Lanzan una guía para atender a personas mayores sordas en residencias que aconseja actividades inclusivas o intérpretes

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La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) ha presentado esta semana la Guía de buenas prácticas en la atención sociosanitaria de personas mayores sordas en residencia.

Así, el documento recoge una serie de recomendaciones prácticas destinadas a residencias y profesionales del ámbito sociosanitario, que van desde la formación del personal en lengua de signos y cultura sorda, hasta la adaptación del entorno físico con señalética visual, sistemas de alarma luminosas y espacios que favorecen el contacto visual.

También aborda la importancia de garantizar el derecho a una comunicación efectiva mediante la incorporación de intérpretes, mediadores y tecnologías ya contrastadas como el servicio de videointerpretación SVIsual o el servicio de videoasistencia y acompañamiento VidAsor, y promueve la celebración de fechas significativas para la comunidad sorda, el diseño de actividades inclusivas y el mantenimiento de vínculos con asociaciones locales.

La guía presentada constituye una respuesta directa a las múltiples barreras a las que se enfrentan las personas mayores sordas en el entorno residencial, especialmente en lo que respeta al acceso a la información, la comunicación y la participación comunitaria.

Surge, de hecho, al amparo del Real Decreto 674/2023, que establece un modelo de atención centrado en la persona y en la accesibilidad universal, y que reconoce de forma específica las necesidades de las personas sordas en los servicios sociales y sanitarios.

Durante su presentación, el presidente de la CNSE, Roberto Suárez, ha destacado que la publicación de esta guía representa "un acto de justicia para un colectivo históricamente invisibilizado y sistemáticamente ignorado por las políticas públicas".

"Lo que reclaman no es compasión, sino dignidad, presencia y participación. Y eso es exactamente lo que garantiza este recurso que hoy damos a conocer", ha dicho.

Suárez ha denunciado la situación de "aislamiento" que sufre la población mayor sorda. Una cuestión estructural que, en su opinión, requiere de respuestas urgentes por parte de las administraciones: "No podemos seguir consintiendo que una persona mayor sorda entre en una residencia y sienta que el mundo se le vuelve ajeno, que su lengua no existe, y que sus vivencias y recuerdos no tienen eco".

En este sentido, ha subrayado que la falta de accesibilidad comunicativa "no solo afecta a la calidad de vida de estos mayores, sino que vulnera derechos fundamentales como el derecho a participar activamente en las decisiones sobre su propia vida, a relacionarse con su entorno ya mantener su identidad lingüística y cultural".

"Las residencias deben ser espacios de cuidado, pero también de pertenencias. Y sin accesibilidad, no hay pertenencias posibles", ha concluido el presidente de la CNSE.