Burkina Faso, Níger y Malí anuncian su retirada del tratado del TPI

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Las dictaduras de Burkina Faso, Níger y Malí han anunciado este lunes su retirada del Tratado de Roma, constitutivo del Tribunal Penal Internacional, que será efectiva un año después de su notificación oficial.

"Los gobiernos de Burkina Faso, la República de Malí y la República de Níger, y el Consejo de Estados del Sahel, informan a la opinión pública confederal y a la comunidad internacional de sus decisión soberanas de retirarse del Estatuto de Roma y del Tribunal Penal Internacional con efecto inmediato", ha informado portavoz del Gobierno y ministro de Comunicaciones de Burkina Faso, Pingdwendé Gilbert Ouedraogo, en un discurso en la televisión pública, RTB.

Los tres países, integrados en la Confederación de Estados de la Alianza de los Estados del Sahel (AES), consideran que el TPI "se ha transformado en un instrumento de represión neocolonial" y en un "ejemplo de justicia selectiva".

"El TPI ha demostrado su incapacidad para procesar y enjuiciar crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad, crímenes de genocidio y crímenes de agresión comprobados", ha argumentado.

Mientras mantenía un "silencio inexplicable, desconcertarte y complaciente" con los autores de estos crímenes, "ha atacado implacablemente a ciertos actores". La declaración está firmada por el presidente de Malí, Assimi Goita, en calidad de presidente de la ESA.

La decisión fue tratada en una cumbre extraordinaria de ministros de Justicia de los tres países celebrada el 16 de septiembre en Niamey tras la cual el ministro de Justicia de Níger, el general Mohamed Toumba, declarara su intención de "redefinir su pertenencia al Estatuto de Roma que creó la Corte Penal Internacional".

La salida del tratado se hará efectiva un año después de la notificación por escrito, aunque los casos ya abiertos mantendrán su validez legal.

La AES fue creada el 16 de septiembre de 2023 después de que las juntas de Burkina Faso, Malí y Níger abandonaran la CEDEAO por las sanciones y críticas del bloque a los golpes militares que habían derrocado a sus respectivos presidentes.

Desde entonces, estos países se han distanciado de Francia, antigua potencia colonial, y han estrechado lazos diplomáticos y de seguridad con Rusia con el objetivo declarado de hacer frente a la creciente amenaza por parte de grupos yihadistas, entre ellos las ramas de Al Qaeda y Estado Islámico en el Sahel.