Maduro busca consolidarse en el poder con elecciones municipales

Un año después de enfrentarse a la mayor amenaza que ha tenido a su permanencia en el poder, Nicolás Maduro está a punto de eliminar cualquier vestigio de oposición del establishment político de Venezuela.

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(Bloomberg) -- Un año después de enfrentarse a la mayor amenaza que ha tenido a su permanencia en el poder, Nicolás Maduro está a punto de eliminar cualquier vestigio de oposición del establishment político de Venezuela.

Se espera que el partido gobernante del país controle incluso los niveles más locales de gobierno tras las elecciones nacionales de este domingo, en las que se renovarán concejos municipales y alcaldías. Ya consiguió una supermayoría en el Parlamento en mayo, reduciendo los pocos escaños que ocupaban otros partidos.

Pero no es que los votantes se hayan entusiasmado repentinamente con el líder autoritario. Maduro ha aprovechado los últimos 12 meses desde su controvertida reelección para desmantelar un movimiento ciudadano liderado por la líder opositora María Corina Machado, y desatar una ola de represión, que ha dejado a los venezolanos viviendo con miedo. Por ahora, muchos simplemente están en modo supervivencia.

En los restaurantes y bares de la capital, Caracas, la gente se muestra cautelosa al discutir sobre política porque no saben quién puede estar escuchando.

Muchos dicen que no tienen intención de votar después de las elecciones presidenciales del año pasado, en las que la coalición de la oposición presentó prueba de que su candidato ganó. Otros, especialmente en los bastiones de la oposición, dicen que votarán para impedir que gane un candidato del partido gobernante.

Las elecciones del domingo también se producen tras una gran victoria política de Maduro. La semana pasada, intercambió 10 presos estadounidenses por el regreso de 250 venezolanos que fueron deportados en marzo por la administración de Trump a una prisión de máxima seguridad en El Salvador. El hecho de que Maduro esté negociando ahora con Estados Unidos afianza la idea de que es el líder legítimo de Venezuela.

Normaliza a Maduro y “podría sentar las bases para otros acuerdos”, afirma Will Freeman, investigador de estudios sobre América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores.

“Todo lo que está sucediendo ahora sugiere que Maduro se encuentra en su posición más fuerte”, dijo. “Parece haber muy pocas amenazas para su régimen”.

Vivir con miedo

Maduro sigue utilizando la intimidación para desmovilizar a la población, incluso después de haber logrado neutralizar, efectivamente, el liderazgo de la oposición.

A principios de este mes, los agentes de migración del principal aeropuerto de la capital iban vestidos como policías de las fuerzas especiales. En sus escritorios había listas escritas a mano con los nombres de los líderes de la oposición buscados y sus números de identificación. Y los letreros típicos del aeropuerto que indican adónde ir están traducidos también al ruso y al chino, para que no quepa duda de que Maduro aún cuenta con cierto respaldo internacional.

Las paredes estaban cubiertas de carteles que ofrecían, al estilo del Viejo Oeste, una recompensa de US$100.000 por información que condujera a la captura de Edmundo González, el candidato que se postuló en lugar de Machado contra Maduro el año pasado. Lleva casi un año exiliado en España, mientras que Machado ha estado en la clandestinidad.

Tan solo en las 72 horas posteriores al intercambio de prisioneros con EE.UU. —que incluyó la liberación de al menos 48 venezolanos encarcelados por motivos políticos—, la oposición reportó al menos 20 arrestos y desapariciones. Venezuela tiene actualmente a unos 800 presos políticos, según el grupo de derechos humanos Foro Penal, con sede en Caracas.

Todo ha sido efectivo. El Observatorio de Conflictividad Social de Venezuela reporta hasta cinco manifestaciones diarias en todo el país, un tercio de las registradas en 2024. El observatorio incluye incluso pequeñas concentraciones, generalmente de quienes protestan por servicios públicos.

Esto es fundamental para el control del poder por parte del gobierno, especialmente ahora que la economía empieza a mostrar señales de empeoramiento.

Banderas rojas

En Caracas aún se evidencian rastros de la incipiente recuperación económica del país. Se ven anuncios recién pegados en vallas publicitarias, las carreteras están en buen estado y las calles y el metro están más limpios. Maduro presume de 17 trimestres consecutivos de crecimiento económico, incluyendo un aumento del 6,65% en el segundo trimestre de este año.

Pero están volviendo a surgir indicios de deterioro. Los comerciantes utilizan el tipo de cambio oficial del euro incluso cuando cobran en dólares, a medida que aumenta la brecha entre el tipo de cambio oficial del dólar y el del mercado negro. Y cada vez más venezolanos recurren al trabajo informal ante el aumento de los precios.

Es imposible saber con exactitud cuánto está subiendo el precio de los bienes. Al igual que en los peores momentos de la crisis económica venezolana de hace años, el banco central no publica las cifras de inflación, y el gobierno ha tomado medidas drásticas contra los economistas independientes, quienes son una fuente crucial de datos y transparencia.

La última estimación de inflación, realizada por el Observatorio de Finanzas de la oposición, pintó un panorama sombrío: el índice de precios al consumidor mensual de Venezuela aumentó al 26% en mayo, el más alto desde enero de 2023.

Si bien la producción petrolera de Venezuela ha sido más resiliente de lo esperado desde que EE.UU. obligó a Chevron Corp. a cerrar sus operaciones en el país a finales de mayo, algunos analistas prevén una disminución de la producción en los próximos meses. Chevron fue un actor clave para la economía venezolana, al representar casi una cuarta parte de su producción petrolera e inyectar necesarios dólares estadounidenses al sistema bancario.

Sin embargo, la vicepresidenta y ministra de Finanzas, Delcy Rodríguez, insiste en que la producción petrolera está “en crecimiento, con licencia, sin licencia”.

Si los precios siguen subiendo y Maduro continúa consolidando su poder, como se espera tras la votación del domingo, no se prevé que el descontento social alcance la magnitud de las protestas masivas ocurridas en 2014, 2017 o 2019.

Abatimiento

Jorge Barragán, un político de 27 años que se está postulando a la Alcaldía de Caracas, describe una sensación generalizada de desesperanza y miedo entre los votantes que ha encontrado durante su breve campaña de tres semanas, que concluye este jueves.

“Ves a la gente desentendida de la política, con la frustración de que después de un año no haya habido un cambio político”, dijo Barragán. “Sin duda vale la pena seguir luchando, sacar a la gente de esa anomia”.

Su campaña cuenta con el respaldo de los partidos de oposición que participan en las elecciones. Si bien los demás no llamaron expresamente al boicot, la Plataforma Unitaria de la oposición emitió un comunicado en el que dice que el voto de los venezolanos ha sido violado sistemáticamente y recalca que la ciudadanía ya había expresado su voluntad en las elecciones presidenciales del año pasado.

A diferencia de las negociaciones anteriores con EE.UU., las condiciones electorales no parecen estar sobre la mesa esta vez.

“En este momento, la pregunta no es si la administración Trump dialogará con Maduro”, dijo Geoff Ramsey, miembro sénior del Atlantic Council en Washington, “sino qué significa eso para el venezolano de a pie”.

El principal negociador de Maduro, Jorge Rodríguez, dijo que la oposición perdería sus bastiones en Caracas durante un evento de campaña esta semana.

“Ganaremos en Chacao, Baruta y El Hatillo”, afirmó Rodríguez. “No digan que no les advertimos”.

Nota Original: Maduro Unleashes Fear to Cement Hold on Power Before Local Polls

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