Sergio Peris-Mencheta: "El teatro no me va a abandonar nunca"

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El actor, director y productor teatral Sergio Peris-Mencheta recibió hace unos días en Los Ángeles la medalla de la Orden del Mérito Civil, un reconocimiento que le llega en una ciudad que ha sido clave en su trayectoria personal y profesional. Allí se trasladó junto a su familia hace ocho años para rodar la serie 'Snowfall', y allí también afrontó uno de los capítulos más duros de su vida: la leucemia y el trasplante de médula.

La enfermedad no apagó su vocación artística; al contrario, fue el teatro el que lo sostuvo durante el proceso de curación. Ensayos a través de videollamadas con Madrid desde el hospital de Los Ángeles le permitían evadirse del dolor, el cansancio y las náuseas.

Ahora, tras superar ese duro proceso, Peris-Mencheta regresa al cine y al teatro. Acaba de finalizar el rodaje de la comedia 'El Tigre' en Nuevo México, ha publicado el libro '730 días' sobre su experiencia con la enfermedad y prepara el estreno de la obra 'Constelaciones, además de un documental sobre su recuperación de la leucemia. Pero lejos de grandes planes a futuro, el artista prefiere disfrutar el presente, tal y como señala en esta entrevista concedida a Europa Press.

¿Qué ha significado para usted recibir la medalla de la Orden del Mérito Civil en Los Ángeles, una ciudad tan importante en su vida?

Pues en efecto, Los Ángeles ha sido una etapa de mi vida muy importante. Prácticamente recalo aquí tras la muerte de mi padre, con la serie 'Snowfall', aunque ya había coqueteado con Hollywood en películas anteriores. Sin embargo, con ese proyecto hubo que tomar la decisión de trasladarnos toda la familia a vivir a Los Ángeles. Hemos estado 8 años a caballo entre España y Estados Unidos, pero afincados en Los Ángeles. Además, es la ciudad donde he renacido, por así decirlo, donde la vida me ha puesto para tratarme la enfermedad. El hecho de que haya superado la enfermedad, de que esté vivo y me entreguen esta condecoración, que me abruma por todos lados. me parece un cierre de ciclo angelino maravilloso... Un cierre de ciclo o una espiral que a lo mejor me vuelve a traer por estos lares, porque parece que las puertas de mi trabajo como actor están más abiertas en Estados Unidos que en España. Así que Los Ángeles va a seguir siendo una ciudad importante en mi vida.

El cónsul español en Los Ángeles, Gerardo Fueyo, destaca que usted ha mantenido viva la llama del cine español en Hollywood. ¿Cómo percibe su papel como puente entre la cultura española y el público internacional?

Bueno, pues la verdad es que he trabajado también en Francia, Italia, Inglaterra, Tailandia... He tenido la suerte de viajar mucho. El hecho de poder trabajar durante tantos años en Estados Unidos, evidentemente ha sido también gracias a la estela que han dejado actores como Antonio Banderas, Javier Bardem o Penélope Cruz, que nos han abierto a algunos las puertas de trabajar en Hollywood. Nunca busqué trabajar en la meca del cine, la verdad. Lo veía demasiado lejano porque mi inglés no era nada del otro mundo y porque me parecía un imposible. Creo que he podido colaborar de alguna manera, y me siento muy abrumado por este agasajo.

Usted ha dicho que este reconocimiento es también "a la supervivencia y a no perder el contacto con su ser creativo". ¿Cómo logró mantener viva esa llama artística durante un proceso tan duro como una leucemia y un trasplante de médula?

Yo no he mantenido viva esa llama... esa llamada estaba ardiendo. Es más, esa llama es la que me ha hecho volver un poco a mi ser durante todo el proceso curativo. Cuando contactaba con Madrid a través de zoom para ensayar, no solo podía olvidarme de todo lo que me estaba sucediendo, sino que se me quitaban los dolores, se me quitaba el cansancio, se me quitaba las náuseas, se me quitaba la fatiga. Ha sido más una cuestión instintiva. El teatro no me ha abandonado desde que lo conocí, como creador, y no me va a abandonar nunca. Después de la experiencia de dirigir desde una habitación de hospital, es imposible que yo deje de dirigir teatro.

