robleño pudo disfrutar al menos de ese buen quinto al que le ligó los pases con un temple y una profundidad que le hicieron tener una merecida despedida aunque opacada en parte por la mala noticia del adiós de Morante.
El tercero del cartel era el joven abulense Sergio Rodríguez, que confirmó la alternativa casi como convidado de piedra en esta tarde de emociones y efemérides. Y en la que, por un ansioso ensimismo y nerviosa falta de sutileza, no dejó fluir las más que buenas arrancadas del toro del doctorado, para luego cumplir el trámite con el desclasado sexto, ya con la plaza entera esperando el agridulce final de la última salida a hombros de Morante.
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FICHA DEL FESTEJO:
Seis toros de Garcigrande, muy bien presentados, con seriedad y finas hechuras, además de bien armados, que ofrecieron un juego dispar: por su calidad y hondura en la muleta destacaron el primero y especialmente el quinto, mientras que el resto tuvo menos raza y entrega en los engaños, con embestidas cortas y sin empuje.
Morante de la Puebla, de malva y oro: cuatro pinchazos y estocada (silencio); gran estocada (dos orejas). Salió a hombros después de cortarse la coleta en señal de retirada.
Fernando Robleño, de grana y oro, que anunció su retirada: tres pinchazos y estocada desprendida (silencio); pinchazo y estocada desprendida (oreja).
Sergio Rodríguez, de blanco y oro, que confirmaba la alternativa: estocada desprendida (ovación tras aviso); pinchazo y golletazo (silencio).
Rodríguez confirmó la alternativa con el toro "Saleroso", nº 49, negro listón, de 534 kilos.Y los de las retiradas de Morante y Robleño fueron, respectivamente, "Tripulante", nº 102, colorado ojo de perdiz, de 554 kilos, y "Tropical", nº 95, negro listón, con 583 kilos.
Entre las cuadrillas destacó Iván García con capote y banderillas, tercio en el que saludó en el quinto toro. También destaco El Legionario picando al tercero.
Corrida de la Hispanidad, último festejo de la feria de Otoño, con cartel de "no hay billetes"(unos 23.000 espectadores) en tarde agradable y con algunas rachas de viento. Paco Aguado
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