Once de los 14 deportados a Ghana desde EEUU la semana pasada denuncian su detención en una prisión militar

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Un total de once de las 14 personas deportadas a Ghana desde Estados Unidos la semana pasada han presentado una denuncia contra las autoridades del país africano al permanecer desde entonces detenidas en una prisión militar.

Así lo ha confirmado este jueves su abogado, Osagyefo Oliver Barker-Vormawor, a la cadena de televisión británica BBC, en lo que ha descrito como un arresto ilegal y arbitrario alegando que ninguno de sus representados ha violado la legislación del país.

El grupo de demandantes, que incluye a nacionales de Nigeria, Togo, Malí, Liberia y Gambia, afirma que fueron sacados en secreto de centros de detención estadounidenses entre el 5 y el 6 de septiembre, esposados y trasladados en avión sin explicación alguna a Ghana, donde fueron encerrados en una instalación militar sin acceso a un tribunal ni al debido proceso, según recoge el portal de noticias Modern Ghana.

Por ello, en su denuncia presentada contra el fiscal general, el jefe del Estado Mayor y el responsable de los Servicios de Inmigración de Ghana, la defensa sostiene que la detención es inconstitucional --al violar los artículos que garantizan la libertad personal y justicia administrativa-- y vulnera el principio de no devolución que prohíbe la deportación de personas a países donde se enfrentan a persecución, torturas u otras violaciones de Derechos Humanos.

El presidente de Ghana, John Mahama, anunció la semana pasada un acuerdo con Estados Unidos para recibir a los ciudadanos de países de África occidental deportados desde el país norteamericano, así como de la llegada de un primer grupo con 14 personas.

El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha endurecido las políticas migratorias desde su regreso a la Casa Blanca, y ha intentado negociar acuerdos de deportación con terceros países para agilizar las expulsiones de extranjeros y, al mismo tiempo, disuadir a quienes quieren llegar al país norteamericano.

En este marco, a finales de agosto, Ruanda confirmó la llegada a su territorio de los primeros siete migrantes deportados desde Estados Unidos en virtud de un polémico acuerdo suscrito con la Administración Trump y que contempla el traslado de hasta 250 personas.