En la ceremonia de entrega de la Orden del Mérito Civil estuvo rodeado de su "familia elegida". ¿Qué papel ha jugado su familia y amigos en su recuperación?

Bueno, Los Ángeles es una ciudad donde las relaciones son muy diferentes a lo que son en Madrid, nuestra otra ciudad. En Los Ángeles, cuando quedas con amigos, sueles quedar en sus casas y entonces desde el principio esos amigos se convierten casi en familia. Si además tienen hijos de la edad que tus hijos, pues todavía más. Me apetecía mucho que durante la ceremonia estuvieran aquellos que me han acompañado, que nos han apoyado, que nos han enseñado a vivir en la ciudad. Esta medalla también es de ellos. Todos son parte de esa condecoración. ¿Cómo ha cambiado su manera de ver la vida después de batallar con la leucemia? Creo que es importante decir que no me siento que haya batallado, ni luchado. Siento que me he puesto en manos de los que sí realmente estaban batallando y luchando contra la leucemia, que son los médicos, los enfermeros, la gente que me ha acompañado, mi chica, mis amigos. He sentido que ellos estaban batallando más. Debo decir que no me cambio por el Sergio de antes. No recomiendo a nadie que pase por lo que yo he pasado, pero tengo que reconocer que me gusta más el Sergio que veo ahora en el espejo cuando me miro. Ahora sí me miro, antes no me miraba.

Tras la enfermedad, vuelve al cine y al teatro, y acaba de terminar el rodaje de 'El Tigre'. ¿Qué le atrajo de este proyecto y cómo ha sido trabajar con el equipo?

La película surge de la noche a la mañana. Un viernes, estaba a punto de entrar en un concierto de Susana Ballesteros en Hospitalet de Llobregat y me llamaron. El lunes estaba empezando a rodar a las cinco de la mañana en Albuquerque, Nuevo México. Creo que era la única manera de volver a ponerme delante de la cámara después de dos años y medio sin hacerlo, después de aquella secuencia última de Snowfall, donde me despedía de mi personaje y de una etapa de mi vida, sin saberlo. Siento que ahora mi vida está mucho más llena que antes. Con la película 'El Tigre' es la primera vez que me pongo delante de la cámara otra vez y ha sido muy simbólico. Todo el equipo ha sido un amor. Es una comedia muy disparatada y qué mejor manera de volver a ponerme delante de la cámara que haciendo algo que nunca había hecho, que es una comedia. Me han tratado muy bien, todo el equipo sabía cuál es eran mis limitaciones físicas y la verdad es que me he sentido muy cuidado y muy arropado durante las cinco semanas que ha durado el rodaje en Albuquerque.

Después de todo lo vivido, ¿qué nuevos retos creativos le ilusionan más en esta etapa de su vida?

Ahora tiendo a no planificar demasiado y a vivir más el momento a momento, que creo que es parte de la enseñanza del proceso curativo que he vivido estos dos últimos años. Estoy terminando de grabar el audio libro de '730 días', el libro que publiqué en mayo, y estoy haciendo muchos castings, evidentemente sabiendo cuáles son mis limitaciones.... Hay una serie de cosas que no puedo hacer, como correr o saltar, y otras cosas que puedo hacer poco a poco. Estoy volviendo a mi cuerpo después de volver a la vida. También estoy preparando una obra de teatro, Constelaciones, que estrenaremos en febrero del año que viene y que es un proyecto muy ambicioso desde el punto vista creativo. Marta (Solaz) y yo estamos terminando la posproducción y edición del documental que narra un poco todo el proceso que viví estos dos años y esperamos estrenarlo este otoño. Bastante tengo con todo esto y no me gusta mirar más allá. Estoy recibiendo muchos reconocimientos y premios de todo tipo, como director y por haber superado la enfermedad, que ya es un premio en sí mismo. Estoy disfrutando de la vida, disfrutando de Madrid, que nos apetecía mucho a toda la familia volver, y en ese sentido me siento más que premiado.