
El portal 'Vanitatis' publicaba en primicia en la tarde del pasado martes que Joana Sanz y Dani Alves ya se habían convertido en padres de su primer hijo en común. Un momento muy especial que la pareja ha querido vivir en la intimidad, de tal modo que la noticia no trascendió hasta que ya se encontraban de regreso en su domicilio con su bebé recien nacido, y que por el momento todavía se desconozca el sexo y el nombre del pequeño.
Acompañados de sus familiares y amigos más cercanos, la modelo y el brasileño están viviendo los primeros días siendo uno más en casa lejos del foco mediático, disfrutando sin duda de este sueño cumplido con el que han puesto el broche de oro a su historia de amor.
Fue el pasado marzo, 72 horas después de que Alves fuese absuelto por la Audiencia de Barcelona de un delito de agresión sexual por el que pasó 14 meses en prisión, cuando Joana -que apostó por su amor confiando en su marido en su peor momento- anunciaba que estaba embarazada de su primer hijo tras una larga lucha de cinco años en los que se sometió a dos FIV, tuvo dos pérdidas, y se operó de las trompas de falopio.
Mientras la canaria se recupera en su hogar y no quiere separarse ni un segundo de su bebé, el futbolista ha reaparecido ante las cámaras. Lejos de mostrarse feliz, o de hacer alguna declaración -confirmando al menos su paternidad y revelando si su mujer y su pequeño se encuentran bien- Dani ha abandonado su domicilio en coche ignorando las preguntas de la prensa y abandonando el lugar pegando un acelerón.
Un par de horas después -ya al anochecer- tras hacer varias gestiones por Barcelona, el brasileño ha regresado a casa para reencontrarse con Joana y su hijo; y al ver a las cámaras se ha tapado la cara con la mano para dejar claro que le estaba molestando el foco. Y, aunque lo hemos apagado quedando la escena a oscuras para ver si se sinceraba sobre el gran momento que están viviendo tras la llegada de su bebé, ha optado por acceder a su garaje sin decir ni una palabra.
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