
La Comisión Europea insiste en que su prioridad es llegar a una solución negociada antes de que expire el plazo dado por Donald Trump, el 1 de agosto, pero sigue adelante con los preparativos para tener a punto la doble ronda de aranceles que perfila desde que Washington lanzó la guerra comercial en abril y que, si fracasan las conversaciones, Bruselas quiere que entre en vigor el 7 de agosto, con recargos principalmente del 25% sobre unos 93.000 millones de euros en compras a Estados Unidos.
En concreto, la Unión Europea mantiene en suspenso una primera tanda de contramedidas para gravar con un 25% de recargo sobre 21.000 millones de euros en producciones procedentes de Estados Unidos. Fue la respuesta al primer arancel norteamericano del 25% sobre el acero y el aluminio europeo, sector que actualmente sufre ya un recargo del 50%, y que quedó congelado cuando Trump accedió a negociar.
La segunda parte de la lista está ya sobre la mesa, con impacto sobre 72.000 millones de importaciones estadounidenses, pero sigue en fase preparatoria para su adopción, previa consulta con los Estados miembro, previsiblemente en los próximos días. Inicialmente, este segundo paquete golpeaba a un volumen de importaciones de 95.000 millones de euros, pero la Comisión redujo su alcance significativamente atendiendo a las peticiones de los Estados miembro.
Aunque los servicios comunitarios se resisten a poner una fecha precisa para el debate con los 27 y toma de decisión, el portavoz de Comercio, Olof Gill, ha confirmado este miércoles que la intención es que todo esté listo para que ambas listas puedan entrar en vigor el 7 de agosto.
El Ejecutivo comunitario sigue "preparándose para cualquier escenario" incluido el fracaso de las negociaciones, por lo que avanza en la definición de "contramedidas adicionales", según ha dicho el portavoz comunitario.
"Para hacer que nuestras contramedidas sean más claras, simples y fuertes, fusionaremos las dos listas en una única, que someteremos a los Estados miembro para su aprobación", ha explicado Gill, tras insistir que, en todo caso, su aplicación no entraría en vigor hasta el 7 de agosto.
De este modo, Bruselas, que habla por voz de los 27 en política comercial, busca dar más espacio a la negociación con Washington porque, insiste, su "prioridad" es lograr una salida negociada al pulso comercial.
Los contactos "continúan" tanto a nivel técnico como político y en este contexto, el negociador europeo y comisario de Comercio, Maros Sefcovic, tiene previsto mantener una nueva llamada en la tarde de este miércoles con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, justo antes de que el comisario informe sobre el estado de las negociaciones a los Veintisiete, en una reunión a nivel de embajadores.
Aunque no han trascendido oficialmente detalles de las negociaciones, fuentes de la Administración Trump citadas por el diario 'Financial Times' apuntan que Trump aspira a fijar un arancel mínimo de entre el 15 y el 20% a todas las producciones europeas, lo que empeoraría el 10% actual que cobra sobre las importaciones procedentes de la UE desde que lanzó los aranceles generalizados a decenas de países. En el caso de la UE fue anunciado un arancel del 20% que posteriormente se redujo al 10% como señal de "tregua" para negociar.
En la oferta, siempre según la información del 'FT', Estados Unidos rebajaría del actual 50% al 25% los gravámenes que aplica sobre las importaciones de coches y piezas de automóvil procedentes de la UE.
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