Alejandra Rubio, visiblemente incómoda, da la cara tras salir a la luz el enfado de Carlo Costanzia con Mar Flores

Tras las declaraciones de Alejandra en televisión, ella niega cualquier conflicto familiar y resta importancia a las revelaciones, señalando que la polémica obra ha causado conmoción en su entorno y poniendo en duda las informaciones filtradas

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“Lo que se supone que Carlo piensa del libro no se lo ha dicho absolutamente a nadie más que a mí. Eso no lo sabe nadie más que yo”. Con estas palabras, Alejandra Rubio cuestionó la información divulgada sobre el presunto malestar de su pareja, Carlo Costanzia, respecto a las memorias autobiográficas de su madre, Mar Flores, rechazando que existan fuentes externas al entorno íntimo del actor que puedan confirmar esa versión. El medio Semana había reportado que la publicación de «Mar en calma» provocó un distanciamiento evidente entre madre e hijo, situación que Rubio procuró matizar tras ser consultada públicamente.

Según detalló la revista Semana en su publicación de este miércoles, el contenido de «Mar en calma» detonó una reacción negativa de Costanzia, motivada especialmente porque en el libro se abordan temas delicados, como sus adicciones, problemas de salud mental y su paso por prisión. Asimismo, el texto incluiría episodios que no muestran en buena luz a su padre, Carlo Costanzia di Costigliole, con quien el actor mantiene una relación estrecha. Semana explicó que, tras conocer estos detalles, Costanzia intentó cancelar su participación en «Decomasters», un programa de TVE donde compartiría pantalla con Mar Flores. El resultado habría sido un reencuentro inevitable y frío en las extensas jornadas de rodaje, en las que, según testigos citados por la revista, apenas intercambiaron palabra durante más de ocho horas de grabación.

En respuesta a la versión difundida por Semana, Alejandra Rubio abordó la situación en el programa «Vamos a ver». Se mostró incómoda, enfatizando que se han dicho “cosas que no tienen que ver con la realidad”. Describió a Costanzia como una persona disciplinada y profesional, subrayando que el ambiente de trabajo es cordial y que la supuesta tensión se debe a su compromiso laboral. Rubio insistió en que tanto Mar Flores como su hijo están cumpliendo las exigencias del rodaje sin dejar que las cuestiones familiares interfieran, pese a la percepción de distancia observada por terceros.

Rubio aclaró que, aunque le consta que madre e hijo no se vieron hasta el inicio de las grabaciones, la falta de comunicación entre ambos no responde a motivos personales, sino a las largas horas de dedicación al programa. La colaboradora añadió que, a diferencia de su pareja, ella sí ha leído íntegramente las memorias de Mar Flores “porque soy la que lee en mi casa”, y explicó que la información sobre los supuestos sentimientos y reacciones de Costanzia ante el libro es de conocimiento exclusivo de ambos, lo que la llevó a cuestionar la validez de las filtraciones que circularon en los medios.

Semana también señaló el impacto que la publicación tuvo más allá del ámbito familiar, citando a Rubio cuando reconoce que «Mar en calma» “es obvio que no es plato de buen gusto para nadie” y que su aparición constituyó “una bomba a nivel público” en su entorno. Rubio observó que la publicación provocó comentarios y reacciones tanto en la prensa como en el círculo cercano, reactivando debates familiares y mediáticos que llevaban tiempo fuera del foco.

El medio enfatizó que, en ese contexto, días antes de la publicación del libro, Rubio y Costanzia realizaron un viaje a Turín para visitar al padre del actor. Ella subrayó que esas visitas forman parte de su rutina familiar y desmintió que el viaje respondiera a una crisis por lo que se relataba en la autobiografía. “Fuimos a Italia como una de las tantas veces que vamos a ver a la familia. Yo no voy a dejar de hablar a mi suegro, al que quiero y al que tengo un cariño increíble. Yo no tengo que meterme en esto, voy a seguir mi vida normal y si implica ir a Turín a ver a la familia de Carlo que es mi familia, pues iré”, sostuvo en declaraciones retomadas por Semana.

Por otro lado, al ser consultada sobre si le gustaría que su hijo, también llamado Carlo y quien cumplirá un año el 6 de diciembre, leyera el libro de su abuela, Rubio manifestó su intención de preservar la estabilidad y tranquilidad del menor. Declaró con firmeza: “Yo quiero que mi hijo viva feliz y tranquilo y ajeno a todos los problemas que pueda haber. Que sea lo más feliz que pueda”. Afirmó que no acostumbra a anticipar públicamente cómo piensa abordar la educación de su hijo, dejando claro que “lo que quiera decirle su padre, lo que tenga que hablar Carlo con su hijo lo hará el día de mañana”.

En cuanto a un posible acercamiento entre Mar Flores y el entorno de su hijo, Rubio sugirió que no habría impedimentos y que, dada la naturaleza familiar de la relación, cualquier reencuentro podría producirse “en cualquier momento, porque tenemos un niño en común”. Así, la hija de Terelu Campos rechazó que exista en la actualidad un conflicto familiar abierto y minimizó los efectos de las revelaciones contenidas en las memorias, mientras cuestionó la precisión de las informaciones filtradas y remarcó la dimensión mediática adquirida tras la aparición de «Mar en calma».