Etiopía acusa a Eritrea de trabajar con una facción del TPLF para "lanzar una guerra" contra el país

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El Gobierno de Etiopía ha acusado a Eritrea de trabajar con una facción del Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) para "lanzar una guerra" contra el país africano, después del conflicto entre 2020 y 2022, que enfrentó a las tropas gubernamentales, apoyadas por Eritrea, contra el grupo rebelde tigriña.

El Ministerio de Exteriores etíope ha enviado una carta al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, denunciando que el país vecino y el TPLF han formado una alianza llamada Tsimdo y asegurando que estuvieron implicados en una reciente ofensiva por parte de la milicia ahmárica Fano.

En la carta, firmada por el ministro de Exteriores, Gedion Timothewos, y fechada el 2 de octubre, Adís Abeba apunta a "la colusión entre el Gobierno eritreo y la facción de línea dura del TPLF se ha hecho más evidente durante los últimos meses", incluidos "preparativos activos para lanzar una guerra contra Etiopía", según ha informado el diario etíope 'Addis Standard'.

Gedion ha acusado a ambas partes de "financiar, movilizar y dirigir a grupos armados como la milicia Fano para expandir el horizonte del conflicto", implicándolas directamente en una reciente ofensiva de este grupo destinada a tomar la localidad de Woldiya, situada en la región de Amhara (norte).

En este sentido, ha reseñado que comandantes y combatientes del TPLF participaron directamente en la ofensiva, en violación del acuerdo de paz firmado en 2022, que derivó en la creación de una autoridad interina en Tigray encabezada por un representante del propio grupo tigriña y alineada con el Gobierno central, un pacto que ha sufrido altibajos durante los últimos años.

El jefe de la diplomacia etíope ha esgrimido además que el Ejército ha mantenido "una postura defensiva" y ha ejercido una "máxima contención", si bien ha advertido de que "no es una política de contención indefinida", al tiempo que ha acusado a Eritrea de ser "el principal arquitecto de estas actividades malignas".

Por ello, ha hecho hincapié en que el país vecino busca "desestabilizar y fragmentar Etiopía" bajo el pretexto de los esfuerzos de Adís Abeba para lograr acceso al mar. "Eritrea presenta estos actos hostiles como medidas defensivas preventivas", ha lamentado, al tiempo que ha remarcado que "son pretextos invocados para justificar las décadas de esfuerzos de Eritrea para desestabilizar Etiopía".

Gedion ha mostrado además la disposición del Gobierno de Etiopía de abrir "negociaciones de buena fe" para abordar las tensiones y ha reclamado a la comunidad internacional que presione a Eritrea para que ponga fin a sus "actos de hostilidad directos e indirectos" y respete "la soberanía e integridad territorial" del país africano.

El mensaje supone una muestra más del deterioro de las relaciones bilaterales, marcadas por las tensiones desde que Eritrea lograra en 1993 la independencia de Etiopía, que derivó en una guerra entre ambos entre 1998 y el año 2000 y que dejó a Etiopía sin acceso al mar Rojo, algo que pide para poder potenciar su economía.

Las relaciones mejoraron en 2018 tras la llegada de Abiy Ahmed al cargo de primer ministro de Etiopía, algo que se vio reflejado en el apoyo de Eritrea a las fuerzas gubernamentales etíopes en la guerra contra el TPLF entre 2020 y 2022, si bien desde entonces los lazos se han vuelto a agriar ante las acusaciones de Eritrea contra el país vecino por sus supuestos planes para hacerse con el control del puerto de Asab.

Las tensiones han ido igualmente al alza entre el Gobierno central y parte del TPLF, especialmente después de que las autoridades prorrogaran el mandato de la autoridad interina en Tigray y anunciaran el nombramiento de Tadesse Worede como nuevo presidente del organismo en sustitución de su predecesor, Getachew Reda, quien fuera portavoz del grupo tigriña.

El cese de Getachew tuvo lugar después de la suspensión de varios alcaldes y militares por supuestas actividades que "se desvían de las decisiones gubernamentales" y suponen "un riesgo de arrastrar a la región a un conflicto interno" y de que acusara directamente a Ertrea de respaldar a una facción del grupo enfrentada con sus políticas.

Finalmente Abiy intervino para intentar calmar las aguas a través de la sustitución de Getachew, tras lo que hizo hincapié en que "Etiopía no tiene intención alguna de implicarse en un conflicto con Eritrea", con sus exigencias para obtener acceso al mar Rojo como telón de fondo, que provocaron igualmente durante los últimos años numerosas tensiones con Somalia.